Capítulo 54: De vuelta a la cárcel.

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-¿Qué ocurre?.- Pregunté, mirándole a los ojos. Tenía la mirada perdida en el jardín e intentó decir algo, pero no lo consiguió, simplemente comenzó a respirar con más fuerza.

-E-e-está ahí..- Tartamudeó, señalándome hacia los columpios. Me levanté con curiosidad y caminé hasta el jardín. Abrí la puerta de este y noté una especie de corriente de aire y caminé hasta los columpios, comprobando que no había nadie. Miré a mi alrededor en busca de algo, de alguna marca de pisadas, horas revueltas o algo que me indicara que allí había algo, pero nada. Rodeé un árbol que había junto a los arbustos que delimitaban el jardín y me encontré con las hojas completamente revueltas, cosa que me extrañó bastante por que a penas había hecho aire, yo era consciente de ello. Volví a los columpios y me senté por unos segundos en uno de ellos, observando a mi al rededor a la espera de que una explicación apareciera ante mis ojos, pero eso era imposible. ¿Quién iba a meterse en una casa así? Se ve de lejos que siempre, por hache o por be está ocupada, siempre hay alguien por ahí.. Quizás solo eran imaginaciones de Benji, o no sé.. Por que si no era eso, ¿qué podía ser? Me levanté del columpio de nuevo y caminé hacia dentro, acercándome a Benji. Me senté sobre una pierna a su lado y puse una mano en su cabeza, arrimándole hacia mi cuerpo ya que le veía bastante abatido, al borde del llanto.- Adam estaba ahí..- Murmuró, dejándome perplejo. ¿Adam? Pero.. Adam estaba muerto, ¿no? Era imposible que lo viera, los fantasmas no existen y si existieran se quedaría en el lugar en el que murió, ¿no? Es decir, a un par de kilómetros de la casa. Seguramente fuera algún curioso gilipollas que.. ¡Espera! ¿Y si nos están espiando..? ¿Y si Zackary o alguno de los otros dos han salido de la cárcel y vienen a por mi..? Mi mente iba a explotar, así que decidí centrarme en tranquilizar a mi novio, que me abrazaba con fuerza mientras lloraba desconsoladamente en mi pecho.

-¿Qué pasa?.- Preguntó Chris, entrando por la puerta principal con un par de bolsas que parecían bastante pesadas en cada una de sus manos. Las dejó sobre el suelo y se giró para cerrar la puerta, mirándonos bastante extrañados al hacerlo.

-He visto a Adam en los columpios..- Respondió Benji entre lágrimas, soltándose poco a poco de mi cuerpo. Yo simplemente estaba serio, observando a Chris. No sabía que pensar, todo era muy extraño y difícil.- Él está aquí, yo lo sé.. Todos esos ruidos eran suyos, estoy seguro..- Sollozó, intentando dejar de llorar.

-Sí, claro.. Ahora jugamos a la ouija para contactar con él.- Respondió entre carcajadas el rubio, mirando hacia Benji.

-¿No me crees..?.- Preguntó Benji mientras se secaba las lágrimas, mirándole con decepción. Chris se agachó a coger las bolsas y justo cuando iba a contestar, me levanté del sofá.

-Chris, Chris..- Exclamé, interrumpiéndole.- Vamos a la cocina.- Ordené, acercándome a él. Cogí dos de las bolsas que llevaba y le miré a los ojos, haciéndole de nuevo una señal hacia la cocina que pareció entender. Asintió con la cabeza y ambos comenzamos a caminar hasta el lugar indicado. Una vez en el lugar indicado dejé las bolsas sobre la barra y me apoyé en una de las encimeras de en frente, cruzándome de brazos mientras le miraba.

-¿Qué?.- Preguntó dejando las bolsas que llevaba él al lado de las mías.

-No te tomes este tema en broma, Benji se lo toma completamente en serio..- Advertí, mirándole con seriedad.

-Espera, ¿tú también crees en eso?.- Preguntó, mirándome completamente sorprendido. Segundos después se giró hacia las bolsas y comenzó a guardar la compra que había hecho.

-No.. Pero sí creo que alguien nos está espiando o algo por el estilo.- Respondí, ayudándole a guardar la compra, cogiendo los huevos y la leche para guardar en la nevera.

-¿Espiando? ¿Quién va a querer hacerlo..? No somos famosos ni nada por el estilo.- Respondió Chris mirándome con una cara bastante extrañada, colocando la fruta en el frutero que solía estar en medio de la barra cuando había fruta. Cerré la nevera y me acerqué a él, poniendo las manos sobre la barra mientras le miraba con total seriedad.

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