Epílogo (2ª parte)

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Todos saludaron a Bárbara y ella se entretuvo hablando un rato con Emily y Brad. Bárbara había sido la enfermera principal de Brad en su estancia en el hospital, y se habían unido muchos los tres. Aprovechando el momento Sam miró a Katie, otra vez. No podía apartar los ojos de ella, había sido demasiado tiempo. Quiere hablarle, pero se ha quedado bloqueado. ¿Qué decirle después de diez años? ¿Cómo empezar una conversación después de tanto cuando la última vez que se vieron fue algo tan doloroso? Al final consigue articular:

-Cómo... ¿Estás? –ella se gira a mirarlo y sonríe levemente.

-La verdad es que muy bien, ¿y tú?

-Yo... También, sí.

Ella había hablado como si nada, con total naturalidad. Era de prever: había olvidado todo aquello, había rehecho su vida y por ahora él sólo era uno más de su lista de conocidos. En el fondo lo sabía, pero quería mantener la esperanza. No sabía qué más decirle a aquellos ojos castaños que lo miraban con cierta curiosidad y expectación. Por suerte, su prima lo salvó:

-¡Todos a cenar! Venga, ahora empieza lo bueno.

Anny vio ese abrazo. Vio cómo se notaba que se habían echado de menos y se alegraban de verse. No podía fallar, tenía que continuar con su plan durante la cena:

-Bueno, empecemos a ponernos al día. ¿Por quién deberíamos empezar? Oh, por mi primo, claro está. Cuéntanos, Sam.

-¿Qué quieres que te diga? Estudié empresariales en Dublín y ahora trabajo en la empresa de mi padre allí. Como él es el amo de la empresa, no me puedo quejar del sueldo.

-Y qué, ¿cómo te ha ido todo este tiempo en el amor? Cuenta, cuenta. Eso interesa a todo el mundo, puro cotilleo –preguntó Laia y la mayor parte de los ojos se desviaron hacia Katie.

No le agradó que la mirasen, aunque supuso que esa situación ocurriría. Ella siguió comiendo como si nada, fingiendo estar tranquila y escuchando serenamente la conversación, aunque en el fondo se moría de ganas de saber cosas de él y ver cómo le había ido la vida. Le había encantado aquel abrazo, se sentía como antes al estar en sus brazos momentáneamente.

-Bueno... A lo largo de todo este tiempo salí con un par de chicas: con una no duramos apenas nada y con la otra estuvimos alrededor de un año y medio juntos, pero lo dejamos. De eso ya hace mucho tiempo, de cuando estaba en la universidad.

-Qué lástima, me acuerdo que nos la presentaste y os iba muy bien. –dijo Erick.

-¿Es la que llevaste al desfile? –preguntó Karen y él asintió.

-¿Y ahora qué tal? ¿Alguna pretendienta o cita entre manos? –le preguntó Tom dándole un codazo.

-No. Hace muchísimo que no tengo ni siquiera una quedada para tomar algo con alguna chica.

-Qué lástima. ¿Y no te gusta nadie?

-¿A qué viene ese interrogatorio?

-No, nada, nada. Curiosidad –sonríe Anny y Katie intenta hacer caso omiso a ese plan.

-Pues yo estoy conociendo una famosa cantante. Me encanta, me encantaría que la conocierais algún día en persona. Prometo entradas gratis para sus conciertos. –explicó Tom para cortar el hielo y todos se olvidaron de Sam y se pusieron a hablar del tema.

Katie, aliviada, continuó atacando tranquilamente su plato bajo la mirada del chico, quien esperaba ver alguna reacción de ella. Ella lo miró varias veces y en todas se encontró los ojos azules de Sam puestos en ella y se sintió un tanto incómoda, aunque en el fondo le gustaba.

Un Incendio Nos UnióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora