Capítulo 13

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Quizá debí pensarlo mejor. Quizá no debí dejarme llevar por un impulso. Quizá debí hacerle caso a aquella voz dentro de mi cabeza que me gritaba que me detuviera. Pero aquí estoy, a diez minutos de salir con Daniel.

Termino de arreglarme y me miro al espejo. Soy alguien completamente diferente a la chica de hace un mes. Lo sé, aunque el cambio me agrada. Sin darme cuenta había estado cambiando mi guardarropa día con día y ahora, ni yo me reconozco. La chica de hace un mes jamás se habría metido en esto, me recuerda mi voz interior, la hago callar.

Annabeth se encuentra leyendo sobre su cama. Sigue sin dirigirme la mirada o darme un aventón a la escuela, y no la culpo, quizá yo habría hecho lo mismo en su lugar. No le había mencionado respecto a la cita de hoy pero creo que debe suponer algo. Sé que me mira de reojo en momentos, mientras yo escondo mi rostro debajo de una gran capa de maquillaje mucho más llamativo al que solía utilizar. Todo es más llamativo que un simple brillo para labios. Ironizo para mis adentros con una sonrisa triste, que desaparece bastante pronto.

No he visto a Jason estos días en la escuela, no responde su móvil. Me preocupa. Parece haber desaparecido así sin más, ni un rastro. Es realmente frustrante. Salgo de casa, no sin antes respirar y forzar una sonrisa en una especie de intento por mejorar mi propio animo. Necesito distraerme un rato.

Daniel se encuentra sobre una motocicleta sin su casco. Su sonrisa sobresale por sobre la oscuridad de la noche, me veo obligada a devolverle el gesto. Mi estomago da vueltas de solo pensar que volvería a estar arriba de una de estas cosas, aunque evito a toda costa que él se percate de ello.

Tras un largo rato conduciendo con la tranquilidad de la noche y el ruido del motor, hemos llegado. Daniel me indica que lo siga. Deja su motocicleta junto a las de otros chicos, todas en línea recta. Esto empieza a olerme mal. Aun así sigo caminando intentando no tropezar en estos zancos. ¿En qué momento perdí la cabeza y me calce los tacones? Derecho, izquierdo, derecho, izquierdo, ¡cuidado con la banqueta!, eso… estás bien… cuidado.

Daniel me guía hasta un hombre entre unos veinticinco y treinta años, diría yo. Su cabello rubio oscuro, le cae por sobre la frente, su mirada es fría pero se le ve entretenido. Sus labios se curvean hacia arriba en cuanto nos ve, un gesto que no me causa algo que no sean escalofríos. Algunos tatuajes de dragones, y otras figuras abstractas sobresalen de sus brazos a todos los colores por su camiseta sin mangas. Algo me dice que no deberías de estar aquí.

— Lauren, te presento a Rick —habla Daniel y el hombre extiende su brazo en dirección hacia mí.

El hombre al que llaman Rick pasea su mirada por todo mi cuerpo haciéndome sentir un tremendo pánico que solo incrementa a medida que pasan los segundos y nuestras manos siguen en contacto. Retiro mi mano esperando no note cuan asustada me encuentro en este momento. Un par de tipos a lo lejos no nos pierden de vista, no consigo verlos a detalle pero estoy segura de que están mirando hacia acá. Me lo dice mi sexto sentido. Tomo una bocanada de aire en un vago intento por tranquilizarme.

— Un placer conocerte, ¿estás lista?

Lo miro extrañada sin esforzarme por responder a su pregunta.

— Claro que lo está, pero no dejare que nadie me pase —habla Daniel— ¿Aun eres virgen?—  cuestiona para que solo yo le escuche.

Y a él se lo vas a contar. Bufo. Vaya idiota. Toma de mis hombros y sonríe. Respira y afronta las consecuencias de tu decisión.

— Dos mil, vendré al rato por mi premio —exclama un chico a mis espaldas.

— Mas te vale, hombre, las apuestas están al borde. No estoy hablando solo de dinero Liam, hablo de una verdadera hermosura. —Rick suelta una carcajada.

Lauren [COMPLETA] Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang