DOS MUNDOS EN UN SOLO SER (Finalizada)

CAP 11: CAMBIANDO LAS REGLAS

* En la habitación de Charlotte *

- así que tienes otro hermano. – dijo Dante despacio.

- lo dices como si fuera algo malo – ella ya se había rendido con él no podía mantener la boca cerrada, así que decidió dejarlo a la suerte.

- he de admitir que me siento un poco celoso de que tengas a alguien de tu edad cerca. – dijo un poco sorprendido.

- Eliot y Sharon son de mi edad. – dijo obvia.

- es diferente porque a ellos los conoces, a este chico no. – ella se encogió de hombros.

- es mi hermano y tengo que hablar con él así como con usted – dijo indiferente sin entender a su hermano mayor.

- Lo sé. – Guardó un momento silencio – quisiera acariciarte. – Ella le tomó la mano y luego de mirarla se la puso en la cabeza – gracias. – muy despacio paso su mano disfrutando de la suavidad de su cabello.

- él vendrá esta semana a visitarme – le avisó - Me dijo que hay muchas cosas que me quiere contar, pensé que Sharon era a la única que no podía callar. – Dante rio ante el comentario - Hola Alan.

- buena tarde señorita. Me alegra de que se encuentre mejor. Su madre ya me dio las indicaciones para cuidarla. – se le oía que había estado angustiado.

- me lo supuse. Imagino que la Sra. Jiks me cuidara esta semana la alimentación.

- así es señorita. – le confirmó con una sonrisa en su rostro, cosa poco común en él. Ella le devolvió la sonrisa.

- prepárame el baño, - pidió con amabilidad - de verdad necesito una ducha.

- en seguida señorita.

- gracias.

- supongo que me echaras de aquí. – Dijo Dante. Ella negó con la cabeza.

- Podemos hablar mientras me doy una ducha. No es como si fuera a entrar conmigo, puedo dejar la puerta abierta.

- ya está listo señorita. – anunció Alan.

- gracias Al, te veré más rato. –dirigiendo se a Dante – Ahora no me vallas a venir con el cuento de que me cargaras hasta la tina del baño. – se sorprendió por la familiaridad que lo había tratado pero se convenció enseguida de que debía de acostumbrarse.

- no. Esta vez te dejare ir sola. – rio divertido.

- Ve al lado de la puerta que da al armario, desde ahí me escucharas mejor.

- está bien – entrando al enorme armario - Tienes mucha ropa. – ella no contestó, sobretodo porque la voz le decía que algo en él no le gustaba y que tuviera cuidado. Esta vez Charlotte solo sintió un dolor leve, una insignificancia comparada con las otras veces.

- ¿Cómo estuvo tu mañana? – le pregunto Charlotte esforzándose por hacer conversación.

- aburrida. Las reuniones de negocios a veces son demasiado fastidiosas.

- deberías de llevarme. Carlomagno dice que las reuniones a las que he asistidos se tornaron más interesantes con mi presencia. – ofreció no muy segura.

- es una propuesta interesante. – Sonrió - Lo pensare. ¿Iras a la academia esta semana?

- sí. Le diré al maestro que trabajemos meditación.