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Tú eres mi fuerte.

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Acomode mi sombrero, mientras que removía un poco mi cabello para así observar el arma colocado en la mesa de noche. Hoy saldría nuevamente, ante ver que todo parecía estar calmado luego de varios días, aprovecharía en salir ya que papá se había ido de la comunidad nuevamente. Si, saldría sin su permiso y solo con el consentimiento de Michonne pero yo iría a buscar al hombre que encontré semanas atrás en la gasolinera. Llevaba días atrás trayéndole comida, algunas provisiones pero se que aquí, detrás de estos muros él se sentiría más que tranquilo. Agarre mi mochila, la cual preparé en casa de que pasara algo más allá, lo dudaba mucho pero era por protección. Salí de mi habitación, observando todas las puertas de esta segunda planta cerrada, dándome entender que solo yo estaba aquí, ni siquiera Judith. Quizás Michonne la había llevado hacia Tara, quien últimamente era quien estaba cuidando y respaldando el puesto de Olivia en cuidar a mi hermana cuando debíamos hacer cosas.

Con cautela me asomé por la puerta entre abierta de Aliana, la abrí un poco percatándome de que el colchón y sus sabanas estaba bastante recogida, y todo ordenado pero ella no estaba ahí. Baje las escaleras mientras recordé el momento que tuvimos hace dos días, desde ese día ambos no nos dirigimos ni una sola palabra, ni siquiera nos mirábamos y era extraño pero ambos nos alejábamos cada vez más. Suspire, era algo que no deseaba pero si las cosas debían surgir por ese camino, lo aceptaría y viviría con eso. Bajando a la primera planta pude afirmar que no había nadie, así que salí de mi casa asomándome al balcón y viendo cómo algunos residentes estaban afuera, no veía aquel cabello lacio color negro azabache, no veía a Natasha por ninguna acera como cada día que salía de aquí; ella, al igual que Daryl se habían ido con papá, pero pronto volverían según Michonne. Empecé a caminar, con mi semblante de seriedad y saludando a cualquier residente que se mostrara bondadoso hacia mi con un gesto de saludo.

Aunque pude notar algún tipo de movimiento extraño entre los residentes, veía desde aquí a Tara en el balcón de la enfermería. No tarde en sentirme entristecida, en recordar que muchas veces solía verla en ese balcón con Denise, pero ahora me tocaba verla acompañada de Judith. Pude ver aquel cabello ondulado castaño claro de mi hermana, quien parecía pintar la acera con algún tipo de tiza. Me mantuve caminando, mientras que saludé a Tara con un gesto de asentimiento para así continuar hasta los portones de Alexandria. Tenía prohibido usar uno de los autos que se encontraban parqueado, estos autos solo se usarían por algún adulto o en caso de emergencia, estaba bien; podía a caminarAdelante mi paso ante poder observar a Michonne en los portones de la comunidad, los portones abiertos y podía verla algo desesperada pues ella daba vueltas en círculo, y en su mano tenía unos binoculares. Me fui acercando ante notar bastante movimiento en esta área de la comunidad, los portones estaban abiertos y a lo lejos podía ver a Rosita corriendo hacia acá bastante agitada, a su lado dos residentes más.

—¿Qué sucede?–me acerque a Michonne con curiosidad ante observar el ambiente algo extraño, algo tenso. Ella me miró y pude notar en su semblante la inquietud.—Michonne.—la llame, esperando respuesta.

—Habían salvadores en la zona, he intentado comunicarme con Rick, no sabemos nada.—me dijo ella, intentando de que la radio recibiera algún tipo de señal pero no funcionaba.

—¿Cuantos eran?—pregunté, ella alzó su mano y abrió la palma, dándome una respuesta; cinco.—Debemos tener un plan de escape y debemos alertar por si acaso a todos los residentes que preparen mochilas con buenas provisiones, esto parece no acabar.—alenté a Michonne a seguir un plan, ella me observo y asintió.

𝐬𝐚𝐥𝐯𝐚𝐜𝐢ó𝐧 ─𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora