CAPÍTULO UNO

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brielle's point of view.
avonlea, 1890


mi largo viaje ha terminado y junto a mi querida madre bajo de la cabina del tren en nuestro nuevo hogar; avonlea.
ambas llevamos nuestras maletas en cada una de nuestras manos, cuidando de ellas en todo momento. al no haber estado aquí antes, mi madre se dirige a un amable señor de la estación de trenes preguntándole sobre el paradero de nuestra nueva casa.

—buenas tardes, buen señor. —comienza la conversación mi madre dejando una de sus maletas en el suelo y extendiendo su mano hacia el hombre.

—muy buenas tardes, señoritas. —sonríe amable estrechando su mano con la de mi madre y luego con la mía. —¿en qué puedo ayudarlas? —

—verá, somos nuevas en el pueblo y esperaba que usted pueda ayudarnos a encontrar el camino para ir a nuestro nueva casa. —mi madre le explica tranquilamente, algo característico en ella.

—oh, por supuesto. —el amable señor nos sonríe y él junto a mi madre comienzan una amena charla, la cual me pierdo cuando mi vista se encuentra con un bellísimo árbol de cerezo.

'es divino, ¿verdad que si?'

la voz de una niña me despierta de la burbuja que había creado mi mente y dirijo mi mirada al lugar de donde proviene esta, encontrándome con una pelirroja sentada en la banca del lugar. no había notado que estaba ahí, pues había mucha gente en ese entonces.

—tienes toda la razón. —le regalo mi mejor sonrisa, con la esperanza de poder tener una nueva amiga. la pelirroja se levanta rápidamente de la banca y extiende su mano hacia mi, la cual inmediatamente estrecho sonriente.

—mi nombre es anne shirley, anne con una 'e' al final. —se apresura a decir mientras su mano, aún junto a la mía, se mueve rápidamente de arriba a abajo causando que una risita se me escape.

—es un placer conocerte, anne. mi nombre es brielle riggs, espero que seamos grandes amigas. —me presento sonriente. luego de unos segundos finalmente suelta mi mano. al parecer mis palabras alegran mucho a anne, ya que una gran sonrisa se dibuja en su pecoso rostro.

—oh, el placer es todo mío. tienes un nombre precioso. tenía la esperanza de que podamos ser amigas desde el momento en que te ví llegar y es un verdadero sueño hecho realidad para mi que quieras serlo. —anne toma mi mano y suelta cada palabra con tal sentimiento que no puedo evitar sentirme intrigada por aquellas curiosas palabras adjetivas, al parecer, comunes en ella.

—también el mío, pues verás soy nueva aquí y acabo de llegar junto a mi madre. —dirijo mi mirada seguida de anne hacia mi madre, quien aún conversa con el amable señor.

—es muy bella en verdad. —suelta anne y luego dirige su mirada hacia mi. —ambas lo son. yo también soy nueva y he notado que tu cabello es de un precioso color dorado, que envidia. como puedes ver mi cabello es de un espantoso color rojo, es mi mayor y eterno tormento. —anne comenta totalmente disgustada mientras toma una de sus rojas trenzas.

—pero, yo creo que ese color es hermoso. —digo siendo totalmente sincera con la pelirroja consiguiendo que ella cambie su mirada de disgusto a sorpresa.

—¿hablas enserio? —su mirada de sorpresa sigue allí por lo que sonriéndole asiento con la cabeza. sin embargo, nuestra charla se ve interrumpida por mi madre quién, al parecer, ha terminado de hablar con aquel hombre y ya sabe la ubicación de nuestra casa.

—brielle, ¿por qué no me presentas a tu nueva amiga? —mi madre le brinda a anne una cálida sonrisa que ella devuelve.

—madre ella es anne shirley, anne te presento a mi madre, rebecca riggs. —digo a la vez que señalo a ambas y ellas estrechan sus manos una con la otra.

—es totalmente un grato placer conocerla, señorita riggs. —anne es la primera en hablar de ambas.

—el placer es mío, joven anne. —finaliza mi madre la presentación con una sonrisa. —lamento interrumpir su charla, pero ya debemos partir brielle. espero que nos volvamos a ver, anne. —termina de decir y yo asiento tomando nuevamente mis maletas.

—realmente espero volverte a ver anne shirley. —le sonrío y antes de que pueda reaccionar me encuentro siendo abrazada por la encantadora pelirroja.

—no sabes cuánto espero lo mismo, brielle riggs. —murmura en el abrazo y correspondo inmediatamente. luego de unos segundos el abrazo finaliza y vuelvo mi mirada hacia mi madre quien me espera para nuestra partida.

—¡hasta pronto, querida anne! —la saludo ya un poco más alejadas mientras camino junto a mi madre.

—¡hasta pronto, querida brielle! —grita en respuesta mientras agita su mano en forma de saludo haciendo que la sonrisa en mi rostro se agrande.

mi primer amiga.

[ CAPÍTULO UNO ]'LA LLEGADA A AVONLEA'

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[ CAPÍTULO UNO ]
'LA LLEGADA A AVONLEA'

ÁNGEL » GILBERT BLYTHE.Where stories live. Discover now