Notre Histoire.

Capítulo 7 - "Su rareza..."

Como lo había anunciado Minako, comenzó a pasar a cada estudiante al frente y a preguntarles sobre qué temas irían sus danzas, pudiendo responder todos con facilidad, parecían personas proyectadas y conectadas a sus emociones y a lo que querían, pero Yuuri, el no pudo hacerlo, al estar de pie no pudo responderle a Minako aquella pregunta, porque no sabía que transmitir, todo lo que tenía en su mente era a Viktor y su belleza, lo perfecto que era en todo y lo fácil que le hacía sonrojar, sin haber cruzado ninguna palabra con él.

—¿Yuuri? — Dijo Minako a la espera aun de su respuesta.

El tema de repente aparecía con mayor claridad, quizás su tema sería Viktor o quizás sería aquello que este le provocaba, pero que le podía provocar Viktor si era alguien inalcanzable para el... ¿Admiración? ¿Fanatismo? ¿Obsesión?

—Maestra Minako, aun no tengo la respuesta. — Respondió seriamente y firme en su punto.

—¿Ocurre algo malo con la tarea? — Pregunto ella un poco preocupada por él.

—No, solo debo aclarar más mi mente, si haré mi debut en la academia con esta presentación, quiero que el sentimiento que voy a reflejar quede más claro y logre impactar al público, es por eso que aún estoy en búsqueda del tema. — Respondió observando fijamente a Minako y siendo interrumpidos ambos con la campana del descanso.

—Comprendo, Yuuri. — Dijo finalmente la mujer, posando una mano en su hombro como un gesto familiar y retirándose con el resto del grupo después. — Sé que no me decepcionaras. — Pensó al retirarse.

—Tu eres el único que puede darme la respuesta, Viktor... — Pensó Yuuri, mientras tomaba sus cosas e iba de inmediato al último piso como aquella vez, a la misma hora para recostarse cerca de la pared y observarle practicar, ocurriendo lo mismo que la vez anterior, justo cuando tenía 10 razones para hablar con él, aparecían luego otras 10 que explicaban por qué no debía hacerlo, así que terminaba marchándose desanimado, pasando así los días, en los cuales el joven Katsuki llegaba determinado y se iba con el ánimo por los suelos una y otra vez.

Hasta que un día, llego un poco más tarde que de costumbre, pues la clase nuevamente se había extendido y al acercarse a la puerta nuevamente para observar no vio a nadie allí, solo hojas sobre el suelo y un completo desorden.

—¿Viktor? ¿Dónde estás? — Pregunto un poco asustado, pues su función privada de la tarde con Viktor podía haber acabado y el no enterarse, sin embargo cuando se echó un poco hacia atrás, se tropezó con alguien. — ¿Uhm? Lo- Lo siento... — Se disculpó colocándose de pie de inmediato y haciendo una reverencia, hasta palidecer luego de alzar su cara y notar que era Viktor quien estaba frente a él. — Discúlpame... Yo estaba viendo si podía ocupar este lugar, para ensayar. — Dijo rápidamente con la esperanza que le creyera y realmente lo disculpara, no solo por el pequeño tropiezo, sino por todas las veces que le había observado practicar sin permiso alguno.

—No te preocupes, después de todo eres mi principal espectador. — Respondió Viktor con una sonrisa dulce, mientras abría la puerta del salón y retomaba las hojas que había tirado al suelo.

—¿Principal espectador? — Pregunto Yuuri un poco confundido, acaso sabía que el le veía siempre.

—Sí, siempre para esta hora llegabas y me observabas practicar, lo note desde el primer día cuando realizaba mis giros y te vi allí. — Comenzó a reírse sutilmente luego de decir aquello y observar a Yuuri. — ¿Qué? ¿Acaso era un secreto?

—Yo... No... Sabes creo que debo ensayar en otro lugar, así que me iré. — Dijo el completamente nervioso y sonrojado, haciendo varias reverencias por la vergüenza que sentía, al haber sido tan tonto al creer que nadie lo había notado, él siempre había sabido que estaba allí. — Que vergüenza, que vergüenza, Dios no... — Pensó, caminando de regreso hacia la salida con su corazón a mil por hora.

—No quisiera que te fueras. — Dijo de repente Viktor con un tono gentil, haciendo que Yuuri se detuviera en la puerta.

—¿Por qué no quiere que me vaya? ¿Acaso él quiere burlarse un poco más de un tonto como yo? — Pensó Yuuri, apoyando su mano sobre la puerta corrediza.

—De haber querido que te fueras antes, te hubiese pedido que te marcharas ¿No lo crees? Es grosero ver a alguien y luego irte sin decir nada. — Termino de organizar las hojas, para caminar un poco hacia él. — ¿Te quedaras?

Yuuri no sabía que pensar o decir, frente a la actitud del contrario, no entendía porque le hablaba con tanta confianza como si fuesen conocidos de antaño, que le estaba pasando.

—Está bien... — Respondió el joven sumisamente, caminando de regreso hacia el contrario y con muchas ganas de acariciar su rostro, pero como siempre debía regresar a la realidad y sentarse.