Capítulo 58

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-¿Cariño? ¿Estás lista?-Le preguntó Ruggero, revisando el móvil por si había algún mensaje de los chicos.

-¡Sep!- Karol saltó del baño y le plantó un beso en los labios a Ruggero.

Tantos años juntos y a Ruggero  aún le sorprendían cada uno de los besos que ella le daba. Le hacían sonreír de una manera irracional. Se le derretía el corazón viendo lo dulce que era Karol, lo hermosa que era con él,
todo lo que había cambiado después de todo por lo que había pasado. Pero todo los esfuerzos que él había hecho por ella habían servido para llevarlos hasta allí, a París, juntos, él, ella, y un bebé en camino. Sabía que iba a amarla más allá de lo que jamás un hombre había amado a una mujer.

-¿Dónde vamos?-Le preguntó ella.

-Mm... Sorpresa, sorpresa.

-¡No!- se quejó ella, haciendo pucheros-No me gustan las sorpresas.

-Pues esta te encantará. Vamos- la cogió de la mano-Y ni se te ocurra rechistar o tendré que darte en tu lindo trasero.

-Creo que con esa amenaza debería considerar que rechistar no estará tan mal.

-Me has salido pervertida, ¿eh?, señorita Pasquarelli.

-Awww, me encanta como suena eso.

Ruggero cerró la puerta de la habitación tras ellos y  la  empujó contra la pared y la besó.

-Eres mía y solo mía.

-¿Algún día me convertirás en tu Esposa?

-No lo dudes. Me muero por hacerlo-Le confesó.

(*)

Salieron del hotel, no sin antes darle los buenos días al chico de la recepción que tan amable era. Les había preguntado donde irían a pasar el día, pero Ruggero se había negado a responder con tal de mantener la sorpresa intacta.
Cogieron un taxi y tras veinte minutos de trayecto, Ruggero le tapó los ojos a Karol.

-Ruggero...

-Shh. Ya estamos llegando-le dijo-Puede parar aquí. Gracias.

El taxista frenó, les deseó un agradable día y tratando de evitar que Karol se tropezará o cayera, la ayudó a bajar aún impidiéndole ver algo.

-Hay mucha gente-replicó Karol, escuchando el tránsito y las voces a su alrededor-Y estamos en la calle- el aire chocaba contra su cara y le revolvía el pelo. Olía a flores, muchas flores-Ruggero. ¿dónde me has traído?

-Aquí - y le destapó los ojos dejándole ver lo impresionante que se veía la Torre Eiffel ante ellos.

¿Dónde quedo nuestra promesa? Where stories live. Discover now