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El chico de labios delgados se esforzaba por escribir los apuntes rápido. Su mejor amigo lo presionaba para que se apurara ya que debía irse a su casa; la escapada de TaeHyung lo afectaba de cierta manera ya que él era quien después debía ayudarlo a ponerse al día, y como prefería quedarse un rato de más en el instituto que ir caminando hasta la casa de su amigo para cumplir con su deber de buen ciudadano/estudiante/amigo/familiar, lo espero con toda la paciencia que pudo tener.

— Apúrate hombre, tengo hambre —Volvió a insistir por decimocuarta vez.

El menor de los dos chasqueó la lengua con molestia.

— Voy terminando, cascarrabias — Susurró esto último entre dientes, pronto la mano del mayor voló a la parte trasera de la cabeza de TaeHyung — ¡Oye!— Se quejó— Si me molestas nunca terminaré.

YoonGi se volvió a sentar en la banca viendo cada movimiento hecho por su amigo castaño con suma atención. Pensó en que él le diría que había pasado, lo que había provocado que se fuera en su primer día de clases, y al ver que este otro estaba más concentrado por copiar los apuntes, decidió no molestarlo.

YoonGi movía con impaciencia su pierna derecha y pronto se rindió.

— Agh, mejor tráeme eso mañana. Tengo sueño— Se levantó de la banca dejando a TaeHyung en lo suyo, antes de desaparecer de la vista del contrario le grito — ¡Que no se te olvide mi cuaderno!

Volvió su vista a sus zapatos y dobló una esquina para seguir su camino. No se preocupó mucho en caminar rápido, prefería guardar las energías para algo más importante; dormir, por ejemplo.

En las calles había pocas personas caminando -en su mayoría estudiantes- y lo vio lógico, teniendo en cuenta de que hacía 40 minutos ellos habían salido de la jornada escolar. Quiso comer algo en el camino así que se detuvo en el local que quedaba cerca de su casa para comprar sus preciadas papas de limón.

El solo pensamiento hizo que su boca se aguara. Sentir el sabor agrio de las crujientes papas, siendo destrozadas por sus dientes. Rio mentalmente por su auto provocación y fue directamente hasta la columna de chuches. Una cabellera se apareció a su lado cuando estaba a punto de irse.

— Eres tú otra vez — Levantó un poco la barbilla. Los ojos de aquel individuo lo voltearon a ver estrepitosamente al oír su profunda y ronca voz, pero se relajó al instante al ver de quien se trataba — Lamento haberte asustado.

YoonGi analizó las acciones del menor. Presionó sus labios en una fina línea tensando su cara entera, sus manos fueron a parar detrás de su espalda donde entrelazó sus índices, el pequeño espejo que estaba en una de las esquinas de las estanterías le permitió ver como añilaba sus manos nerviosamente.

— ¿Por qué estás nervioso? — Frunció el ceño. La cabeza del menor inmediatamente bajó para ver sus zapatos de tela negros — Pareces un perro bien entrenado. Es molesto.

Levantó su cabeza con lentitud con la nariz levemente arrugada sintiéndose un poco ofendido por el comentario tan desubicado de la persona frente a sí.

— S... Solo... — Volvió a bajar la cabeza queriendo evitar soltar una estupidez.

— Uhm... — YoonGi miró a todos lados un poco incómodo y agarró otra papa — Supongo que vienes por una de estas ¿No? — El castaño observó el objeto entre las manos de YoonGi y asintió — Ten, pues — Titubeó antes de agarrar la bolsa de papas.

— Ouh... Gracias — Susurró. El de cabello azabache lo volvió a mirar por unos segundos más y palmeó su hombro varias veces.

— Bien, adiós. Nos vemos — Se despidió sin saber si realmente se volverían a ver.

Prefería que no fuera así. La presencia del castaño se le hacía incomoda y desprendía inseguridad por doquier. No le gustaba para nada el aire que emanaba aquel chico.

Pagó su papa y salió del local sin reparar en más nada. Trató de equilibrar su cuerpo, en una esquina mientras esperaba que el semáforo peatonal diera luz verde, aprovechó el momento y se dispuso a abrir la bolsa de papas.

A lo lejos escuchó risas que se la hacían vagamente familiares pero no les prestó mucha atención.

Alzó la vista introduciendo descuidadamente una de las papas en su boca y masticando, para darse cuenta de que podía avanzar por la calle. Durante lo que restó de su caminata perezosa hasta su casa, terminó de comerse las papas y la envoltura la arrugó metiéndola luego en uno de los bolsillos al costado de la mochila.

Llegando a casa encontró a su madre en su correspondiente habitación, con las piernas estiradas y entrecruzadas en los pies, con el portátil sobre su regazo. La saludó e inmediatamente dejó la mochila a un lado sacando la basura que anteriormente había metido, y la tiró en el basurero de su habitación. Quiso darse un baño pero pensó en descansar de la caminata antes de meterse en la regadera y sentir que su cuerpo temblaba y daba sacudidas por la temperatura del agua; eso hizo.

Se dejó a caer boca abajo sobre la cama y a los minutos se hallaba profundamente dormido. Su madre, que iba a entrar para sacarle información de la falta de TaeHyung (ya que habían llamado a su hermana del instituto avisando que su hijo no había asistido a las clases de la mañana) al verlo con la boca semiabierta y sus pequeños ojos suavemente cerrados, prefirió dejarlo descansar. Apagó las bombillas y cerró la puerta de la habitación con una pequeña sonrisa satisfecha.

Sintiéndose realmente bien de cuidar de su hijo el cual amaba con su alma entera.

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AgustJMin

Sorry... I'm gay 【 YM 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora