CAPÍTULO DOS

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brielle's point of view.
avonlea, 1890

habíamos llegado a nuestro hogar hace más de una hora, en la cual me dediqué a ordenar la que sería mi habitación a partir de ahora. una vez ordenada, con mis cosas en su respectivo lugar, bajo las escaleras hacia la planta baja encontrándome con mi madre terminando de limpiar la cocina.

—¿necesitas ayuda con eso, madre? —le pregunto mientras me acerco a ella. no quiero que haga todo el trabajo, sin embargo, mi madre es muy terca cuando se trata de eso.

—claro que no, bri. ¿por qué no vas a explorar el lugar? apuesto a que hay muchos lugares interesantes por aquí —

una de las cosas que amo de mi madre, es que siempre deja las puertas abiertas a la imaginación, las aventuras y a la diversión.

—esta bien, volveré pronto —me acerco a ella para darle un tierno beso en su mejilla y corro hacia la puerta para abrirla y luego salir, cerrándola detrás de mi.

inhalo profundamente, llenando mis pulmones de aire puro para comenzar a caminar sin dirección alguna hacia ningún lugar en especifico. pues, a veces, el mejor plan es no hacer planes.

luego de lo que parecen minutos caminando y encontrándome con diversos y hermosos paisajes, llego a lo que parece ser un especie de bosque.
la cantidad de árboles son incontables. sin embargo, luego de caminar varios minutos, recogiendo flores en el camino, el bosque se termina y en mi visión entra una casa algo grande.

dicen que la curiosidad mató al gato, pero, en cuanto a mi concierne, al menos murió sabiendo.

me decido finalmente por acercarme a la pintoresca casa lentamente, finjiendo que esa no es realmente mi intención por si hay alguien mirando dentro.

cuando estoy a unos pocos metros me acerco a la ventana y lo que puedo ver es una mesa en el que parece ser el comedor, tal vez no hay nadie en casa.

una estruendosa toz me alarma y bajo un poco más la cabeza escondiéndome por si acaso.

'¿te encuentras bien?' la voz de un muchacho llega a mis oídos.
alzo la cabeza y veo a un joven, al parecer de un año o dos más grande que yo, con cabello ruloso oscuro y un poco alto, que entra a una habitación cercana a la sala.

observo a través del vidrio de la ventana al muchacho salir luego de unos segundos. me aseguro de estar bien escondida, pero al instante pieso '¿qué es lo que estoy haciendo?' y decido que es momento de irme. doy un paso atrás, pero accidentalmente resbalo y cuando me doy cuenta mi, ahora adolorido, trasero está en el suelo.
estoy segura de que mi caída emitió un gran sonido e inmediatamente me levanto y salgo corriendo lejos de la casa antes de que noten que estuve allí espiando.

sin darme cuenta, el atardecer llega antes de lo que tenía previsto tiñendo en cielo de un bello degradado naranja, amarillo y rosa. contemplo este precioso espectáculo de la naturaleza sumida en mis pensamientos.

mi madre suele decir que cada detalle, cada rincón de este interminable mundo es un regalo que atesorar y cuidar.

mi madre... ¡oh, no!

me levanto rápidamente del verde césped donde reposaba y sin importarme el vestido tomo las flores que anteriormente junté y corro hacia la casa como si mi vida dependiera de ello.

al llegar, entro a la casa y trato inútilmente de arreglar mi vestido. camino hacia la cocina donde vi por última vez a mi madre antes de salir, pero no esta allí, por lo que tomo un florero que guardábamos y coloco las flores con suficiente agua para luego decorar la mesa con él. estoy segura de que a mi mamá le encantará y con este pensamiento una sonrisa se forma en mi rostro.

'te divertiste, señorita?'

al oír su voz inmediatamente me volteo hacia la puerta de la cocina donde se encuentra cruzada de brazos mirándome. le sonrío inocentemente y le muestro las flores tratando de evitar un regaño.

—mira, las junté para ti —digo sonriente y ella cambia su mirada de madre regañona a madre contenta.

—oh, brielle. que bellas son -dice y se acerca a la mesa junto a mi. -pero la próxima vez vuelve mas temprano o al menos avisa —me dedica una mirada 'amenazadora' por lo que suelto una risita que rápidamente la contagia y ambas terminamos riendo.

—lo lamento, perdí la noción del tiempo, pero en mi defensa el cielo se veía precioso —

—esta bien -hace una leve pausa.
—y hablando de cosas preciosas... —sale de la cocina y luego de unos segundos reaparece sosteniendo una caja en sus manos.

—¿qué... —la curiosidad me invade y ella deja la caja en la mesa frente a mi.

—abrela, pequeña —ríe y me mira esperando que lo haga.

sin esperar más, lo hago y quedo totalmente sorprendida y encantada al encontrar un bellísimo vestido dentro de la caja.

—es precioso. ¡madre, muchísimas gracias! —sonrío alegremente y la abrazo.

—es para la semana entrante, pero no podía esperar a que lo veas —dice por lo que frunzo en ceño levemente.

—¿qué sucede la semana entrante? —pregunto separándome del abrazo y mirándola extrañada.

—irás a la escuela —anuncia con una sonrisa y yo abro mi boca como si imitara un pez, causando su risa al verme.

una nueva escuela.

[ CAPÍTULO DOS ]'COSAS PRECIOSAS'

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[ CAPÍTULO DOS ]
'COSAS PRECIOSAS'

ÁNGEL » GILBERT BLYTHE.Where stories live. Discover now