Capítulo 35: Taco.

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¡Raven! —escuchó la voz de su madre—. ¿Ya lo sabéis?

—No, aún no —sonrió—. Alexa está haciéndose la prueba.

Estoy muy nerviosa —confesó la mujer.

Y yo —suspiró y rio suavemente cuando Juno le dio un beso en el dorso de la mano—. Te pongo en altavoz y lo escuchas en directo, ¿vale?

Su madre aceptó y saludó a Arthur antes de ponerlos en altavoz y presentarle primero a la pequeña Juno, que le hizo mucha ilusión el conocer a gente nueva, más cuando dijo que eran sus padres. Suspiró de forma sonora y se levantó, sujetando la mano a Juno, cuando escuchó que la puerta del baño se abría y los pasos de Alexa hacían eco en el pasillo.

Alexa saludó a sus padres y toda la familia también, se conocieron hacía unos años y tendrían que planear varias visitas conjuntas una vez naciese su hijo. En nueve meses, tenían tiempo. Dejó que su novia le diese un beso en los labios, de esos que significaban un "estoy nerviosa" a puro grito, y se sentó a su lado, dejando que le rodease los hombros con el brazo.

—¡Cinco minutos! Míralo ya —Lexa se había puesto a contar el tiempo para que Alexa no estuviese mirándolo fijamente: todos sabían que se ponía muy nerviosa.

Las dos se miraron con una sonrisa y vio cómo Alexa la cogía, manteniéndola en la vista de las dos. La sonrisa se fue gradualmente de su rostro y cambió su punto de vista a su novia, que observaba muy seria el objeto. Solo había una raya en el indicador.

—¿Qué pasa? —preguntó Gerard con la boca llena.

—Alexa, cariño... —comenzó ella, pero la chica dejó la prueba en la mesa y se levantó de la mesa, disculpándose.

Miró la prueba una vez más, comprobando que efectivamente había salido negativa, y no se dejó guiar por las emociones, no aún. Mantuvo la compostura y miró a los invitados.

—Ha salido negativa —explicó—, pero todos sabemos que esto puede fallar. Ya nos dijo la doctora que lo mejor era utilizarla con la primera orina del día.

—Podéis repetirla mañana nada más se levante —añadió Verónica y ella asintió antes de coger el teléfono y llevárselo al oído.

—Mamá, ha salido negativa, pero mañana lo intentaremos de nuevo. Te llamaré, ¿vale?

Se despidió de su progenitora y miró preocupada de nuevo a los invitados, que entendieron que quería ir tras Alexa. Asintieron y ella se lo tomó como que no les iba a molestar que lo hiciese. Fue directamente a su habitación y se le rompió un poco todo al verla así. De normal no le gustaba verla llorar, era algo que cualquier persona no soportaba ver en un ser querido. Notó que se le escapaban a ella misma las lágrimas antes de sentarse contra el cabecero y dejar que apoyase la cabeza sobre sus piernas.

—¿Por qué es negativo? —preguntó entre sollozos, y ella le pasó la mano por el pelo, acariciándoselo con cariño.

—Alexa, cariño, a veces las pruebas de embarazo pueden fallar.

—Pocas veces —desde su posición vio cómo se limpiaba algunas lágrimas.

—Mañana por la mañana la repetimos, tal y como indicó la doctora desde un principio, ¿vale? —intentó consolarla.

—¿Y si sale negativo otra vez? —le preguntó mientras se colocaba bocarriba y la miraba directamente.

No le salió responder directamente, porque ¿y si salía negativo otra vez? Se mordió el labio inferior a sí misma y pasó los dedos bajo los ojos de su novia para limpiarle las lágrimas, porque salieron más, suponía porque estaba tardando en contestarle.

Nuestro momentoWhere stories live. Discover now