Respondió mamá por mi.

Ni mis exs novios más adinerados me habían llevado a ese restaurante tan prestigioso.

---Pues me alegra traerlas por primera vez.

Afirmó sonriente.

Llegamos al restaurante en mención en breves minutos, aquél auto era muy rápido, parecía que habíamos volado en todo el sentido de la palabra. El lugar era enorme y espléndido, la atención era extremadamente buena. Decidimos sentarnos en una mesa al aire libre, la vista desde un cuarto piso era impresionante.

---¿Qué desean ordenar, estimados?

Un mesero muy elegante nos estaba atendiendo en este momento.

---Bueno, a mi por favor ayúdame con un Confit de canard.

Dijo el castaño luego de cerrar su libreta de menú. ¿Y qué carajos era lo que había ordenado?

---Yo deseo... unas albóndigas de rosa de Conde, gracias.

Miré a mi mamá incrédula, ella sólo levantó una de sus cejas, seguro ni ella mismo sabía lo que había pedido.

Leí y releí la libretilla del menú, no me decidía, claro el 80% de platos eran totalmente desconocidos para mi.

---¿Y usted señorita?

Miré al mesero con indecisión.

---Sí gusta, le recomiendo el paté de ganso, esta exquisito.

Iugh, creo que el castaño notó mi cara de espanto porque lo escuche reír ligeramente.

---Eh...no, bueno, a mi traigame un bife de chorizo, gracias.

La vieja confiable.

---En seguida, disfruten de la velada.

---Gracias.

Respondió el castaño.

---¿Y bien? ¿Qué les parece el lugar?

Los tres miramos todo alrededor, realmente no era la gran cosa, pero la vista del lugar era bastante imponente.

---Tiene una vista magnífica de la cuidad, ahora entiendo porque hay que reservar anticipadamente para venir hasta aquí.

Aseveró mi madre.

La comida estuvo bastante agradable y ahora mi mamá recordaba anécdotas un poco vergonzosas sobre mi.

¡Genial!

---¿En serio ella hacía eso?

Preguntó el castaño a mi madre mientras me miraba divertido.

---Si, ella siempre se cambiaba de nombre cuando conocía a alguien, nunca daba su nombre real.

Expresó mi madre un tanto nostálgica.

---¿Lo recuerdas nena?

Reí por lo bajo.

---A duras penas.

Y si, casi no recordaba mucho de aquello, ya que era muy pequeña.

La música en vivo sonó tomándonos a todos por sorpresa, enseguida Dorian extendió su mano hacia mi madre y ella un poco tímida aceptó.

Mi mamá y el castaño bailaban muy bien, ella reia y eso me daba la esperanza de días mejores en cuanto a su salud. Saqué mi móvil de la cartera y sin que ellos lo notarán les tomé una foto, ambos sonrían en ella, parecían saber que los había retratado porque salían perfectos. No quería que este momento terminará, los tres eramos una familia, un poco rara si, pero ellos eran todo para mi.

Guardé mi móvil nuevamente y tomé un poco del vino de mi copa, el castaño había comprado un delicioso vino blanco cosecha de un año en el cuál yo aún no había nacido , pero sin duda tenía buen gusto. Todo estaba perfecto hasta que note que un chico que estaba sentado frente a mi me observaba fijamente, su mirada era oscura y perturbadora, tanto que sentí un escalofrío recorrerme por todo el cuerpo.

---¡Hey! Sofy, ¿Estas bien?

Cuestionó mi madre cerca de mi.

---Eh...si mamá.

Dejé de mirar a aquél chico y miré a mi madre fingiendo estar bien.

---Dorian fue al baño.

Dijo sentándose nuevamente en la mesa.

Volví a mirar a aquél extraño chico y éste seguía viéndome, parecía querer escarbar en lo más profundo de mi con su mirada, hasta que imitó tener una pistola en sus manos para luego apuntarme, lo miré totalmente desconcertada cuando leí sus labios "BUM", era la palabra que había salido de su boca.

---Volví...¿Quieren que nos quedemos un rato más o quieren ya irse a la casa?

Me sobresalte al escuchar la voz de Dorian.

---Yo creo que...

---Ya es tarde mamá, lo mejor será que descanses.

Acote interrumpiendola. No quería continuar ni un segundo más allí, aquél chico me aterraba.

---Si cariño tienes razón.

Un suspiro salió de mi cuando escuché a mi madre decir aquello, nunca me había sentido tan incómoda con la presencia de alguien como la de ese chico en ese momento.

---Esta bien, pediré la cuenta.

Durante el trayecto a casa permanecí callada mientras mi madre y Dorian conversaban elocuentemente.

Al llegar a casa acompañé a mi madre hacia su habitación y me quedé con ella hasta que se quedó dormida, una de sus enfermeras velaria por su bienestar durante la noche, así que me fui a descansar con tranquilidad. Ya en mi habitación pensaba en todo y en nada a la vez, un sonido me sacó de mis pensamientos.

---¿Estas dormida?

Escuché una voz masculina del otro lado de la puerta de mi habitación.

---No, pasa.

Era Dorian.

---Gracias...yo...¿Puedo quedarme aquí, contigo?

Reí divertida.

---¿Qué acaso el bebé no puede dormir?

Cuestione con tono juguetón.

---No...no pude.

Cerró la puerta de la habitación con seguro y se acercó hasta la cama para acostarse en ella, se ubicó detrás de mi para después abrazarme fuertemente.

---¿Qué te pasa estas rara?

Preguntó mientras me respiraba en la nuca.

---Nada, me duele un poco la cabeza.

Mentí, ni siquiera yo sabía lo que me pasaba.

---Estas así desde que estábamos en el restaurante.

Dijo casi en un susurro.

---Son ideas tuyas, mejor ya duermete.

Dije cerrando mis ojos.

---No puedo...

Sabía yo que estaba bien despierto de hecho.

---Pues que pena por ti, hasta mañana.

Respondí tajante.

---Bu...

Me aguanté la risa un par de segundos para luego quedarme profundamente dormida.

Voten y comenten

¿Alguien quiere un maratón?

¿Quién era ese tan extraño chico?

xoxoxox

La hija de mi sirvientaWhere stories live. Discover now