Capítulo 34: Más cerca del embarazo.

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—Podemos ponerla a nombre de las dos. Si vamos a tener un hijo es hora de que compartamos estas cosas, ¿no?

—Sí, quiero compartirlo todo contigo —sonrió a la vez que buscaba sus labios de nuevo.

—Estoy preparada, Alexa —dijo en un susurro, sin apenas separarse de su boca y con la mano ahora en su mejilla.

—¿Quieres que llame a la clínica para pedir la primera cita?

—Sí —contestó y sonrió al verla dejar caer otras lágrimas.

Besó cada zona de su cara, secándole las lágrimas con los labios, y haciéndola reír por su intensidad mientras sujetaba su cintura con fuerza para que no se cayese.

—¿Sabes de lo que tengo ganas? —le preguntó a su novia mientras se levantaba con ella en brazos e iban hacia el salón.

—¿De hacerlo? —alzó una ceja, y ella tuvo que reír.

—Mentiría si dijese que no, porque tengo ganas siempre, pero me refería a otra cosa.

—¿El qué? —preguntó abrazándola por el cuello, aún sobre sus brazos.

—Me muero por comprar las cosas para la habitación del bebé.

Adoró la sonrisa que se le formó, y seguramente ella tendría la misma cara. Menudas dos tontas, pero es que no solo era algo que ella quería hacer por sí misma, sino que encima le daba a Raven aquella ilusión que varias veces perdió en el pasado. Su deseo de ser madre iba a compartirlo con ella, y tenía seguro que iba a ser la mejor experiencia de las vidas de las dos.

X X X

—Me alegro tanto de volver a veros y de que hayáis decidido a dar este paso —la doctora Thompson Bale volvía a atenderlas y estaba algo nerviosa y algo impaciente por comenzar con aquello, y no podía estar más feliz de estar dando esos pasos con Alexa—. Como os expliqué... hará unas semanas, ¿no? —las dos asintieron—. El proceso lo iniciaríamos con la estimulación ovárica, dando a Raven un tratamiento de medicación hormonal, concretamente con la liberadora de gonadotropinas, para así estimular la maduración de más de un óvulo, tal y como sucede de forma natural en la mujer. Esta medicación será entregada y te la puedes administrar tú misma —la miró fijamente y luego pasó a observar a Alexa—, o puedes hacerlo tú también si Raven no se siente cómoda, a través de inyecciones en la zona abdominal.

—¿Duele? —preguntó Alexa preocupada, y la mujer soltó una risita: iba pillando a su novia, estaba claro.

—No, la administración es indolora. Y, no os preocupéis, la primera administración la realizamos aquí para que veáis cómo se hace. Después, tendréis que venir varias veces para controlar el crecimiento folicular y ver cuándo sería el mejor momento para obtener los óvulos.

—¿Cuánto dura más o menos este procedimiento? —preguntó entonces ella, ganándose la mirada de la doctora una vez más.

—Aproximadamente diez o doce días. Después procederemos a la punción folicular para la extracción de los óvulos. Esto se realiza quirúrgicamente, y dura una media hora.

—¿Quirúrgicamente? ¿Le va a doler? —volvió a intervenir Alexa, y ella agarró su mano para que no se preocupase, sonriéndole.

—Para el procedimiento utilizaremos anestesia —la tranquilizó—. Raven apenas notará una pequeña molestia, si es que la nota.

—¿Entonces estaré unos días ingresada? —preguntó otra vez.

—No, ese mismo día regresas a casa. Y solo te tienen que cuidar bien hasta que se te pase el efecto.

Nuestro momentoWhere stories live. Discover now