Capítulo 11 - "Su sentir..."

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Luego de finalizar la ultima clase del día, Yuuri camino a paso ligero para salir del salón por dos razones, la primera por cómo le habían visto el resto de los estudiantes, debido a lo ocurrido en la mañana en relación a Viktor y la segunda razón porque deseaba verlo, deseaba observar aquellas expresiones dulces y refinadas del hombre con cabellera blanquecina.


Aminorando la velocidad de sus pasos, Yuuri comenzó a recordar la charla que había tenido con Minako en casa, aún seguía sin creer todo lo que le había dicho a su maestra, bajo la influencia de su inspiración.


—¿Estás seguro de danzar sobre eso, Yuuri? — Pregunto Minako, estando sentada sobre el borde de la cama de Yuuri. — No lo tomes a mal, es solo que eres muy reservado con tus emociones, quería asegurarme que no habías tomado la decisión por un desliz momentáneo.


—Maestra Minako... Nunca había estado tan seguro de algo, no lo negare me siento temeroso. — Movía sus dedos entre si un poco nervioso, mientras tragaba saliva. — Creo que he encontrado la fuente de inspiración para mi danza y deseo vivirla plenamente...


—Si tú lo dices, es porque ya has pensado a futuro, esperare ansiosa... Tu debut, Katsuki Yuuri. — Poso su mano sobre el hombro de este, colocándose de pie para ir hacia su habitación.


—Yo también espero ansioso el momento... Maestra. — Expreso en voz alta, despertando de aquel recuerdo y notando que ya se encontraba en la puerta de aquel salón.


Sin embargo, al llegar vio algo que no esperaba ver de nuevo, las hojas de las partituras de nuevo estaban en el suelo, las sillas habían sido lanzadas lejos del piano y un Viktor con aspecto de cansancio y desesperación, apoyaba su cabeza sobre las teclas de este mismo, sin importarle el sonido descoordinado y desafinado que saliera.


—¿Qué ocurrió? — Pregunto Yuuri, adentrándose al lugar y caminando un poco más rápido, hacia Viktor para abrazarle de espalda por instinto, sentía que debía protegerlo de algo pero no sabía exactamente de qué. — ¿Qué paso, Viktor? ¿Estás bien?


—Aléjate. — Dijo este con una voz ahogada, manteniendo su cara entre sus brazos escondidos y levantadose después, para caminar hacia la salida del salón de forma indiferente. — No estoy de humor... — Termino por salir con su mochila la cual tenía su ropa particular.


—¿Qué ha pasado? — Pregunto Yuuri en su mente, con una expresión de desespero y anhelo hacia Viktor, quería saber que le estaba limitando, quería saber porque no estaba de humor esta vez, qué había apagado su espíritu de forma momentánea. — ¡Viktor! — Reacciono al instante para correr hacia el, como el corrió hacia su persona en el pasado.


—¡Viktor! — Grito esta vez su nombre, mientras corría por el pasillo he intentaba alcanzarlo, llegando a tiempo y tomando su mano como si aferrara su alma a ella. — No, no te alejes.


—¿Uhm? — Esbozo el contrario, sintiendo nuevamente la calidez que emanaba de la mano de Yuuri, haciendo esto que bajara un poco su mirada hacia el suelo, arrepentido de lo que había dicho en el salón hace escasos segundos atrás. — Yuuri...


—Viktor... — Respondio de inmediato con su nombre, deseoso de alguna respuesta.


—  Mi visión está siendo nublada, no puedo componer, no puedo danzar. — Confeso, mientras una expresión deprimente se posaba en sus ojos, llevando a Yuuri a abrazarle de espalda nuevamente, haciéndole saber que estaba para el sin importar que.


—¿Eso es lo que te ha estado lastimando...? — Pregunto Yuuri casi que por un susurro.


—Uhm... — Asintió con un tono apagado, llevando su mano hacia su cabellera, para hacerla a un lado y así poder sentir el aire rozar su rostro, mientras observaba a su izquierda. — Olvida lo que dije. — Dijo finalmente arrepentido. — Quiero estar solo ¿Esta bien? — Se alejó de este nuevamente para caminar hacia las escaleras, bajando y saliendo hacia el campus, para luego caminar fuera del conglomerado, siendo observado desde la ventana por Yuuri, quien había decidido quedarse ese tiempo allí.


—No... No quiero dejarte solo, Viktor. — Expreso finalmente este, para caminar a paso a lento hacia a la salida de la escuela. — Tú me gustas... 

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