Capítulo 11 - Un plan infalible

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- Mina, ya han pasado tres semanas.

- Es hora de que la llames. No podéis estar sin hablaros toda la vida.

El trío japonés se encontraba de nuevo en casa de la rubia.

- No nos pongas a prueba, te aseguro que podemos.

- Deberías llamarla. Tres semanas Mina. -Momo lo repitió.

- Hace todavía más tiempo desde vuestro beso y todavía no estáis saliendo. -Intentó desviar la conversación.

- No vas a incomodarnos con ese tema. No tenemos tiempo de salir juntas si tenemos que estar pendientes de tí. -Sana habló seria.

- No os he pedido que lo estéis.

- Mina, tienes a esos pandilleros detrás de ti más que nunca, tu padre sigue en casa y tu novia sigue cabreada. -Momo habló incrédula.

- Dejad de decir que es mi novia. -Se cruzó de brazos.

- Como quieras.

Había pasado más de medio mes desde la discusión de las dos chicas, de la cual ya eran conscientes todo el grupo de amigas y es que incluso cuando quedaban juntas para salir en fin de semana la tensión era insufrible. No se hablaban y se ponían lo más lejos que podían la una de la otra. Aparte, se lanzaban indirectas a la mínima oportunidad para hacer enfadar a la otra todavía más. Pero esto terminaba hoy. No iban a soportar esta estúpida batalla todos los días de la semana cuando Mina volviera al instituto y este momento estaba cada vez más cerca. Aprovechando que ambas madres de Momo estaban trabajando las siete amigas habían decidido enviar a Nayeon a casa de la japonesa mayor diciendo que habían quedado allí. Cuando llegara, Sana y Momo se irían cerrando desde fuera y dejando a ese insufrible par a solas en casa sin escapatoria para que solucionaran las cosas. Habían intentado hacer más intervenciones pero eran imposibles las dos, o lo solucionaban ellas solas o no había manera. La hora de la supuesta quedada se acercaba y las dos japonesas se preparaban para salir.

- Momo, estaba pensando una cosa.

- No me digas que no quieres venir a cenar conmigo. -La sola idea la asustaba.

- No, no, no, no; claro que quiero, no tiene nada que ver con eso. -Se acercó para darle un corto beso en los labios y calmarla.

La verdad es que este dúo salía ganando por dos lados: iban a arreglar la futura relación de su mejor amiga y a la vez tendrían su esperada cita.

Momo se relajó y dejó que la otra hiciera su explicación.

- Puede que las dejemos solas y cada una se vaya a una habitación. Mina podría encerrarse en tu cuarto y Nayeon quedarse viendo la televisión abajo.

Momo le vio sentido a esto que le estaba diciendo. Con lo cabezotas que eran las dos, no sería de extrañar.

- ¿Y qué podemos hacer?

- Tu cuarto tiene cerradura. Creo que deberíamos dejarlas ahí dentro, a las dos. -Sana ya había pensado en todo.

Asintió con la cabeza dándole la razón mientras ahora era ella la que se acercaba para darle un beso más largo. Se separó para mirarla a los ojos.

- Eres muy inteligente.

- ¿Lo dices en serio?

- Completamente. Tenemos que conseguir que las dos se metan ahí dentro.

Le llegó un mensaje a Momo de Nayeon diciendo que ya estaba delante de la puerta, así que se separaron y se apresuraron para poner en marcha su plan. Momo fue a abrir mientras Sana metería a Mina en la habitación.

IronyWhere stories live. Discover now