Reemplazo (Black Hat x Dr. Flug)

Capítulo 8: Enfermedad

Black Hat

Nunca en toda mi vida había sentido un dolor tan intenso como el que ahora estaba sintiendo.

Pocas veces era cuando yo me enfermaba, pero sí era el caso, lo que me atacaba era una simple gripe, una simple tos o lo común que pudiera pescar por culpa del doctor que el a diferencia de mi, siempre se enfermaba.

Ahora era distinto. Sentía que mi estómago iba a reventar en cualquier momento. Con esto que estaba sintiendo, la muerte sería un gran y hermoso regalo.

Intenté acomodarme de todas las formas posibles para tratar de reducir el dolor, pero por más que intentaba, la molestia no se dispersaba.

—Flug... Ayúdame— fue lo único que se me ocurrió decir por qué ni siquiera podía tomarme el tiempo de pensar lo que comentaría.

Flug estaba muy asustado —J-jefecito ¿Que puedo hacer?

Si estuviera en condiciones aceptables, seguramente le hubiera dado un gran puñetazo.

—¡Carajo imbécil!, ¿Crees que si yo supiera que hacer te estaría pidiendo ayuda?

Pude observar cómo se golpeaba a si mismo en su frente —E-en un instante vuelvo, solo resista.

Y fue cuestión de segundos para ver qué el chico desapareció —Flug...— no podía ni controlar mis quejidos.

Me había abandonado el maldito, le pedí ayuda y me abandono el muy aprovechado. Era todo, si es que salía de esto, lo más probable sería que lo despidiera para que se arrepintiera de lo que me hizo.

Oh! Cierto, no podía por que no había nadie en el mundo como el. Ni siquiera mi antiguo subordinado era tan... Tan... Flug.

Trate de pararme para intentar hacer algo por mi. Tal vez intentar tomar alguna pastilla o tal vez matarme, pero es que ni siquiera podía hacer eso. Literal, solo podía mantener pegadas mis piernas a mi estómago con mi brazos y lo peor de todo es que no servía para nada.

Suspiraba constantemente y aguantaba la respiración, era lo único que me "ayudaba" en estos momentos a no sentir tanto dolor.

—¡Jefecito!— entro casi gritando Flug bastante apurado.

—¿Donde estabas engendro?

Flug me volteo totalmente para que quedara viendo bocarriba y luego divisé como de su mano izquierda asomaba una jeringa.

—No se mueva señor.

Eso no me daba mucha confianza.

—¿Que mierda es lo que vas a hacer?

—Usted no puede estar resistiendo tanto dolor, por lo mientras es mejor que intente dormir— acercó su jeringa a mi brazo izquierdo y lo pincho inyectando el líquido que se apreciaba.

—¿Que has echo?— volví a repetir sin mejoría en cuanto a mi dolor.

El solo se me quedó viendo. Inmediatamente empeze a sentirme fatigado y mi vista se comenzaba a nublar.

—¿Que has echo?...

Fue lo último que dije antes de quedar totalmente desmayado.

Dr. Flug

En cuanto Black dejo de moverse y quejarse, lo posicione de la forma más cómoda posible y trate de recordar si teníamos algo en el botiquín que nos pudiera ayudar. No recordaba que tuviéramos medicamentos para demonios o para personas delicadamente irritables.

Demencia entro por la puerta acompañada de 5.0.5, los dos se me quedaron viendo muy extrañados y la loca se me abalanzó cuando vio la jeringa en mi mano.