Capítulo 1

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[Hola, quiero aclarar que esta novela es una traducción. Pueden encontrar la versión original en el perfil de noelcades bajo el nombre "Falling from grace."]

Capítulo 1

Ser desterrada a un internado en Gran Bretaña era la última manera en la que Leonie quería pasar su último año educacional.

De vuelta en Boston, todos sus amigos estarían disfrutando los últimos meses de secundaria yendo a fiestas y a bailes de graduación. Ella estaría atrapada en un país frío y lluvioso a miles de kilómetros de distancia, encerrada como una monja.

Pero su abuela había insistido. Era eso, o no pagaría por la universidad de Leonie.

La escuela St. Winifred's parecía estar en el medio de la nada. El chofer de su abuela la había conducido y el viaje se sintió interminable. Leonie miraba por las ventanas del automóvil con creciente consternación a medida que los pequeños pueblos daban pasó a aldeas y finalmente a nada más que colinas desnudas, sombrías y un bosque disperso.

A menos que existiera una escuela de varones detrás de los árboles, este sería el año más inapetente de todos.

"Es tu culpa." Le dijo una voz en su cabeza. Leonie decidió ignorarla. Ya se sentía lo suficientemente miserable sin que su conciencia la molestara.

El Bentley finalmente se detuvo a lo largo de un camino ancho de grava  y Leone miró hacia lo que sólo podría ser un asilo mental. Gris, sombrío y con gárgolas, lucía como una película Victoriana.

Por lo menos Leonie amaba la literatura inglesa. Esa era la única característica redentora de ser encarcelada aquí en está tierra extranjera, así podría enfocarse más en esa materia, a comparación con su antigua escuela secundaria en Estados Unidos.

Jenkins cargó su baúl por ella. La escuela exigía que las estudiantes trajeran sus pertenencias en baúles antiguos en lugar de maletas, ¡imagínense eso! A su alrededor, habían personas que llevaban enormes baúles a la puerta de entrada de la escuela: muchachas con el uniforme gris de St. Winifred's y sus padres, hermanos y hermanas. Leonie incluso vio algunas monjas caminando por el final del edificio.

Leonie se tropezó mientras llevaba una caja que contenía algunos artículos adicionales que no había logrado meter en su baúl. La grava lastimó su rodilla y los contenidos de la caja cayeron por todas partes. Eran principalmente libros, aunque estaba también algo bastante embarazoso, su maltratado oso de peluche, Buster. Se apresuró a recoger todo cuando una voz masculina con acento inglés le preguntó si se encontraba bien.

Leonie levantó la vista para encontrarse con los ojos más azules que jamás había visto. El rostro en el que estaba concentrada, -posiblemente también era el hombre más guapo que haya visto en su vida- pertenecía a un hombre joven. Vestía vaqueros y un suéter gris y le tendió un par de libros que ella había dejado caer.

Sintió una sacudida en el estómago cuando su mirada se clavó en la de ella. El mundo se detuvo por un momento.

-Estoy bien, gracias,- dijo.

Él levantó una ceja, claramente no se encontraba impresionado por su torpeza. Entonces su mirada se posó en Buster. Leonie quería morir de vergüenza. ¿Era su imaginación o rápidamente suprimió una leve sonrisa que tenía en el rostro? Leonie deseaba que la grava la tragara.

Él no dijo nada, pero la ayudó a reunir el resto de las cosas dispersadas por el suelo y se puso de pie. Leonie se sorprendió por lo alto que era, con hombros anchos. Brazos poderosos. Cabello oscuro y espeso. Una mandíbula fuerte y facciones perfectas.

¿Por qué, oh, por qué se las había arreglado para hacer una torpeza de sí misma frente a él? ¿Y por qué no había metido a Buster en su baúl en lugar de arriesgarse a que todos lo vieran?

-Gracias.

-No hay problema.- No sonrió, pero la mirada en sus ojos penetraba en su centro. Realmente sintió calor en la boca de su estómago.

Estaba segura de que él también debía sentirlo. Una conexión.

Antes de que ella tuviera la oportunidad de hablarle adecuadamente, él se volvió y siguió su camino. Maldita sea. Debe ser el hermano de alguien, así que probablemente no volverá a aparecer hasta el final del trimestre.

Leonie puso los libros y a Buster en la caja, decidida en descubrir quién era su hermana y hacerla su mejor amiga por siempre.

Parecía demasiado viejo para ser un estudiante de secundaria. Probablemente estaba en la universidad, razonó. O la escuela superior, como la llaman aquí.

Aún así, al menos había un hombre atractivo en este país. Había imaginado que los chicos británicos serían todos pálidos por la falta de sol, con desagradable dentadura. Pero este chico tenía  apariencia de modelo. Era la primera cosa llena de esperanza que había visto en todo el día.

Invocando el pecado - Noël Cades (traducción) BAJO EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora