008. ¡cabum!

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𝗤𝘂𝗶𝘇𝗮́ 𝗱𝗲 𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗦.𝗧.𝗔.𝗥 𝗟𝗮𝗯𝘀 𝗖𝗮𝗶𝘁𝗹𝗶𝗻 era la que mejor entendía que le pasaba a Mia. De cualquier modo, no le era extraño verla rondar por los laboratorios en los días siguientes a lo sucedido después de salvar a Barry de Snart.

Ninguno quiso preguntar qué había pasado para desaparecer y volver hecha un manojo de nervios. Tampoco si se encontraba bien, porque si algo les decía que no obtendrían respuesta.

A veces las personas preferían sepultar episodios anteriores y actuar de forma errante. Por si solas superar la sacudida que lo había hecho caer.

La chica estaba ahí, y hacía un gran esfuerzo.

Mia había sentado su energía en días de investigación para mejoras con Barry. Hasta ahora solo había ayudado al velocista con un cambio en la postura al momento de correr y darle algunos consejos para que pudiera frenar bien. Cualquiera que fueran sus movimientos ahora, hacía las cosas para no sentirse tan incómoda en el grupo de personas con los que trabajaban ahora.

La chica era como un topo mal rapado en medio de tierra seca y muy suelta.

Así que negarse a ir poco una copa, en grupo, no era opción.

No si quería mantener todo con margen y normalidad.

Sonaba como una buena idea ir a un bar, beber algo como personas normales; aunque una parte de ellos sabía que no había nada de normal en estar encerrados en un laboratorio atrapando metahumanos y criminales todos los días.

Entre las mesas y luce del lugar, por un lado, Iris y Barry charlaban, Cisco y Caitlin se concentraba en darle al blanco de una diana en la pared con un dado entre los dedos para derrotar al novio de Iris. A un lado, evitándose rascar los tobillos con las piedras brillantes de los zapatos, estaba Mia, no tan involucrada pero no tan apartada.

Aunque el juego era divertido, Eddie vio de reojo a la mesa de la chica. Iris ya los había presentado antes, no recordaba un momento en que los dos hablaron. Decidió después de un rato ir a la mesa donde estaba ella, con una sonrisa cordial y un par de vasos.

-¡Esto es divertido!, ¿verdad? -Dijo.

Mia intentó ocultar todas sus emociones y asiente.

-No conozco a alguien que tome café en un bar -le dice el chico, ensanchando su sonrisa.

-Bueno, ahora conoces una persona.

Con gentileza el detective deslizó la vieja taza con bordes rojos a un lado y le tendió uno de sus vasos a Mia: -De todo los que están aquí, creo que eres la que necesita un poco de esto.

Por un momento ambos se mantuvieron callados, contemplando el movimiento de las masas por entre las mesas y la barra. A lo mejor no era una buena presentación darle tequila a una mujer aislada en un bar, pero Eddie no le vio mejor forma.

☄ 𝙏𝙃𝙀 𝙁𝙇𝘼𝙎𝙃 ━━ 𝘛𝘩𝘦 𝘩𝘦𝘢𝘳𝘵 𝘰𝘧 𝘭𝘪𝘨𝘵𝘩𝘯𝘪𝘯𝘨Where stories live. Discover now