El Mundo Que Nos Espera

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Dakota del Sur, 30 de Noviembre, 2015





Cuando era niño mi madre solía decir que quería que fuera el niño más feliz del mundo, pero nunca entendí realmente a lo que se refería hasta que mi padre murió. Tenía siete años y ni siquiera comprendía el por qué de las cosas.

Recuerdo que estaba en la escuela cuando todo pasó, la profesora me sacó de la clase y me llevó con mi madre que esperaba en la entrada. Ella no me dijo nada hasta que estábamos en el auto. Me ponía el cinturón cuando ella empezó a llorar y me abrazó de repente, no sabía por qué lloraba y se lo pregunté, a lo cual me apretó más fuerte y me juró que jamás se iría de mi lado.

Más tarde me enteré que papá jamás volvería a casa, no porque no quisiera, sino porque un accidente en el que un hombre borracho manejaba una camioneta justo en el mismo carril a la misma hora en que conducía mi padre lo había dejado sin vida. El choque fue de frente, mi padre intentó frenar pero el otro hombre cegado por el alcohol aceleró más y por su culpa mamá sufrió durante incontables noches, y yo también sufría al verla llorar o cuando sentía que quería desahogarse y yo no podía ayudarla, eso me rompía el corazón, añadido a la perdida de mi padre y al hecho de que no salimos por un tiempo y mi vida se había vuelto monótona. De la casa a la escuela y de la escuela a la casa, esa se había vuelto mi vida.

A pesar del dolor que ambos sentimos por su partida mamá siempre cumplió su promesa. Todos los días cuando regresaba de la escuela la encontraba adelantando el trabajo o haciendo algo en la cocina, nos sentábamos y comíamos juntos, y aunque ahora nos sobraba una silla en la mesa jamás nos faltó la comida.

La perdida de mi padre me afectó, pero no tanto como a mi madre, ella lo conoció cuando aún era muy joven, llevaban más de la mitad de su vida juntos y siempre dijo que me parecía mucho a él, según ella teníamos la misma mirada y el mismo mentón, aunque yo nunca noté la diferencia hasta que crecí. Pienso que mi madre siempre vio a mi papá en mí y por eso me esforzaba tanto en los estudios porque quería que un día dejara su trabajo y poder cuidarla. Me apenaba pedirle cosas y por eso buscaba algún empleo en las vacaciones para ayudarla, aunque ella siempre insistía en comprarme regalos o que ordenara lo que quisiera para comer, me consentía mucho, pero también créanlo o no, nadie quiere verla enojada.

Es sorprendente como las cosas cambian de la noche a la mañana y el hecho de que tuve que crecer con una sola figura paternal por culpa de alguien más que ni conocía y que nunca conoceré. No es justo. Jamás será justo que te separen de lo que amas.

......

Las últimas horas fueron muy agitadas y aunque traté de dormir, no pude, tuve mucho dolor de cabeza no solo por el golpe sino por los incontables pensamientos que volaban por mi mente. No sabía exactamente lo que pasaría conmigo ni lo que harían con mi madre; ni siquiera tenía el consuelo de saber donde estaba. Tenía la sensación de que nos movíamos sin parar y que estaba muy lejos de mi hogar. Fue justo en la noche cuando el vehículo se detuvo y bajamos uno a uno por la calle. Los soldados nos ayudaron y nos dirigimos a un enorme edificio que al parecer era una universidad.

Miré a mi alrededor y vi a una familia que caminaba a mi lado, un hombre con una chaqueta negra y a una señora cargando a una niña en brazos, parecían de origen asiático y lucían un tanto nerviosos.

Caminamos en dirección al edificio, la noche era oscura y apenas distinguía al soldado que iba adelante, el viento soplaba fuerte y el clima era frío, aunque no tanto como en Minnesota, ahí la temperatura podía descender mucho más y las calles se llenaban de nieve durante esas fechas.

Al llegar, nos topamos con otro soldado que vigilaba la puerta, esperé un minuto mientras intercambiaba palabras con el conductor del camión. Noté que el soldado que se encontraba detrás de la puerta portaba un uniforme negro y un casco azul, nos miraba recelosamente desde la puerta y en un minuto se decidió a abrir.

LOSTOù les histoires vivent. Découvrez maintenant