Mi gran Amor.

8

Siento una mano en mi hombro.

—Señor Grey. Aterrizaremos en cuarenta y cinco minutos.—Informa la azafata con una suave caricia en mi hombro.—.¿Desea un café, señor?

—Sí, gracias Naty. Un café con leche, por favor.—sonrío con educación.
Me han tratado de lujo en todo el vuelo.
Demasiado diría yo.
Miro a mi alrededor y todavía me impresiona tanto lujo.

Está equipado con todo. Los sillones son muy cómodos. Y las horas han pasado volando.
He comido de maravilla un suculento menú: Solomillo con salsa bearnesa con verduras y patatas y tiramisú de postre. He visto una peli y he trabajado en el portátil los contratos y el acuerdo que voy a presentarle a Edmon para absorber su empresa. Mañana tengo una reunión a las once de la mañana en su oficina y tengo que buscar un abogado. No creo que mi padre quiera ayudarme. No me ha llamado ninguno de estos días. Mi madre dice que está muy ocupado. Es la excusa mas patética que he oido nunca. Ella siempre lo defenderá. Hasta Elliot me mandó un mensaje preguntándome como me iba.
No saben que estaba con Ana.
Mamá les dijo que me había ido unos días con un amigo de la universidad. Mejor así. No me fío de Carrik, puede ser un gran hijo de puta cuando quiere.
Tendré que enfrentarme a él en cuanto llegue a casa.
Me bebo rápidamente el café y voy al dormitorio. Quiero darme una ducha antes de aterrizar. Abro mi maleta y busco mis vaqueros. En el lateral veo un sobre.
¿Qué es esto?
Lo abro y se me corta la respiración.
Dentro esta la primera edición de Oliver Twist que vi en la librería.
¡Me la compró!
Ay, nena.
La abro y hay una nota escrita con una bonita caligrafía.

Para que cuando lo veas no revivas un mal recuerdo. Crearemos juntos nuestros propios buenos momentos.
Te amo.
Ana.

Acaricio la hoja con mis dedos temblorosos donde sus dedos han estado.
Nena, te amo.
Siento como los ojos me pican.
Vamos, Grey, la verás muy pronto.
Sigo mirando y saco un sobre y una llave cae a la cama. Saco una hoja.

Mi amor, te dejo la llave de mi ático en Thirt Bird. 201. Está totalmente equipado y he mandado que hagan unos ajustes para ti. Puedes quedarte allí y si no quieres, conserva la llave por si algún día pasara algo y no tuvieras donde ir. Me quedaré más tranquila.
En el garaje hay un coche. Plaza 6. Las llaves las tiene el conserje.

Respiro hondo.
¡Me está dando las llaves de un piso!
Cualquiera diría que estoy con ella por el dinero. Y a mí eso no me importa. Todo esto me hace sentir mal. Pero ella me ha repetido hasta la saciedad estos días que no me sienta agobiado. Que ella sabe que su dinero no me interesa. Si todo sale bien, pronto las cosas cambiarán y podré corresponderla de la manera que ella se merece y poder devolverle todo lo que ella me ha dado.
Guardo todo en mi maleta y acaricio el libro de Oliver Twist.
Tiene razón.
Ahora cada vez que lo vea no pensaré en Elliot sino en ella. En la preciosa chica que me tiene total y absolutamente enamorado.
Me doy una ducha y me visto rápidamente.
Unos vaqueros negros, camiseta blanca y camisa vaquera abierta.