Capitulo 4: Conflictos Familiares

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El muchacho miró a su padre, a ese rostro que parecía de piedra. ¡Bien lo conocía él! Esa expresión cortante había sido como una sombra negra en su niñez y como una pesadilla ahora en la adolescencia, una pesadilla que no podía sacudirse de encima. La dura disciplina, la fría inflexibilidad de su padre, era algo a lo que estaba ya acostumbrado. Por eso solo atinó morderse los labios y contestar con voz ronca:

—No encuentro a Peter para que vea mi herida, solo volví a buscar mi campera, iré a enfermería para que alguien me atienda. Ya que aquí, al parecer, a nadie le intereso ¡Eso es todo!

Salió de la habitación dando otro portazo y caminó hasta el primer piso del hotel.

...

—Solo quiero una aspirina—respondió Juli a Érica.

—Subiré al cuarto y te bajaré una...

—No será necesario, aquí hay una salita con una enfermera, el señor Hans dijo que cualquier cosa que necesite le puedo pedir a ella.

—Bueno, entonces voy a preparar el equipo y tu busca tu aspirina. Abrígate bien, ¡está helado afuera!

Julieta caminó por aquel estrecho pasillo y al llegar encontró la puerta medio abierta.

Empujó suavemente la puerta y allí estaba Ronny intentando limpiar una herida en su mano y manchando todo de sangre.

——¿Puedo ayudarte? —preguntó con voz suave haciendo quevolteara a verla.

La cara de dolor del muchacho fue la respuesta.

Juli entró y tomó unas vendas y buscó el agua oxigenada.

—¿Me dejas ver?

Ronny extendió la mano y Julieta quitó el trapo ensangrentado que le envolvía la herida.

—Tendremos que lavarla—dijo abriendo la canilla de un pequeño lavatorio y haciendo señas a Ronny que la metiera bajo el agua.

—¡Ay!—exclamó el muchacho

—¿Qué te sucedió?

—Arreglaba mis equis y el cuchillo se zafó y...

—¿Los esquís con un cuchillo?... Ay Ronny... Es más grave de lo que pensaba...Quizás deberíamos llamar a Peter...

—Lo busqué por todos lados... Quizás está estudiando en la cabaña del bosque.

Juli secó la herida y volcó un poco de agua oxigenada, a lo que Ronny respondió con un quejido de dolor. Luego la vendó con unas gasas y puso una cinta fijando con fuerza la envoltura.

—¡Listo! Parece que quedó bastante bien —dijo satisfecha.

El muchacho de pocas palabras había permanecido serio y silencioso sin perder detalle de cada movimiento y cruzando de vez en cuando su mirada con ella.

—¿Te hice doler...? ¿Estás bien? Sé que Peter lo hubiera hecho mejor.

—Gracias.

—Bueno, no es como si hubiera salvado tu vida, pero... ¡de nada!—dijo bromeando.

—No estoy acostumbrado a que otros me atiendan. En general me las arreglo siempre solo.

—¿Y tus padres?

—¡Mejor ni hablar de ellos! Bueno... tengo que irme. Gracias nuevamente.

Juli le sonrió y levantó la mano en señal de despedida.

Busco la aspirina que necesitaba y salió feliz de haber podido ayudar a Ronny.

Por el carácter duro y terco del muchacho sospechaba que no había tenido una infancia muy feliz y que sus padres no eran demasiado cariñosos con él. ¡Qué bendecida se sintió de tener a su hermosa familia que siempre la rodeaban de cariño y cuidados!!¡Qué diferente hubiera sido la vida sin su protección, sin sus consejos!

Luz que no se apagaWhere stories live. Discover now