Capítulo 6

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Cuando me levanté, Tom ya no estaba en casa. La noche anterior me dijo que tendría que salir temprano para trabajar y que me dejaría el desayuno preparado, así que fui a la cocina después de lavarme la cara para despejarme, y me tomé el tazón de leche con cereales que había sobre la mesa. Después me vestí, cogí mis cosas y salí de casa. Empezaba un nuevo día, el segundo día en la escuela, y podía pasar de todo...

Como la mañana anterior, entré en clase y me senté en mi sitio. Supuse que Niky llegaría enseguida, pero en vez de eso, una chica con el cabello rizado y largo que no había visto antes, se acercó.

—Perdona—me habló—¿Te importa que me siente aquí?

—Em... Es el sitio de una amiga—respondí—Pero...

—Ah, lo siento. Buscaré otro.

—No, no—la avisé—Puede sentarte. Lo más probable es que llegue tarde y no creo que le importe.

La chica dudó unos segundos. Luego sonrió y se sentó.

—Soy Miranda mccartney —se presentó.

—Encantada—sonreí—Yo soy Karol.

Me devolvió la sonrisa, pero en aquel momento, hubo algo que me hizo pensar: Su apellido.

—¿mccartney, dices?

Miranda rió y bajó la cabeza para luego contestarme.

—Sí, soy la hermana menor de Zack mccartney, ese chico con el pelo revuelto.

—Em... Conozco a Zack desde que éramos pequeños— le conté—Pero que yo recuerde, solo tiene una hermana que se llama Gemma, no Miranda.

—Ah, bueno. Todo esto tiene una historia muy larga. Me adoptaron—Dijo después.

La miré, algo desconcertada.

—Mi padre es hermano del de Zack y, bueno, mis padres murieron hace cosa de dos años y los de Zack se hicieron cargo de mi. A fin de cuentas, realmente somos primos, pero Zack y yo nos consideramos hermanos.

—Vaya— contesté con una sonrisa.

Después de eso, comenzamos a hablar y a conocernos mejor, hasta que entró el maestro y tuvimos que hacer silencio para prestarle atención a él.

                                                                               ****************

En otra parte del colegio, una chica corría a toda prisa por el pasillo. Llegaba tarde y no le agradaba nada la idea de pasar el resto de clase fuera. El viento chocaba contra ella, pero eso no iba a pararla, excepto un tropezón que la hizo caer al suelo.

Iba a levantarse de inmediato, pero una mano apareció frente a ella, ofreciéndose a que la cogiera y la levantara. Ella no se lo pensó dos veces y accedió, viendo luego los ojos del chico que estaba frente a ella.

—Te recomiendo que no corras—le dijo en tono divertido—Puedo asegurarte que es mejor llegar tarde que pasarte el resto del día en la dirección.

Ella rió, algo agitada.

—¿Tan malo es?—preguntó mientras se sacudía la ropa. Al parecer, encontrarse con aquel chico le había borrado de la mente la razón por la que segundos antes corría como una bala.

Él afirmó con la cabeza, indudable.

—¿Estás bien?—Le preguntó después.

—Sí—contestó ella—No ha sido nada, pero gracias.

El chico sonrió cortésmente.

—Soy Zack— se presentó enseguida.

—Rosario-Dijo ella.—Pero dime Roxy—agregó.

Y el tiempo pareció pararse mientras ellos se miraban fijamente a los ojos. Sin embargo, Rosario recordó él porque se había tropezado: Llegaba tarde a clase.

—Lo siento—dijo—Pero tengo que irme. Llego tarde a clase y ni siquiera sé donde esta el aula. Ya nos verem...

—Puedo acompañarte— hablo Zack—Quiero decir, yo conozco este sitio, puedo guiarte hasta tu aula.

—¿No...No te importa?—preguntó ella, algo tímida.

—No, claro que no. ¿Dónde vas?

—A la clase B6.

—Sígueme, yo te llevo hasta allí.

Rosario sonrió ante la amabilidad de Zack y lo siguió hasta el aula, donde Zack tocó la puerta, y pasó junto a ella.

—Rosario es nueva—Le explicó al profesor, que se había quedado mirando a la pareja en cuanto abrieron la puerta—Y no sabía dónde estaba el aula y tuve que acompañarla. Disculpe el retraso.

El maestro miró a la chica.

—No pasa nada—contestó—Rosario, siéntate allí— le ordenó señalando un asiento al final de la clase.

Ella asintió y fue hasta su sitio. Le sonrió a Zack dándole las gracias y él le devolvió la sonrisa. Iba a despedirse del profesor cuando su mirada se cruzó con la de otra chica, una que no esperaba ver allí: Karol.

Se quedó paralizado en cuanto sus ojos chocaron contra los de ella. Karol se encontraba igual, aterrada, y no entendía porque le horrorizaba tanto tener que volver a encontrarse con los chicos.

—Mccartney—lo interrumpió el profesor—¿Algo más?

—Eh...—sacudió la cabeza y miró al hombre—No, no—sonrió falsamente y se dirigió hacia la puerta, pero no sin antes volver a mirar a Karol. En cuanto estuvo fuera, dejó escapar un 'No puede ser...', y salió corriendo hacía el teatro, donde se encontraban el resto de sus compañeros, ensayando.

—¡No van a creer a quien he visto!—gritó eufórico entrando por la puerta.

Ruggero, Lionel, Agustín y Michael se giraron sorprendidos. Sin embargo, este último, se jugaba lo que fuera a que había visto a quien con él se había reencontrado el día anterior.

—¡Zack!—le gritó la profesora de música—¿Qué maneras son esas de entrar al teatro? y gritando

—Perdón...—se disculpó uniéndose a sus amigos, quienes se encontraban sentados en el borde del escenario.

—Ni perdón, ni nada. Sube al escenario ahora mismo y empieza a tocar la guitarra—Le decretó.

Zack asintió sin mediar palabra y subió las pocas escaleras que daban al escenario, abriéndose paso entre los otros.

—¿A quién has visto?—le preguntó Agustín cuando pasó por su lado.

—No lo vas a creer. He visto a...

—¡Zack!—volvió a gritar la profesora—¡He dicho que subas al escenario! ¿que estás esperando?

—Si,Si—contestó pesadamente—Luego les cuento, chicos.

Los cuatro se miraron entre ellos, aunque el rostro de Mike era algo diferente, ya que se moría de ganas por decirles a sus compañeros que su mejor amiga estaba de vuelta, sin embargo, había pensado en lo que Niky le había dicho y en lo que Karol les había pedido, y no iba a defraudarlas, así que se calló, pero ahora el problema no era él, era que Zack que no tardaría mucho en hablar.

¿Dónde quedo nuestra promesa? Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ