AZUL CIELO || kakashi hatake

C22. Problema tras problema.

Ella sólo había querido con su alma entera a una persona. ¿Cuál era su pecado, entonces? ¿Merecía, después de todo lo bueno, lo que estaba a punto de sucederle?

—Llegamos, cariño, siéntete en casa. No tardo —anunció el hombre serpiente dejando a Sora en un cuarto sola.

Todo el camino estuvo inconsciente, supuso que Orochimaru lo hizo para que no supiese dónde quedaba su "escóndite". Se talló los ojos mirando a su alrededor, una pequeña vela iluminaba la profunda oscuridad en la que se encontraba. Una cama algo incómoda yacía a un lado de la puerta (obviamente cerrada).

Al rato escuchó que alguien abría la cerradura de la puerta, segundos más tarde entró un muchacho de lentes sosteniendo una bandeja con comida y agua.

—Lord Orochimaru le manda esto —avisó dejándolo en el suelo.

—Kabuto el lame culos, cuánto tiempo sin verte —rió Sora.

—Desde los exámenes chunnin, lo recuerdo bien. Eras del grupo de inútiles que no pudo salvar a Sarutobi. Sora Miramoto.

En un segundo la peliazul sostenía con fuerza el cuello del muchacho, golpeando su cabeza contra la pared de piedra.

—No me costará nada romperte el cráneo a golpes, mejor manten tu asquerosa boca cerrada, maldito cuatro ojos.

—¿E-estás tan segura de ti misma? —preguntó a duras penas Kabuto.

—Claro que sí idio... —paró de hablar al sentir un pinchazo en el brazo.

El joven Yakushi le había inyectado en cuestión de segundos algún tipo de tranquilizador, el cual la obligó a soltarlo, mientras trataba de mantenerse de pie.

—Lord Orochimaru siempre te describió como alguien demasiado atolondrada e impulsiva, no dudé en traer esto conmigo por si se te soltaba la correa —sobó su cuello, que aún estaba adolorido—. Espero que con esto te estés quieta hasta que sea el momento para que salgas, tenemos tantas cosas preparadas para ti, perra estúpida.

Sora se dejó caer, demasiado cansada, a la cama. Cerró sus ojos y de nuevo quedó en brazos de Morfeo.

[...]

—¡ENTIENDE BABOSO, TENEMOS ALGO IMPORTANTE QUE DECIRLE A LA ABUELA, DÉJANOS PASAR! —gritó el rubio escándaloso de la aldea.

—No dejar pasar a nadie, ni interrumpir por ninguna razón, fueron las órdenes de la Hokage. Ambos váyanse —ordenó el guardia desde la entrada hacia la oficina Hokage.

Los niños no se iban a rendir tan fácil, por lo que después de pensar un poco más, Naruto recordó algo.

—¡Es cierto, podemos entrar por el techo!

—Idiota, ¿y es apenas que lo recuerdas? —Sasuke bufó fastidiado.

—El sabio pervertido me había dicho un día que la azotea tenía una entrada secreta, dattebayo.

—Entonces qué demonios estamos esperando, hay que llegar lo más pronto posible.

Naruto guió a su compañero por la forma de subir, así que no pasaron ni 5 minutos cuando ambos estaban ya en el lugar. Y para su buena suerte, ahí mismo se encontraba Tsunde acompañada de Kakashi.

—¡Abuela, Sasuke sabe dónde está Sora!

Ambos adultos se giraron a ver a los niños.

—¡Naruto, Sasuke! ¿qué están haciendo aquí? ¿Quien los dejó subir? —reclamó furiosa la rubia.

—Tranquila anciana, eso no importa ahora.

—Espera, mencionaste que saben dónde está Sora... —habló el enmascarado.

—Saber dónde exactamente no —dijo Sasuke—. Pero sí con quién, yo estuve presente cuando Orochimaru se la llevo.

Y todas las dudas de Tsunade se resolvieron dándose cuenta que estaban en serios problemas.

Próximo capítulo: Lunes 18 de Diciembre.
¡El final se acerca!

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