8. Tu conmigo, no yo contigo

310 23 0
                                    

Capítulo ocho

¿Era casualidad que estuvieras allí, Ed? ¿De verdad todo estaba pasado tan rápido? ¿Con tanta facilidad te estabas intercalado en las ramas de mi vida?

{*}

- No Jack, no. -Respondí sonriente hacia el chico.

- Oh vamos por favor, solo una vez más. -Su rostro expresaba un gran suplicio porque yo volviera a hacer un rostro que, al parecer, le había hecho soltar unas sonoras carcajadas.

- Vale, vale, pero solo una vez más.

Mi rostro fue por unos segundos motivo de risa incesante para el chico. Nos habíamos pasado largo y tendido hablando y riendo con Jack en el campanar de la iglesia, olvidándonos de que seguíamos con nuestras alas desplegadas pero sintiendo la felicidad fluir a nuestro alrededor. La compañía del chico siempre era sinónimo de alegría para todos mis sentidos. ¿Qué más quería? Ningún tabú era presente en nuestras conversaciones.

- Jane, ¿te importa que te pregunte una cosa? -asentí y este soltó una bocanada de aire- ¿te apetecería quedar el próximo viernes? Si tienes planes lo entiendo, no pasa nada, o si no quieres también lo entiendo.

- Por supuesto que quiero Jack, me encantaría. -Este dejó escapar una gran sonrisa y susurró por lo bajo un agradecimiento- Me tengo que ir, Clair está en casa y no me gusta que esté sola.

- Está bien, ya nos veremos. -Ambos nos pusimos de pie y nos despedimos con un beso en la mejilla.

Emprendí camino hacia la calle donde vivía en aquel momento sintiendo alguna mirada puesta sobre mi cuerpo, pero era imposible, nadie me podía ver ni a mi ni a Jack por el tratado de los Dioses, que tiempo atrás habían hechizado a todos los ángeles y sus descendientes para que estos no pudieran ser vistos por los mortales en los momentos en los que llevaran puestas las alas. Dirigí mi mirada hacia atrás pero Jack ya había desaparecido por las zigzageantes calles de Halifax.

Entonces ¿por qué la extraña sensación qué alguien me miraba, si Jack ya había desaparecido del area de visualización? ¿qué era lo que la acercaba a mi cuerpo? Intentar dejar la sensación en el pasado era la intención del momento, y así fue como en menos de lo que esperaba, conseguí llegar al parque situado a tres calles de casa.

Empecé a pensar en lo nervioso que había estado Jack en la hora de pedirme una cita, me había parecido adorable por su parte. En ocasiones con sus actitudes provocaban cierto nerviosismo inconsciente a mi cuerpo, creado nuevas incógnitas y disminuyendo la claridad que hasta el momento había tenido con tanta confianza. <Después de todo, no todos tus actos son correctos Jack> Pensé cómicamente en mi interior ya viendo la lejana señal de mi hogar. Sin precio aviso sentí como un peligro inminente se acercaba. Miré a todo mi alrededor y vi la mismísima soledad que me rodeaba, una soledad por instantes inundada por el sentimiento de peligro.

- ¡Eh, tú! -Espetó un chico salido de la oscuridad producida por la luz de la luna y la farola- ¿Qué hace una niña buena a estas horas tan sola, reina? Eso no es muy correcto. -El chico acercaba un cigarrillo a sus labios a la vez que avanzaba hacia mi situación, intentando adoptar una posición firme y dominante sobre mi cuerpo.

- Tal vez no sea una niña buena ¿no crees?

- Tienes toda la pinta de serlo. -Levanté una ceja y este tan solo se alzó de hombros mientras absorbía el humo de otra calada y luego lo expulsaba.

- Puede ser que te estés equivocando Mc Clarence.

- ¿Y tú como sabes mi apellido, niña buena?

- Tienes toda la pinta de ser Mc Clarence. -Este soltó una carcajada y, sorprendiéndome totalmente, se acercó y estiró su brazo para estrechar nuestras manos. La acepté y en cuando hice el mínimo contacto me metí en su cabeza, viendo que el chico con toda la imagen del típico rebelde era totalmente inofensivo- Mucho gusto, Kyle Mc Clarence.

Firefly |Ed Sheeran|Where stories live. Discover now