Capítulo 7: Vestidos de Época y Mucho Glitter

78 4 1
                                    

Después de notificarle a papá que todo estaba bien, me dirigí hacia la sala de estar para ver en qué estaban mis hermanos y si habían avanzado con la decoración para la noche de hoy. 

Parecían muy ocupados, venían de aquí para allá cargando con máscaras y cosas de estilo veneciano. Nunca los había visto tan enfocados en una tarea que no fuese mirar fútbol americano.

Decidí acercarme y preguntarles si alguno necesitaba ayuda, ya que me sentía un poco inútil estando parada sin hacer nada. La cara de Dallas se iluminó de felicidad y enseguida me puso a cargar varias cajas pequeñas cuyo contenido desconocía.

Bajamos al bar que ya estaba tomando forma para la fiesta. El decorado en si no era muy llamativo, solo un par de máscaras que colgaban de la pared y varias guirnaldas de colores que recorrían el lugar de punta a punta.
Por la rapidez con la que lo estaban decorando y el estado algo desgastado de las cosas se notaban de que ya habían tenido una noche de máscaras antes.

- Oye Sebas- grité - ¿Desde cuándo hacen esto?

- Pues desde hace unos meses. Idea de Levi, mejor no hagas preguntas - me contestó con desinterés mientras colgaba el menú de aquella noche que tenía tragos cuyos nombres se acomodaban a la situación a un costado de la barra.

- ¿Por qué se molestan en seguir haciéndolo si el único de ustedes que la pasa bien es Levi?

- Pues porque por más tonto que suene, la noche de máscaras hace que la gente ligue el doble - me contestó - El lugar está oscuro, lleno de personas, las bebidas baratas y todo el mundo lleva máscara; no ver a la otra persona es una ventaja, al menos para algunos.

- Ya, ¿y lo malo?

- Pues que la gente se emociona un poco... bastante. Los tragos son más baratos en la noche de máscaras, lo cual nos conviene mucho por la cantidad de gente que viene a disfrutarlo, pero esto también trae descontrol y algún que otro accidente. - dijo mientras agachaba un poco la cabeza – Es una lástima que la gente necesite alcohol para pasarla bien, la verdad.

Lo mire con ojos tristes, una mirada que decía lo siento y te entiendo al mismo tiempo. Entre nosotros, no hacía falta decir nada más. Sin embargo, el momento no duró mucho más que eso.

- Toma - dijo mientras me tendía una máscara negra cubierta de glitter que había sacado de una bolsa que yacía a sus pies. - Necesitarás ponerte esto.

Apenas tuve tiempo de tomarla cuando oí gritar a mi hermano mayor.

-Vamos muchachos, no hay tiempo para jugar - dijo Dallas retomando su trabajo de líder - Las puertas se abren en menos de una hora.

Cuando me giré a ver a mi hermano vi a una chica atravesar la puerta de metal que solo utilizaban los empleados. Parecía tener cerca de veinte años, de piel morena y cabello castaño, rizado y voluminoso. Vestía una remera negra que dejaba ver un estómago perfectamente chato y trabajado, y un short de igual o menor medida que enseñaba unas piernas increíblemente largas que finalizaban en unas altísimas plataformas a juego con el resto de su vestuario.
Estaba maquillada como si saliera de una fiesta muy elegante, tenía unas pestañas larguísimas que enmarcaban unos ojos que hacían juego con el color de su cabello y unos labios de color bordó perfectamente delineados.

Hizo taconear sus inmensas plataformas contra el piso y se dirigió hacia mis hermanos; a continuación, saludó a cada uno de los chicos alternando entre besos en la mejilla y algo que identifiqué como saludos de mano. Mientras pensaba que yo jamás me atrevería a saludar de esa última manera a ningún chico, ella avanzaba decididamente hacia mí.

- Hola – dijo con un ímpetu y una decisión que hubiese hecho temblar hasta al más valiente - Tú debes ser Lila, he oído hablar mucho de ti.

A continuación, me estrechó la mano; y con una enorme sonrisa socarrona en su rostro dijo:

- De verdad que no entiendo cómo has aguantado a estos cuatro tantos años, se comportan como niños a veces. Yo solamente los veo tres días a la semana y casi siempre termino yéndome con ganas de estamparlos contra la barra.

Esta chica definitivamente me caía bien, se me hacía un gran alivio poder tener a una posible amiga cerca. No es que no me llevara bien con los hombres, de hecho, era todo lo contrario. Pero ninguno de ellos podría nunca llenar el vacío que dejar atrás a mi mejor amiga, Nora, había dejado dentro mío.

- ¡Oí eso Bella! - dijo Dallas, a quien se le cayó encima una gigantografía de una mujer usando un vestido de época a cambio de ese momento de distracción. ¿Qué clase de bar cuelga gigantografías de ese estilo en sus paredes?

La presunta "Bella" esbozó una pequeña sonrisa.

- Mejor cuídate de que no se te sigan cayendo mujeres arriba, o tendré que hacer algo al respecto - dijo colocando sus manos dentro de los pequeños bolsillos delanteros de su short.

Acto seguido, levantó la puerta de la barra y se puso a trabajar. Sus manos de dedos largos y manicura perfectamente roja batían tragos con mucha calma y estilo; de vez en cuando, se frenaba a lavar algún que otro vaso sucio. Todo a la velocidad de la luz. Por sus impresionantes habilidades, no me quedó otra opción que asumir que debía acompañar a Levi en su trabajo de bar tender.

Viendo que no tenía nada más que hacer allí, decidí subir a mi habitación para cambiarme y prepararme para la noche, además, que se estaba haciendo un poco tarde.


Se me estaba haciendo imposible encontrar algo que fuese adecuado en lo más mínimo para el evento de hoy, y las cosas no se facilitaban para nada teniendo en cuenta que toda mi ropa estaba separada y desperdigada dentro de distintas cajas por el suelo de mi nueva habitación.

Cuando iba revisando por la tercera o cuarta, encontré un atuendo que llamó mucho mi atención. Un vestido negro, con mangas largas y cuello alto, corto hasta la mitad del muslo. A juego, decidí también combinarlo con unas botas de estilo bucaneras considerablemente altas que me llegaban por sobre la rodilla.
Para maquillaje decidí ir casi sin nada, no es que no me gustara algo más exagerado, pero la verdad es que tenía entre poca y nada de habilidad en cosmética; así que simplemente me pinté los labios de un color violeta casi rozando al negro.

El conjunto me daba una apariencia de estilo dominatrix, sin embargo, hacía juego con la máscara negra y llena de glitter que Sebas me había dado antes.
No era muy yo, pero quizá, en este nuevo lugar, podría llegar a serlo. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 09, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Amor se escribe con 'A' mayúsculaWhere stories live. Discover now