Capítulo XI

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Creo que sabrán en que momento ponerla.
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~"Reconocimiento"~

"Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros."

—Cicerón.

*Advertencia: mención a golpiza*

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Estaban todos juntos en un principio, todos y cada uno de ellos yacía en un mismo lugar; aglomerados, él trataba de sujetar manos que veía trémulas ante la situación, aferrándose firmemente a los brazos que encontraba a su alrededor y cerrando sus párpados porque no quería ver nada. Tenía miedo, frío, y sólo el agarre que tenía con aquel chico le aseguraba una cierta satisfacción, creándose una falsa idea de que estaría bien. Encerrándose en una errónea burbuja de felicidad constante que más de una vez, lo sacó de su repugnante realidad, escapando, literalmente del mundo que lo rodeaba; pero esta vez, era distinto.

No bastaba con cerrar los ojos y tararear pegajosas melodías cándidas en su cabeza, ya que las luces blancas le recordaban que no podía escapar fácilmente de ese lugar, ese momento y específicamente ese ambiente. Era turbia la sensación de vulnerabilidad que sentía correr gélida por sus piernas, por su nuca, en su nariz menuda y en sus delgados labios temblorosos. La luz incandescente lo volvía pequeño y las piedras bajo sus pies cantaban dulcemente ante sus pisadas raudas que intentaban seguir con torpeza los movimientos del brazo que estaba sujetando. Masculló algo incomprensible y como si todo el aire que retenía en sus pulmones saliera disparado por su boca, unos brazos fornidos lo sujetaron por los hombros, apretando sus delicados huesitos de cristal y abriendo sus ojos con tal tamaño que parecían salir de sus cuencas.

Gritó, y sin soltar el brazo de su amigo, miró la fila completa de niños dándose cuenta que no era al único que se llevaban; se llevaban a otros pocos niños, pero la pena lo inundó cuando también vio que las niñas eran alejadas de sus seres queridos. Esas pobres niñitas siendo jaladas por hombres sin rostro, cuerpos oscuros y exhalando humo grisáceo por sus fauces. Con ojos de un carmín brillante, calando los endebles cuerpos de las féminas igual como un cuchillo filoso. Los miraba con pavor, sus manos agitándose con rapidez insaciable como respuesta de los fuertes forcejeos que cometía contra el hombre que no tenía intenciones de soltarlo.

Comenzaba a llorar, a derramar ese líquido incoloro por sus mejillas sucias, llenas de polvo que se estaba levantando con el alboroto. Sus hombros ardían con urgencia, las manos gigantes y lúgubres cubrían su espalda, llevándoselo lejos, quedándose con miles de palabras en la boca que no podrá soltar por el terror que estaba viviendo en ese momento de angustia.

Los fulminantes halos de luz que lo cegaban le recordaban las mañanas níveas en su pueblito natal, evocando memorias recientes en su cabecita que se removía de un lado a otro con desesperación, ya que de alguna u otra forma debía soltarse de ese agarre tan fuerte y doloroso. Dando patadas a la polvareda, golpeando la literal nada, gritándole a los mil vientos y llorando amargamente, cerró sus ojos divisando completa oscuridad, no podía seguir mirando tales actos inhumanos que esos sujetos provocaban a los más débiles ¿cuál era el punto? ¿por qué tanta maldad? ¿por qué tanto daño? Escuchaba llanto, griterío, golpes, uno que otro disparo vibrando lejos de su posición; y como si la vida transcurriera en cámara lenta, percibió calmados movimientos por parte del soldado que se igualaban a los suyos y ante esa sensación tuvo miedo, creyendo que caería desvanecido o inconsciente así que, con su corazón apretujado, le mostró al mundo sus hermosos ojos turquesa, revelando lo colorados que estaban y viendo como se alejaba de todos, de su familia, de su antigua vida, de sus amigos: de Stan, de Kenny, de Cartman. Cuando los veía tan distantes, cuando sólo podía ver difusas sombras mezcladas con arena, cuando sólo tenía contacto con ese brazo que prometió nunca soltar, cuando sus pequeños pies se arrastraban por la tierra, Butters supo que no volvería a casa esa noche.

"El Levantamiento"《Kyman》Where stories live. Discover now