Capítulo 12

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Despierto a la mañana siguiente gracias al sonido de mi teléfono, mis parpados pesan una infinidad pero con trabajo los mantengo entreabiertos lo suficiente para oprimir el pequeño botón verde y deslizarlo a un lado en la pantalla. Ni siquiera reviso el identificador de llamadas y atiendo aún adormilada.

— Lauren, ¿dónde diablos te metes?—  hace una pausa breve. — Falta media hora para que inicien las clases, Ann ya está aquí.

La voz de Sam suena ligeramente alterada y a la vez bastante desconcertada, aun así me tomo mi tiempo para reaccionar como si nada de eso importara. ¿Qué día es hoy? ¿Annabeth ahí? Como una película de mi fin de semana reproduciéndose en mi cabeza, toda la información me llega de golpe. Un tanto aturdida me pongo de pie. Carajo. La escuela. Cuelgo y corro a arreglarme. Annabeth suele despertarme cuando me quedo dormida. Normalmente, pero hoy no es el caso.

Lo primero en mi armario es el conjunto que compre cuando escogí mi vestido para la fiesta del fin de semana. Esto consiste en unos cómodos jersey color negro, una camiseta rosa y, sobre esta, una blusa gris con mangas tres cuartos y corte arriba del obligo dejando expuesto el color rosa brillante. Eso sin olvidar mis botas color negro y aplicar un poco de maquillaje para matizar mi piel. Dejo el cabello suelto por sobre mis hombros.

Se ve bastante bien y solo me ha tomado veinte minutos. Sonrío fugazmente a mi reflejo antes de salir corriendo escaleras abajo, quizá si acelero el paso… ¿a quién engaño? No llegare al primer periodo ni aunque consiga volar.

Estando en la entrada me encuentro con una motocicleta en el porche, un chico con una chaqueta color rojo y el casco sobre su cabeza montado sobre ésta. Por un momento pienso en que se trata de Brent, pero descarto la idea al recordar lo acontecido el día anterior, Ann no es la única que debe seguir molesta. Quizá Jason, Kyle o incluso podría tratarse de Patrick. Tengo cierta curiosidad sobre quien está ahí, sobre aquel vehículo mortal de dos ruedas.

El chico misterioso se reincorpora y camina hacia donde yo me encuentro, quitándose el casco. En cuanto lo veo me quedo pasmada, casi tanto como si viera a un mismísimo fantasma. Una persona a la que le gusta tener todo controlado y en orden no suele interesarse en lo que se opone a eso, el control o al menos eso creí en un principio. De todas las personas que conozco era el único que no había considerado.

— Sam me dijo que necesitabas transporte.

Me tiende un casco, niego con la cabeza cruzándome de brazos. De no ser por él esto no estaría pasando.

— Solo fue un beso, por Dios Lauren, el que debería estar enfadado soy yo. Tu sabias lo de… tu hermana —grita—. Me enamore de alguien que no existe.

Sus palabras eran más para sí mismo, su voz algo cortada hablaba más que el chico en sí, aquel dolor en el pecho que tanto me atormentaba el día anterior no era únicamente mío. Si tan solo supiera que Annabeth en verdad se había enamorado de él y que todo lo que hizo fue solo para poder pasar tiempo a su lado.

— ¿Un golpe y un corazón roto es suficiente para que me perdones?

Cuestiona retirando los lentes oscuros de su rostro, puedo observar su ojo morado por un momento hasta que él se los vuelve a poner. Brent. Ruedo los ojos ante la ironía.

Tomo el casco accediendo a ir con él, hasta que mi uso de la razón me hace dudar. Por un momento me quedo pensativa, Ken parece notarlo.

— Es segura, llevo compitiendo en ella un buen tiempo.

Suelta una leve carcajada que no me inspira mucha confianza, sin embargo, al revisar la hora en mi móvil lo reconsidero. No puedo perder el examen de Literatura.

Lauren [COMPLETA] Onde histórias criam vida. Descubra agora