Pregunta indiscreta

Comenzar desde el principio
                                    

---Buenas tardes, disculpe no lo vi señor.

Se escuso la muchacha.

---Esta bien, ella es Sofía, vendrá los fines de semanas, ahora prepara su desayuno por favor.

¿Pasaría mis fines de semana ahi?

---Claro señor Deluxo y mucho gusto señorita, mi nombre es Marcela, estoy a su disposición.

Sonreí a la joven mujer.

---Mientras desayunas iré a mi habitación, tomaré una ducha.

Asinti con la cabeza y me senté en la barra de la cocina.

---Vaya al comedor principal señorita, le llevaré su desayuno en un par de minutos.

Que amable chica.

---No te preocupes, aquí estoy bien.

Dije sonriendo amistosa.

Luego de comer todo lo que aquella joven chica me había preparado, procedí a pasear por todo el departamento notando que existían tres habitaciones en el. Me dirigí a una de ellas esperando encontrarme con Deluxo y efectivamente entré a la que podría ser su habitación, la puerta de ésta, estaba abierta.

Una minisala y una enorme cama se mostraban ante mis ojos, todo inmaculadamente ordenado y limpió.
Observé las fotos ubicadas en un mueble cercano a la cama y no pude evitar sonreír emocionada al ver una foto en particular, en donde salía mi madre junto a un niño, el cuál supuse  era él.

Estudié a aquella foto minuciosamente, ambos sonreían y se encontraban frente a un gran pastel con una vela encendida en el.

Sentí una punzada en mi pecho y la nostalgia me embargo profundamente, extrañaba demasiado a mi madre, no quería sentirme mal otra vez, así que dejé la foto en su lugar y me encaminé hacia la puerta de salida.

---¿Sofía?

Escuché la voz de Dorian llamandome a mis espaldas.

---Ya me iba.

Dije sin voltear a verlo.

---Ven aquí.

Extrañamente tenía miedo de voltear, me sentía muy nerviosa.

Me giré y caminé muy lento hacia el, rápidamente noté que traía solo una toalla envuelta en su cintura, se notaba que recién había hecho su barba.

---¿Si?

Cuestione tragando saliva con pesadez evitando tratar de mirarlo.

---Mirame.

No quería, el era tan caliente.

¿Por qué me torturaba así?

Prefería su indiferencia, no mentira, no deseaba eso.

---Tu madre también fue y siempre será una persona muy importante en mi vida.

Dijo apoyando sus manos en mis hombros, yo solo observé su acto.

---No me pareció así.

Supongo que me vio mirando la foto de mi madre y ahora quería hablar de lo que pasó.

---Créeme que lamento si te di, o les di una idea equivocada de eso.

Parecía ser sincero, sus ojos estaban vidriosos y su voz sonaba quebrada.

---Solo se que te fuiste Dorian, y eso es algo que yo nunca olvidaré.

Su mandíbula se tenso notablemente luego quitó sus manos de mis hombros, yo solo lo miré fijamente un par de segundos para después voltear y dirigirme a la puerta.

La hija de mi sirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora