Capítulo 12

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Sam estaba medio dormido. Se había pasado la noche pensando que mañana sería San Valentín y no sabía si debería de hacerle algo a Katie. Los chicos le dijeron que allí nunca se celebraba ese día, nadie hacía nada especial, era un día como cualquier otro. Él se olvidó del tema, pero entonces se le metió el examen de historia en la cabeza y no pudo dormir para nada. Además, Josh estaba insufrible tras haber descubierto que alguien más andaba detrás de Gabby.

A la mañana siguiente, después del almuerzo, el grupo entero coincidió en la entrada a las aulas. Edward estaba ocupado besuqueando a su novia y no vio el principio del espectáculo que pasaría dentro de unos momentos. Katie saludó a Sam alegremente, pero alguien apareció para molestarlos:

-Buenos días, Sam.

-Buenos días, Katie. –se dieron un abrazo corto.

-Mirad, la pareja de bichos raros.

-No empieces otra vez, no estoy de humor para soportar tus tonterías.

-Qué dices, rubio. Eres un pesado.

-La pesada lo eres tú por meterte con ella todo el día.

-Ah, ¿ella? Me da bastante igual. Hay tantísimos nerds en ese instituto que no viene de una más. Habría que hacer limpieza de nerds y poner deportistas guapos, como vosotros.

-Ya que estamos, que eliminen a todas las chicas menos tú, para que puedas disfrutarlos tranquilamente. Aunque, con o sin chicas, ya lo haces. –soltó Katie, aún abrazada a Sam.

-Vaya, pero si sabe atacar. Si te pones así ahora, ¿qué harás cuando me veas con tu novio?

-Podría hacer varias cosas, pero la ignorancia es la mejor.

-Es imposible que puedas ignorar lo que puedo llegar a hacer con ese rubio.

-Déjame en paz, jamás me fijaría en ti. –la frenó Sam sin soltar a Katie.

Todo el grupo estaba allí, mirando el numerito. Estaban alucinados, jamás nadie se había atrevido a plantarle cara a esa chica, y mucho menos decirle la verdad en la cara. Sam no podía soportarla, y estaba dispuesto a hundirla en la miseria, si hacía falta. Que se meta todo lo que quiera con él, pero que no se atreviera a decir una mala palabra a Katie o iba a conocerle enfadado, y no le convenía.

-¿De verdad? Qué penita. ¿Ni para poner celosa a tu chica?

-Jamás. Nunca dejaría una novia por una fresca como tú. –ella se ofendió.

-Mira, me pones muy nerviosa, ¿sabes? Eres insufrible y un borde. Esas no son maneras de tratarme.

-Te trato igual que tú me tratas a mí o a ella. Y ahora, lárgate y dedícate a buscar algún desesperado que quiera liarse contigo.

-Eso no va a quedar así, rubio engreído. Voy a hundirte, y sé cómo hacerlo.

-¿Tú crees?

-Ya te digo que sí. –respondió ella sonriendo maléficamente.

La chica se fue, dejando a todo el mundo con la boca abierta. Gente que se había acercado a ver la escena aplaudieron a Sam y le vitorearon. Katie volvió a abrazarlo y entraron en clase, los dos con un subidón de adrenalina impresionante.

Después de las clases, las chicas ayudaron a Gabriela a prepararse para su cita. Estaba que se moría de los nervios. Además, era San Valentín y se esperaba cualquier cosa de ese pretendiente misterioso.

-¿Estoy bien?

-Que sí, pesada. –la hizo callar Anny. –Anda, ve y no hagas esperar más al pobre chico.

-¡Buena suerte! –chillaron al unísono todas las chicas y Gabby se dirigió al jardín.

Las chicas se dirigieron en la pista para ver el entreno de los chicos. Sam se había adaptado muy bien al equipo de fútbol y era uno de los mejores. A la misma vez que los del equipo de fútbol empezaban el entreno, los del equipo de baloncesto estaban terminando de entrenar en su pista, y las chicas se pararon un momento a mirarlos.

-¿Esos son del baloncesto? Son guapos. –comentó Katie.

-Sí, hacen todos bachillerato. El de pelo negro es Elías, el que me gusta. –explicó Bárbara. –El rubio con gafas se llama Joe, y el otro con gafas se llama Nathaniel. Los otros ya no los conozco.

-Ya veo. ¿Y van a tu clase?

-Sí, los tres. Y el rival de Josh también, ese ecuatoriano que se llama Luis.

-¡Chicas! –les saludaron los chicos des de la portería.

-Míralos. Esos son mucho mejores que los de Bachillerato.

-Oye, oye, Anny, no te pases. Aunque tienes razón. Oye, tu primo es toda una estrella. Mira que plantarle cara a la Lupa...

-Él es así. Odia ese tipo de chicas. Además, no se despegó de Katie en ningún momento. –dijo Anny y todas miraron a Katie pícaramente.

-Anda, dejad de mirarme, por favor. Qué vergüenza.

-Mirad, ya viene mi amor.

Los chicos de baloncesto pasaron por delante del grupo de chicas y las miraron un momento. Con que eran ellas... Todos miraron a Katie, aun sorprendidos por ser la chica por quien el rubio de cuarto curso le había plantado cara a su amada Alejandra. Elías saludó a Bárbara y Nathan miró momentáneamente a Anny.

Joe fue el único que se detuvo a mirar atentamente a Katie. No le sonaba su cara, seguramente debía de ser una alumna nueva, al igual que el irlandés.

En la entrada de los vestidores les esperaba Alejandra. Los saludó con un abrazo a todos los chicos y les preguntó:

-Qué, ¿la habéis visto?

-Sí. No está mal. El irlandés ha hecho una buena elección.

-Ese no es el tema, Joe. Bueno, chicos míos, ¿quién es el elegido?

-Yo voy a ser el cerebro masculino de la trama, así que no. Además, está Bárbara en medio.

-Oh, ya. Bárbara. Qué otra. Vale, Elías. ¿Nathaniel?

-Yo paso de malos rollos, esas chicas no me han hecho nada. Además, me gusta una de ellas y no quiero que se confundan.

-Vale, vale. Luis no quiere porque va detrás de esa Gabriela. Sólo quedas tú, Joe.

-¿Y qué gano yo con todo esto?

-Diversión, venganza y una futura pretendienta. ¿Qué me dices? ¿Aceptas?

-Venga, va.

-¿Crees que esa es una buena idea, Alejandra?

-Ya te digo que sí, Nathan. La única forma de hundir a Samuel Grey es atacando su único punto débil.

-¿Y estás segura de que es su punto débil?

-Ya te digo que sí, Joe. El amor de Sam por Katie Tate es tan fuerte, que no va a poder soportar verla con otro. Voy a hundirlo por haberme faltado el respeto.

Un Incendio Nos UnióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora