---¿Ejércitas?

Le pregunté a Israel mientras tocaba sus brazos.

---La verdad si, en mis tiempos libres.

Sonrió diría que con un poco de tímidez.

---Si, se nota.

Acote con voz seductora.

---¿Y tu? Tienes un cuerpazo...seguro tu también lo haces.

Iba a continuar con mi sensual coqueteo hasta que noté que Deluxo se acercaba a nosotros con mucha rapidez.

---¿A si que aquí estas?

Me lanzó una mirada asesina.

---Dorian amigo, ¿Donde te habías metido?Te estuve buscando para ir a pescar juntos.

Aseveró Israel, pero el castaño no me quitaba la mirada de encima.

---Después hablamos, ahora debo hablar con Sofía a solas.

Dijo cortante.

El castaño me tomó por el hombro y me alejó del guapo de Israel.

¿Qué le pasaba a éste?

---¡Oye! ¿Qué hacés?
Le cuestione mientras me llevaba a su tienda.

---Nos vamos ahora mismo, ve a decirle a tu madre, preparen sus cosas rápido que no quiero seguir un minuto más aquí.

Parecía alterado.

---¿Y la apuesta?

Puse mis manos en mi cintura en forma de jarra.

¿Por qué quería irse ahora que ya le estaba cogiendo al gustito a estar aquí?

---Qué apuesta ni que nada, anda rápido a recoger tus cosas.

Ordenó con desdén.

---Ya.

Decidí hacerle caso y salí en búsqueda de mi madre para comunicarle lo que me había dicho el castaño.

---¡Sofía! ¿Qué pasó con Dorian?

Voltee encontradome con Israel nuevamente.

---Ah no, nada.

Sonreí falsamente.

---Me gustaría conversar contigo un momento.

¿Era enserio?

---Claro.

Respondí de inmediato.

---Demos un paseo.

Lo miré no muy convencida.

---Mmm...no sé debo...

---Seré breve, te lo prometo.

La curiosidad me estaba matando.

---De acuerdo.

Respondí antes de seguirlo por uno de  los senderos.

---Aquí está bien.

Dijo al encontrarnos un poco alejados de las tiendas.

---Ahora si, ¿Qué era lo que querías decirme?

Me miró fijamente y juraría que luego observó mis labios por unos instantes.

---Me gustas mucho Sofía.

Confesó de la nada.

----Me has sorprendido, no me lo esperaba.

La verdad si, si me lo esperaba.

---Déjame demostrartelo.

Se acercó mucho, más bien se acercó demasiado, para después colocar sus dos manos sobre mi rostro, me sentí extraña, él iba a besarme pero antes de que pudiera hacerlo, me alejé bruscamente.

---No, no te me acerques.

Exclamé perturbada.

---Por favor, solo déjame...

Volvió a acercarse.

---¿¡Qué no la escuchaste!?

El castaño se acercó a Israel para propinarle un gran golpe dejando a éste último en el suelo, pero ¿De dónde había salido?

---¡Dorian!

Grité y me acerqué para agarrar al castaño, evitando que volviera a golpear a Israel ya que noté que esa era su intención.

---¡Maldito infeliz!

Deluxo estaba indignado.

---!Déjalo ya!
Volví a gritar.

---Disculpame...te juro no sé qué me pasó.

Israel se ponía de pie mientras se disculpaba.

Dorian lo miraba con odio y a mi también ¿Pero que culpa tenía yo?

---¡Estoy harto! ¿Es que acaso no puedo dejarte un segundo sola porque enseguida alguien ya esta encima tuyo?

Lo miré confundida mientras nos alejabamos de Israel.

---¡No es mi culpa Dorian!

¿O si?

---Anda dile a Sara que nos vamos, traeré nuestras cosas.

Rodé los ojos.

Al castaño le encantaba dar órdenes todo el tiempo y eso ya empezaba a hartarme de sobremanera.

******Una hora más tarde******

---¿Qué le pasa a Dorian?

Cuestionó mi madre con voz baja, íbamos en el auto del castaño con dirección a quien sabe donde.

Levanté los hombros ligeramente fingiendo no saber nada.

---Fue un buen gesto de tu parte regalar nuestras carpas.

Habló mi madre dirigiéndose a Dorian, él cuál hizo una mueca simplemente evitando hablar.

¿Qué le pasaba?

¿Estaba celoso?

Voten y dejen sus comentarios

xoxoxo

La hija de mi sirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora