Capítulo 21

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-Carla... -alargó la albina, mirando con aburrimiento el instituto.
-¿Ya me inscribiste, nii-san?

Carla alzó la mirada y asintió.

-Shin, ¿Que haces aqui?-dijo Carla, mirando con confusión a Shin.

-Solo los quería acompañar. No quería quedarme solo.-dijo, haciendo ojos de perrito. Carla rodó sus ojos y lo ignoró al igual que Adara.

-Bueno... ¡Nos vemos luego!-dijo ella con emoción, dándoles un beso en la mejilla a cada uno y corriendo por el pasillo.

-Veamos... -Adara miraba todos los pequeños carteles de los salones, sin encontrar el suyo. Miraba su papel sin prestar atención alguna a su alrededor, hasta que chocó con algo.
-¿Quién rayos pone una pared en medio del pasillo?-susurró ella, acariciando su cabeza.

-Oi, ¿Acaso no vez por donde caminas, idiota?-una voz gruesa se hizo presente, Adara levantó la mirada y observó unos profundos orbes azules. La albina se levantó y lo miró con el ceño fruncido, aun con la mano en su frente.

-Pense que habían puesto una pared... -murmuró para ella misma, y se sacudio el uniforme, ella levantó completamente la mirada y miro al rubio chico con indignación.
-Espere... ¿Me llamó idiota? ¿Acaso no sabe con quien se esta metiendo, señor?-dijo ella, mirando con enojo al confundido chico, el cual fue cambiando su gesto a uno muy enojado. Y sin previo aviso, una bofetada fue proporcionada en la mejilla de la menor. Ella llevó una mano a su mejilla, mirando el suelo con sorpresa.

-No voy a permitir que niñas como tu me falte el respeto, mocosa engreída.
-escupió con odio y superioridad en cada una de sus palabras. Adara miró al tipo con un gesto de miedo, haciendo que este la mire sorprendido. Al apreciar mejor el rostro de la menor, recordó el rostro de su hermana.

-Y yo no voy a permitir que usted se se atreva a tocarme de nuevo, ni mucho menos golpearme.-dijo ella, mirando con neutralidad al mayor.

De la nada, una fuerte tormenta golpeaba las ventanas del instituto, haciendo que el rubio mire hacia estas. Adara aprovechó el momento de distracción y se acercó a toda velocidad, poniéndose detras de él y pateándolo con todas sus fuerzas, haciendo que el rudo chico impacte contra la pared.

Shu se quedó paralizado, una adolescente con esa fuerza que podría matar a cualquier humano. No, claro que ella era todo menos humana. De pronto, los cinco hermanos aparecieron justo delante de él.

-Shu, ¿Qué demonios te ha pasado?-preguntó Reiji, mirando la pared toda agrietada y a Shu en ella.

-Esa niña... Es extraudinariamente fuerte.-dijo él, mirando a la chica, quien tenia su cabeza levemente gacha, haciendo que algunos cabellos oculten su rostro. Los hermanos se quedaron sorprendidos, y mas cuando la chica levantó la cabeza.

-¡Te dije que no te metieras conmigo, pedazo de pared!
-exclamó ella, poniendo sus manos en su cintura.

Los hermanos se quedaron paralizados. Tenia un gran parecido a su hermana, su cabello, sus ojos, su piel... menos el cuerpo, ya que estaba mas desarrollada.

-¿Eh? ¿Ustedes quienes son?
-dijo la albina, acercándose hacia los seis hermanos. En un descuido, Adara había perdido la compostura, y ya no era ella. Ahora se comportaba como una criatura oscura, sus negros ojos lo demostraban.

-Adara, tranquilizate.
-apareció Carla de repente, tomándola por el hombro. Adara ladeó la cabeza y una sádica sonrisa apareció en su rostro. Carla ya sabia que hacer cuando ella se comportaba hací, él llevo su mano a la palma de la mano de Adara y tocó con su dedo índice donde se encontraba la marca de La Luna y El Sol, haciendo que Adara pestañara repetidas veces, haciendo que vuelva en si.

Los Sakamaki abrieron los ojos como platos cuando ese hombre llamó a la chica como "Adara".

-¿Mhm? ¿Me perdí de algo? ¿Porqué sigues aquí?
-dijo la albina, mirando a su hermano.

Carla se hizo a un lado, dejando ver a los Sakamakis quienes se encontraban muy sorprendidos.

-Tuviste una pelea, y casi matas al rubio.-dijo Carla, apuntando a Shu. Adara dirigió su mirada hacia él, y luego puso gesto de preocupación.

-Oh, no. Perdón, no quería hacerlo. Creo que se me paso un poco la mano.-dijo ella, mirando a un lado avergonzada tratando de ocultar su preocupación.

Los seis seguían sin habla, solo miraban con asombro, sorpresa y tristeza a la menor. Carla conocía a los Sakamakis, ya que ellos son hijos de KarlHeinz, por lo tanto, sabia sus nombres. Pero no entendía porque ellos miraban así a la menor.

-A... Adara.-balbuceó el azabache sin creerse lo que estaba viendo. La albina lo miró con curiosidad.

-¿Te conozco?-dijo Adara, frunciendo el entrecejo. Reiji la miró con tristeza, apartando su mirada hacia un lado. Ayato sonrió de oreja a oreja, y se acercó a Adara con los brazos abiertos.

-¡Pequeña mocosa, pensé que te había perdido!
-exclamó él, dispuesto ha abrazar a la albina, esta se hizo a un lado y miró a Carla.

-Nii-san, ¿Quiénes son ellos?-
preguntó, acercandose a su hermano y tomandolo del brazo, mirando con curiosidad a las seis figuras quienes se quedaron perplejos al escuchar a Adara llamar "nii-san" ha alguien mas.

Carla miró a su hermana, y luego pasó su mirada a los Sakamaki.

-Ellos son los Sakamaki.
-dijo él, mirando a la albina, quien luego posó su mirada en los seis chicos.

-¿Saka... maki?-balbuceó la pequeña, ladeando la cabeza, tratando de recordar de donde había escuchado ese apellido.

-Exacto.-dijo mirando a su hermana, y luego dirigió su atención en los seis chicos.
-Por cierto, ¿Conocen a Adara? No entiendo el sentimiento de sus miradas dirigidas a mi hermana.
-dijo el Tsukinami con neutralidad. Todos los Sakamaki lo miraron con odio, y Ayato estaba dispuesto a matarlo.

-¿Tu hermana? Adara solo es hermana de Ore-sama.-dijo el, acercándose furioso a Carla.

Adara frunció su entrecejo, ladeando su cabeza, para mirarlos confundida.

-No entiendo... Carla es mi nii-san. No recuerdo tener algún tipo de conección con usted.-dijo Adara, de lo mas natural. Ayato se quedó parado en el mismo lugar, mirando con confusión a la albina.

Ayato abrió la boca para contestar, pero el sonido del timbre del instituto lo interrumpió.

-Nii-san, te veo luego.-dijo la albina, acercándose al mayor y dándole un cálido beso en la mejilla, para luego dar una fugaz mirada a los hermanos y caminar hacia su salón.

[···]

Adara se sentía penetrada, todos los alumnos del salón la miraban con sorpresa, algunas cuchicheaban cosas de la albina, y otras sólo miraban con curiosidad su extraña apariencia. Adara al sentirse incómoda con todas los ojos encima de ella, sonrió tiernamente, haciendo que las chicas que cuchicheaban la miren con un leve sonrojo.

-Adara Tsukinami, ¿cierto?-preguntó el maestro, mirando a su alumna. Adara asintió con nerviosismo.
-Gracias, tome asiento.

Adara volvió ha asentir, y caminó hacia su asiento, bajo la mirada curiosa de todos.

"Ni que fuera un extraterrestre".
Pensó la albina, tomando asiento en su silla.

Las clases continuaron con normalidad, Adara miraba hacia la ventana, acomodando su codo y sujetando su cabeza con la mano. Adara se sentía extraña cuando vio a los Sakamaki, sentía unas ganas enormes de correr a los brazos de esos chicos, lo que era bastante extraño. Sentía que los conociera desde hacia tiempo, pero no recordaba como.

Sentia terror al ver a aquellas personas que aseguraba conocer, pero que no lo recordaba.

Hermana menor: Experimento [D.L] (EDITANDO)Where stories live. Discover now