27. Locura

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If you knew how happy you are making me, I never thought that I'd love anyone so muchIt feels like home to me


A diferencia de su última fiesta en el pueblo, la fiesta en la casa de Aline era más pequeña y con menos gente. Todos parecían conocerse y eran locales. Mientras entraban a la casa, vieron una fogata que calentaba la noche fría de Texas. Isabelle corrió hacia Simon y Jace tomó su lugar junto a Clary. Magnus y Alec caminaron juntos, pero sin tomase de las manos, como Magnus hubiera deseado. No estaba seguro porque, dado que a solo unos metros Aline y Helen estaban acurrucadas junto a la fogata. Pero no presionó a Alec.

– Pero si son mis dos caballeros favoritos, – ambos se giraron para encontrarse con Maia, tambaleándose.

– ¿Por qué siempre que llegamos a la fiesta tu ya estás borracha? – preguntó Alec, riendo y sentando a Maia en una silla para que no tropezara. Luego ambos se sentaron junto a ella.

– ¡Estoy viva! – Maia gritó, tomando otro trago de su bebida. Alec le pasó una a Magnus y los tres brindaron.

– Por el mejor verano de mi vida, – dijo Magnus feliz, tomando un trago.

– Concuerdo, – dijo Alec, mirando a Magnus con amor. Siguieron tomando su cerveza junto a la fogata cuando de repente Magnus sintió que Alec le abrazaba de la cintura. Magnus no protestó y se dejó hacer, sintiendo como Alec le ponía más cerca de él.

De repente la cara de Sebastián apareció, iluminada por la fogata, dándole un aspecto de villano y mirándoles con asco.

– ¿Qué mierda? Dios, – dijo con asco. – Estoy tan malditamente harto de este asqueroso pueblo. No entiendo porque tiene tantos maricones, – al terminar sacó algo de su chaqueta negra. A los chicos les tomó un segundo darse cuenta de que.

– ¡Pistola! – gritó Jace, empujando a Clary dentro de la casa.

Todos comenzaron a entrar en pánico, tambaleándose para tirarse al suelo o esconderse, mientras Sebastián observaba todo con una sonrisa llena de maldad. Después de asegurarse que Clary estuviera a salvo, Jace volvió, seguido de Alec quien había empujado a Magnus hacia la casa.

– ¿A quien debería disparar primero? – dijo mirando a su alrededor con malicia. – ¿al chico de ciudad? – apuntó el arma a la cabeza de Magnus. Alec y Jace rápidamente se pusieron enfrente. – ¿A la lesbiana? – luego apuntó hacía Aline. – ¿O a la zorra? – dijo lanzándole una mirada a Clary.

– Seba...–

– ¿Qué tal al hijo no querido? – dijo burlonamente, cortando a Aline, y apuntando a Jace. – Mamá y papá no te querían cierto? Por eso se mataron, – Sebastián se burlaba. – ¿Sabías que tu papá era un alcohólico que murió en un accidente de coche y tu mamá se disparó en la cabeza? –

Jace estaba en shock.

– ¡Basta! – dijo Aline, dando un paso adelante. Sebastián solo rió amargamente. – Oh Aline, mi dulce prima. Quizá debería dispararle a tu amiga lesbiana, – Helen se tensó. – No, mejor primero la bonita, siempre es la primera en morir. No te preocupes, aun muerta te veras hermosa, – dijo apuntando a Isabelle, quien aunque estaba asustada, no lo mostró.

– Nadie tiene que salir herido, Verlac, – dijo Jace, alzando las manos. Aunque estaba enojado, sabía que debía intentar mantener las cosas calmadas.

– Lo se, – contestó Sebastián. – Pero quiero herirles. Quiero que sientan como se siente, – Magnus no tenía idea de que hablaba, pero ahora mismo eso era lo que menos le importaba. No tenía miedo de morir, tenía miedo de hacerlo sin poder haber hecho las paces con sus padres. – ¡Quiero que sepan como se siente! – gritó de nuevo, levantando el gatillo hacía Magnus.

Big City (Malec UA)Where stories live. Discover now