Capítulo 5

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- ¡Azleen! ¡Maldita sea Azleen! Debes despertar. ¡DESPIERTA! – esa era la voz de Yesie desesperada. Pero no lograba abrir los ojos, los tenía tan pesados. ¡AZLEEN! – volvió a gritar moviéndome en la cama. Logré abrir los ojos de golpe y todo era tan claro que los tuve que cerrar y parpadear varias veces.

- ¿Yesie, qué sucede? – dije con voz ronca, por algún extraño motivo me dolía todo el cuerpo.

- Debemos salir de aquí. - se veía sumamente desesperada.

- ¿Dónde estamos? – intenté alzar el brazo, pero me percaté que estaba atado a la cama y con suero.

- No lo sé. Cuando desperté estaba igual que tú, logré soltarme de la cama y vine a buscarte.

- ¡Suéltame! – grité desesperada, no me gustaba estar atada a nada y no tenía idea de lo que estaba pasando.

- Tranquilízate, yo lo hago. – buscó algo en los cajones y saco un pequeño cuchillo.

- Debemos salir, esto no me gusta para nada. – soltó mis piernas, pero antes de llegar a mis muñecas me miró directo a los ojos como si estuviera buscando algo.

- Hala las muñecas, Azleen.

- ¿No vez que estoy atada? – le dije aturdida.

- Hala las malditas muñecas Azleen, hazlo ahora. – sin pensarlo dos veces las alcé y me solté de un tirón. La miré a los ojos aturdida, sin saber qué decir.

- Así fue cómo me solté Azleen.

Me levanté de la cama sin decir nada, busqué algo de ropa para ponernos. Estábamos con batas blancas de hospital y nada más. Abrí una puerta y había ropa adentro junto con la mochila, pero estaba vacía. Miré a Yesie directo a los ojos para saber si sabía algo de lo que estaba pasando, pero por su mirada perdida entendí que no tenía idea.

- Ve a tu habitación, debe haber lo mismo que en esta. – dio un pequeño asentimiento con la cabeza y salió como un rayo por la puerta. Volvió en menos de un minuto con la ropa puesta y la mochila echada en su hombro.

En ese momento me estaba poniendo la mochila en mi hombro derecho. Había echado el cepillo de dientes y la pasta en la misma y unas mantas. Nos miramos sin saber qué hacer. Después de todo no teníamos idea de donde nos encontrábamos o a donde iríamos. Antes de poder mediar palabras comenzaron a sonar unas alarmas bastante ruidosas. Agarré el brazo de Yesie y comenzamos a correr.

- Debemos conseguir la salida, Yesie. – le dije dando vuelta en una esquina.

          - Este sitio parece grande Azleen, debemos tener cuidado, deben venir los guardias en este              momento hacia nuestra dirección. – le di un pequeño apretón de manos.

Continuamos corriendo hasta que precisamente nos topamos con unos sujetos vestidos completamente de blanco y con cascos. No podíamos ver sus rostros escondidos detrás de esos cascos. Sus armas eran grandes, poderosas y daban miedo. Nos quedamos congeladas en nuestra posición mientras ellos caminaban lentamente hacia nosotras con sus armas levantadas apuntándonos. Miré hacia mi izquierda y había una puerta. Me moví rápidamente sin pensarlo dos veces y halé a Yesie detrás de mí. Alcanzando la puerta la abrí, empujé a Yesie dentro mientras miraba a mis espaldas cómo los que ahora deduje eran guardias, corrían a todo marcha hacia nuestra dirección.

2217 {TERMINADA}Där berättelser lever. Upptäck nu