1. Uno de noviembre

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Capítulo uno

Aún recuerdo aquella fría mañana, aquel 1 de noviembre.

{*}

- Jane, vamos, levanta que se te hace tarde. -Exclamó mi madre abriendo las cortinas, con su típica sonrisa atravesando sus labios y su dulce tono.

- Si, si, ya voy... -murmuré tapándome los ojos con las palmas de mis manos.

Con toda la pereza encima me levanté y cogí lo primero que encontré en mi armario después de lavarme los dientes. Bajé y desayuné juntamente con mis padres, los cuales hablaban sobre política, en el cual no tenía ningún tipo de interés. Caminé hacia mi habitación para coger la mochila y colgármela del hombro derecho y salir hacia la moto, después de despedirme de mis padres.

Llegué y me aparqué entre la moto negra de Cody y el coche rojo de Ayleen, mis mejores amigos. No es que fuera una antisocial ni nada por el estilo, es más, era lo contrario, pero de toda aquella gente con la qué me juntaba sabía que ellos dos eran los únicos en quien podía confiar.

- Eh, Ayleen, muévete al otro lado. -dije hacia la chica que estaba en la mesa del final, donde siempre me sentaba yo. La chica se movió y yo me senté cómodamente mientras empezaba a jugar al Flappy Bird mientras hablaba con los chicos. El profesor llegó y juntamente con él, el director. Y probablemente iba a hablad de los exámenes que se impartían en Febrero, tan importantes para la nota y el siguiente curso.

- Alumnos, buenos días. -empezó el director- Quería que sepáis que a segunda hora un chico nuevo vendrá a esta clase. -se empezó a oír murmullos por parte de todos y sobre las caras de la gente había gestos de sorpresa.- Silencio, por favor. Bien, el chico se llama Edward y os agradecería que lo aceptarais, que lo hicierais sentir uno más de vosotros. - los murmullos continuaban. - ¡Silencio! Y ahora viene lo importante. En febrero escribirán los exámenes en inglés...

Después de estarse un rato más con el mismo asunto se marchó y dejó que el profesor empezara con su clase. Apuntaba todo lo que decía, ya qué era la única manera de qué me quedaran las cosas. Yo era rara, ya qué iba con un círculo social bastante amplio, pero últimamente había sentido que algo iba mal, que alguna cosa iba a cambiar para peor. Y me ignoraba a mi misma, ya que odiaba ser negativa pero esa sensación no se iba.

- Jane. -murmuró Ayleen llamando mi atención, y cuando salí de mi mundo vi que los chicos iban conmigo me rodeaban- ¿Estás bien?

- Claro. -aseguré- ¿Qué pasa?

- Sam dice que va a hacer una fiesta este fin de semana ¿Te apuntas?

- Ni de broma faltaba -aseguré riendo.-

Empezamos a hablar y cuando vimos que la profesora Stange se dirigía hacia el aula cada uno volvió a su sitio. Entró y detrás suyo estaba el chico nuevo, suponía. Una vibración negativa me recorrió toda la anatomía en cuanto el chico puso un pie en la habitación, juntamente con una rara sensación aparcada en mi pecho. ¿Qué?

Su pelo era del color del fuego, como si estuviera en llamas; sus ojos azules eran como el color del cielo, como si fueran una ventana al paraíso; su tez pálida con un toque de color me recordaba a la de los niños; sus labios rosados, qué era como si hubiera acabado de morder la manzana prohibida. Mis ojos no se apartaban del chico, no podía, mi cuerpo no me lo permitía.

Edward era toda una tentación.

- Bien, y con esto creo que lo he dicho todo. Ve a sentarte detrás de Hamerbrook y Daniels, por favor. -A pasos lentos empezó a caminar hacia mí, y a cada paso que daba, mi cuerpo se estremecía. Llegó y no pronunció palabra alguna, ni si quiera me miró.

Firefly |Ed Sheeran|Where stories live. Discover now