Alfonso Herrera, es un tanto negativo y celoso. Piensa que todos a su alrededor son hipócritas como lo era Claudia su antigua novia, la cual él dio todo por ella.
La vida le dará una nueva oportunidad al enamorarse de Anahí Puente una chica diferent...
Alex: Nicolas Mendoza.- respondió con eminente enojo.
– Uhm deme un segundo - dijo la mujer. A los segundo llamo al imbécil y este salio enfundado en una toalla y a la vez refunfuñando no se que mierda, el al verme de pie en él lumbar de la puerta, abrio los ojos como platos me imagino que por la sorpresa. Papá y yo entramos al piso sucio y asqueroso, antes de que yo lo tomara del cuello mi padre lo hace primero.
Alex: Dime donde mierda tienes a mi nuera junto a los niños, si no hablas te hare hacerlo de la peor manera y creeme que me importa una mierda que las autoridades que están afuera intervengan - la voz de mi padre sonó amenazante, sus ojos irradiaban fuegos, ahora entiendo porque yo tengo ese temperamento cuando me enfurezco.
Nicolás: Yo les juro que no se nada, no la he visto ya hace meses, ademas no me interesa hacerle daño a nadie.- tartamudeo con miedo.
Alex: Haré qe hables con la verdad - finalizó mi padre, sacando al imbécil de su propio departamento y lo peor en toalla.
Cuando llevamos a Nicolás con las autoridades ellos hicieron todo para sacarle la verdad incluso le pedimos al paradero de Claudia por si ella esta metida en la desesperación, pero resulto que ninguno de los dos saben nada. Ahora me pregunto quien es él que esta involucrado en todo esto. ¡Demonios! Me volvere loco si no los encuentros.
Ya eran mas de las 12 de la madrugada la agustia y temor de no saber nada me estaba desquiciando, mis padres están en la habitación de huésped pendiente de cualquier cosa, por miedos a que le pasara algo malo a las gemelas las mando con mis abuelos y tios. Por suerte ellos igual mandaron varios detectives en busca de mis amores y mis suegros igual, todos estamos desesperados buscando alguna señal, llamamos a su móvil y por desgracia nos lleva al buzon.
Sentí una presion muy fuerte instalarse en mi cabeza, mi mente se puso oscuro, las lagrimas empezaron a brotar y sin poder contener la paciencia, tiro todo lo que encuentro a mi paso mis ropas las de ellas, el cunero del bebé, la televisión la destruí, el equipo de sonido y las lámparas de noche salieron volando, toda mi cabeza quería explotar de la maldita rabia de no saber nada de ellos, necesitaba verla y decirle cuanto la amo pero era imposible porque ella no estaba. De lejos oigo la voz de mi padre pidiendo que me detenga, sin embargo, yo segui lanzando y destruyendo lo que estaba a mi paso, una fuerte punzada en mi cabeza hizo que gritara como un demente. Caigo de rodillas sujetando mi cabeza mi padre se acerca pidiendome que me controle, toma mi cara entre sus manos y me pide que tenga calma, pero mi mente no quiere parar no hasta ver a mi mujer sana y salva. Nuevamente el dolor se instala y esta vez mas fuerte que hasta me retuerzo apretando mis dientes y gritando fuertemente, lo ultimo que logro oir es la voz de mi madre pidiendo que me lleven al hospital.
Abro los ojos con pesadez mis párpados pesan, siento mi cuerpo cansado y adolorido como si un camion de varias toneladas de arroz ha pasado por encima de mi, la cabeza me duele horrores. Miró para todos lados tratando de distinguir él lugar en donde estoy, no se que me ha pasado, no puedo recordar nada, pero una voz familiar me hace reaccionar de mi transe, abro bien los ojos y veo mi madre aun lado de mi, sujetando una de mis manos, llora amargamente, sus ojos lucen hinchados y su rostro demacrado. Que malo habra pasado para que se encuentre de esta manera.
Ruth: Hijo mio por fin has abierto los ojo - dice con la voz quebrada, al segundo entra mi padre con un hombre de traje blanco, rápidamente me doy cuenta que estoy en un cuarto de hospital y no entiendo el porque, pero de repente mi mente reacciona mostrándome un recuerdo de mi esposa y mi hermanita.
Alfonso: Mamá ¿Donde esta mi esposa? - preguntó con un horrible nudo formado en Mi garganta.
Él médico me pide que este tranquilo, pero no le presto atención, sigo pensando que ha pasado con ellos. Ninguno de los tres responde, trato de levantarme, pero las manos de mi papá me detiene.
Alex: Alfonso controlate o no te dire nada, no eres un niño al que debemos aguantar tus berrinches.- asentí apenado por las palabras ciertas de mi padre - Bien te dire, llevas una semana ingresado porque te practicaron la cirugía, tu medico te tuvo que intervenir por él estado que veniste hace unos días, gracias a Dios todo salio muy bien, solo debes cuidarte - quedo perplejo. Como sucedió esto tan rapido.
Alfonso: ¿Y donde estan ellos? Me imaginó que ha aparecido.- inqueri nervioso y con la voz pesada. Mi madre lloraba apartandose de mi lado, los miro atónito al no tener respuesta, nuevamente pregunto y mi padre niega tapandose el rostro.
Alex: No aun no han aparecido desde aquella vez - respondió en susurro. Mi corazon dio un vuelvo doloroso, esto debe ser una maldita broma, no puede ser real. No y no...
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