Capítulo IV

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~"Peligro"~

"Una de las principales enfermedades del hombre es su inquieta curiosidad por conocer lo que no puede llegar a saber."

Blaise Pascal.

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Una angustiosa infelicidad se apoderaba de su cuerpo con cada página que miraba por encima de las letras negras de un grosor casi perfecto pero con unos ángulos realmente irregulares. Hacia girar el papel níveo, golpeando el viento, de forma rápida y provocando una pequeña e insignificante ráfaga de aire, delicada y diminuta.

No se detenía a leer nada, pues temía encontrarse con algo que no le gustase o que realmente no tendría que haber leído. Miraba algunas hojas en donde sus huellas digitales se encontraban adornando aquellas páginas con un seco y opaco color rojo, por la sangre que emanó de sus uñas el día anterior.

Cerró aquel libro grueso, si, era grueso, pero la cantidad de hojas utilizadas eran escasas. La mitad contenía escritura de Cartman, la otra mitad se hallaba en blanco, como un lienzo pidiendo ser pintado por un artista.
Miró hacia la ventana acariciando la tapa del cuaderno, insistiendo en saber lo que contiene sin leerlo por completo, pero sabía que la curiosidad era más fuerte y no podría competir contra ella.

Su vista se dirigió a la portada del objeto y rozó con la yema de sus dedos el borde de la tapa marrón, gastada y con varios dibujos obscenos sobre ella. Lo abrió diciéndose a si mismo que sólo leería una página y ya.

Comenzó analizando el material que tenía el diario. Cartman no ponía fecha y tenía una pésima ortografía, por lo que se ve a simple vista. No le dio mucha importancia a esos detalles, aunque en otra ocasión se habría tomado el tiempo de corregirlos, ahora sólo le importaba leer lo que esas letras escondían.

"Hoy mi gata me arañó la pierna porque la empese a molestar"

Era bastante corto y resumido lo que había leído en el primer día que Cartman escribió, así que, eligiendo una hoja al azar, la leyó para después cerrar el libro hasta el otro día.

"Me duele mucho la cavesa y mi mamá me yebara al doctor. No quiero ir pero ella inciste en que devo ir. Hoy tanbien molesté a Kahl, me gusta molestarlo porque así me siento parte de algo, algo rutinario... Supongo"

Torció el labio en cuanto leyó aquello. Le llamaba la atención como Eric redactaba las cosas tan simples pero a la vez significaban algo para él más que sólo palabras vacías sobre un papel blanco y descolorido.

Se tocó la nuca y cerró el libro metiéndolo debajo de su almohada, creyendo que así nadie lo iba a encontrar.

•••

—¿Cuándo va a volver papá? —era la pregunta que Ike siempre hacía a la hora de la cena, ya que, al no ver a la presencia masculina sentada en la mesa con su familia como el líder de la manada, como debe ser; se sentía extrañamente inseguro y débil.

Sheila ha intentado retener esta conversación para que de esa forma no se toque el tema, pero por más que intente ocultar la realidad detrás de mimos y abrazos, Ike es un niño inteligente y de nada sirve tapar lo que sucede, ya que el canadiense ya sabe toda la historia.

"El Levantamiento"《Kyman》Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt