4

5.2K 374 236
                                    

Piedad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Piedad.

───

Cerré la puerta de la camioneta con delicadeza, teniendo en mis manos una cubeta para la gasolina. Observe el perímetro de la carretera vacío, como siempre. Me había arriesgado en venir acá solo sin nadie con tal de que tengamos gasolina extra en caso de una emergencia. Había decidido venir solo para despejarme, para tan solo respirar aire fresco sin que nadie más lo respirara a mi lado, solo yo. Aunque más tarde debía encontrarme con papá, quería un tiempo a solas. Caminando por la carretera no tarde en pisar el césped, encontrándome con algunos autos abandonados. Era la gasolinera más cercana de Alexandria, la había descubierto el día en que acompañe a Enid hacia Hilltop. Había sugerido que podían venir a revisar si había gasolina pero nadie me hizo caso, así que hoy había venido por mi cuenta.

Pisaba el césped, algunas hojas secas crujir, mis pasos era lo único que podía escuchar. Me sorprendía no ver a ningún caminante, no olerlos, no habían en el área. Observe más autos abandonados alrededor de mi, observando también un pequeño triciclo, solía tener uno cuando era niño. Pase por el lado de este, acercándome mucho más a la gasolinera, observando los autos y viendo si adentro había algún caminante atorado pero no había absolutamente nada. El polvo abundaba en aquella ventana pero no me había detenido por esa razón. "Aliana", era lo que estaba escrito en esa ventana que había llamado mi atención, su nombre me seguía en todos lados. Me quedé parado observando con detenimiento esa ventana, lleve mi mano hasta ella sin querer dañar su nombre; ella había estado aquí. Suspire gruesamente y lleve mi dedo a la ventana, ensuciando mi yema de polvo mientras escribía algo más abajo de su nombre.

—Hola.—di un leve brinco ante escuchar una voz desconocida, había dejado caer el bote vacío de gasolina para buscar mi arma y apuntar pero no había nadie delante de mi.—Estoy bien, digo... no lo estoy pero alguien me disparo, me tiro un microondas. Así que solo dire algo que mi mamá solía decir y espero lo mejor aquí. Mi mamá decía que ayudar al aventurero, a la persona que tenía un hogar lo era todo. Se que has visto cosas, se que has estado en cosas y que no confías en la gente por eso.—confuso y deseando no estar alucinando con una voz masculina, miraba todo mi alrededor pero no había absolutamente nada, me movía con pasos lentos por la gasolinera esperando poder encontrar a quien me hablaba.—Lo entiendo, lo entiendo. He estado en cosas también, he visto cosas. Mi mamá solía decir, "mi misericordia prevalece sobre mis paredes".—me baje lentamente al suelo para observar debajo de un auto, a lo lejos pude ver unos pies, lo había encontrado, me levante para dirigirme con rapidez a esa dirección.—Se que no te conozco pero no he comido en días, quizás no seas real.—corría sigiloso hasta allá mientras la voz estaba aún más cerca.—¡Manos arriba!—apunte aquel hombre de tez trigueña, este quien alzó las manos y parecía tembloroso ante mi postura.

—Escucha, me iré.—dijo él temblando, mientras observe su ropa sucia, él no tenía arma; no que yo supiera o que estuviera a mi vista.—Solo quiero comida, solo eso.—me mantuve en mi postura, lo apuntaba pero yo no iba herirlo, solo esperaba y veía si había alguien más.—La chica me traía comida comida pero no volvió más.—baje mi arma ante ese comentario, "la chica", no tenía duda que fuera ella; Aliana.

𝐬𝐚𝐥𝐯𝐚𝐜𝐢ó𝐧 ─𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora