DOS MUNDOS EN UN SOLO SER (Finalizada)

CAP 18: UN DIA DE OFICINA

Marcando la una de la tarde Charlotte se encontraba en la recepción preguntando por Dante.

- buenas tardes. Soy Charlotte Torres. Tengo una cita con el Sr. Johnson.

- si claro – la recepcionista se sentía intimidada ante la mirada seria de Charlotte, le recordaba a la de su jefe – buena tarde. La Srta. Torres está aquí. – Aguardo a la respuesta - Enseguida. El Sr. Johnson la recibirá. Siga por el ascensor y marque el botón que tiene las letras OP, al llegar le recibirá su secretaria.

- Muchas gracias. Que tenga buen día. – dedicándole una sonrisa leve.

- Gracias. Lo mismo. – "al menos es amigable" pensó.

Al llegar al lobby de la oficina escucho a su hermano gritando y a las dos secretarias tratando de hacerse invisibles.

- ¿COMO QUE NO SABES DONDE ESTA? – estaba histérico.

- no sé dónde se guardó y lo he buscado por todas partes. – contestó una mujer con la voz temblorosa. Toda ella temblaba y el ordenador parecía que se le iba a caer.

- pues búscalo otra vez. Si lo hiciste en ese computador hay debe de estar.

- Interesante – murmuró Charlotte.

Ambos se voltearon a verla. Charlotte vio en los ojos de su hermano una ira que conocía muy bien y decidió ayudar a la pobre mujer, por lo que le quitó el computador de las manos.

- ¿Qué haces? – ella lo ignoró aumentando su furia.

- ¿qué tipo de documento es y cuando lo creaste?

- es un Excel y lo cree el día de ayer en la tarde. – la voz le temblaba.

Charlotte se acercó a una mesa para estar más cómoda y se puso a trabajar. La mujer le miraba con esperanza, mientras que Dante le miraba confundido y enfadado. Luego de unos minutos Charlotte se volvió hacia la mujer.

- ¿es esto lo que buscan? – La mujer miró la pantalla y su rostro se iluminó.

- sí, eso es. ¿Dónde estaba? – dijo la mujer.

- en la carpeta de autoguardado. Le cree un acceso directo en el escritorio.

- muchas gracias. – Le miraba con adoración – Sr. Johnson, antes de finalizar el almuerzo tendrá el informe completo en su correo. – y se fue corriendo.

- eso espero. Marcela que nadie me moleste en la próxima hora a menos que sea una verdadera emergencia.

- si señor – a ella también le temblaba la voz.

- ven. – se esforzaba por calmarse.

Charlotte le siguió cual perro sigue a su amo. Al entrar en la oficina Dante se sentó en uno de los sillones, cerró los ojos y tomó su tabique suspirando cansadamente. Charlotte sabía que en estos momentos lo más prudente era esperar a que se le pasara para evitar que descargara su furia contra ella, así que solo se limitó a sentarse junto a él dejando en el suelo la mochila donde traía el almuerzo. Luego de un rato Dante hablo.

- discúlpame por lo de hace un rato. – él se recostó en las piernas de ella tomándola por sorpresa pero no dijo nada. Ella le comenzó a acariciar el cabello.

- no tienes por qué disculparte. Conozco muy bien ese tipo de ira, y no me asusta en lo absoluto. – él inspiró profundo.

- hueles bien – observó.