Capítulo 54: De vuelta a la cárcel.

1.8K 82 13
                                    

Después de estar un gran rato en silencio, Benji se atrevió a romperlo.

-¿Qué pasa..? ¿No me crees..?.- Preguntó, separándose de mi con una pequeña mueca de tristeza en la cara. Torcí mi boca mientras continuaba con mi mirada fija en el frente, encogiendo los ojos por un par de segundos, girándome después hacia él.

-Claro que te creo, tonto.. Pero es que no le encuentro una explicación lógica, razonable..- Respondí, levantándome mientras llevaba mis manos a mi cabeza, dando un par de vueltas sobre mi mismo.

-Quizás es que esté cansado o algo y mi mente me haya jugado una mala pasada..- Respondió, apoyando su cabeza sobre sus manos, apoyando sus codos sobre sus piernas.- Pero no me siento cansado, todo lo contrario..- Suspiró, agachando su mirada.

-Quizás sea eso, ¿si no que puede ser..?.- Pregunté, soltando un pequeño suspiro mientras me sentaba a su lado.- Deberías vestirte al menos, te va a coger el frío..- Susurré, dándole un pequeño beso cerca de su oreja.

-No sé. En fin, da igual..- Respondió, girando su cabeza hacia la mía, alzando una de sus cejas.- ¿Frío? Sami, estamos en verano..- Añadió, soltando una pequeña carcajada.

-¿Y..? No es lo mismo el calor de la ducha que el calor del sol, son distintos..- Me encogí de hombros, tirándole hacia atrás en la cama mientras acercaba mi boca a su cuello, dándole pequeños besos por el, terminando con un mordisco.

-Sami, que estoy desnudo..- Se quejó, intentando separarme de él mientras mi cuerpo y el suyo, desnudo, se juntaban en pequeñas caricias.

-Ya te he visto así..- Susurré sobre su cuello, volviendo a mordisquearle. Solté una pequeña carcajada y me separé, levantándome de la cama, observándole de arriba abajo completamente desnudo, sonriendo pícara y a la vez tiernamente.

-Eres un guarro..- Respondió, haciendo pucheritos mientras cogía el calzoncillo que había dejado anteriormente a su lado. Negué con la cabeza sacándole la lengua y se lo puso, levantándose después, lanzándome una mirada divertida. Solté una pequeña carcajada y caminé hasta las escaleras.- ¡Espérame!.- Exclamó, poniéndose con toda rapidez una camiseta. Asentí con la cabeza y le esperé al principio, apoyado mi cuerpo en la pared mientras se vestía. Se puso una camiseta de color blanco, unos pantalones cortos de color negro y unas chanclas negras. Sonrió y se acercó a mi, bajando las escaleras sin esperarme, cosa que me hizo soltar una pequeña carcajada. Bajé trotando detrás de él, abrazándome a su espalda al llegar a la planta baja.

-Pobre cabra, lo que tiene que sufrir con ellos..- Susurré en su oído, haciéndole un gesto con la cabeza hacia el jardín, donde Peter y Lucy se peleaban por ponerle o no el lazo a la cabra.

Benji sacudió su cabeza y agarró mis manos, que estaban sobre sus hombros, llevándome con él hasta el sofá, donde me solté de él. Me senté en el sofá mientras que él se sentó a mi lado, apoyando uno de sus brazos por la espalda del sofá encima de mi cabeza. Con su otra mano agarró el mando y encendió la tele ; poco a poco me fui acurrucando a él, sonriendo al ver que era aceptado por él.

Tiempo después, me encontraba con la cabeza sobre las piernas de mi novio y el cuerpo estirado sobre el sofá, mirando hacia la televisión. Bueno, mirando.. Los ojos se me cerraban poco a poco y la verdad, hacía rato que mi mente se había desconectado hace mucho rato y no recordaba nada de lo que veíamos en televisión, solo las caricias que Benji comenzó a dar caricias por mi cara, cosa que hizo que me adormeciera tanto. Abrí los ojos del todo, espabilándome bastante y me revolví sobre su cuerpo, dejando mi cabeza hacia arriba. Observé su expresión y era bastante seria, y en vez de mirar hacia la televisión, miraba hacia el jardín. Froté mis ojos para despejarme mejor y comprobar si estaba viendo mal pero no, continuaba igual. Estaba como sorprendido, asustado, extrañado.. Levanté mi mirada y inspeccioné con esta el jardín, observando que ya ni Peter ni Lucy se encontraban en él, ya que podía ver al menos a uno de ellos en la cocina bebiendo zumo. No había nada, estaba completamente desierto ; me acomodé en el sofá y miré hacia Benji, completamente extrañado. No entendía nada, pero me estaba empezando a preocupar.

El AmishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora