13. Confianza

268 17 0
                                    

Capítulo trece

¿Por qué tenía la pequeñísima sensación de qué eras ya parte de mi, Ed?

{*}

- ¿Seguro que estás bien, cielo? -Preguntó Grace sin despegar su mirada de la mía.

¿Seguro que estaba bien? No, no lo estaba. Pero, ¿que iba a hacer? Tarde o temprano debía superar que Katherine había marchado ya hacía horas, y la verdad que prefería aceptarlo de una vez y no quedarme cinco mil días tirada en la cama y lamentándome por su marcha. Cierto era que en toda la noche no había podido descansar. Después de haber vivido aquella despedida, no había sido capaz de pensar en otra cosa que no fuera en su último adiós.

- No te preocupes abuela. -Respondí evadiendo su pregunta. Sonreí y salí de su casa, pues había dormido en ella porqué necesitaba hablar con alguien y Grace era a quién necesitaba. Llegué pronto al aparcamiento y, como siempre, Ayleen y Cody estaban hablando-. Buenos días.

- Buenos días. ¿Que hay de nuevo? -Preguntó Cody a la vez que íbamos avanzando hacia la entrada del lugar. Poco a poco todos los de nuestro grupo se fueron uniendo a nuestra conversación.

- En fin, dejando vuestros absurdos temas. Este fin de semana llega Nina, ¿la iremos a buscar, verdad? -Preguntó Delia y todos asientieron-. Genial, pues viene el sábado y por la noche fiesta en casa de... ¿De quién era, Aron?

- De Nicole. -Respondió él sin darle mucha importancia.

Miré a Aron y pude percibir qué él tampoco estaba en su mejor momento, y la verdad que suponía que ninguno de nosotros -los que supimos de la existencia de Katherine- lo estaría. Tocó el timbre y todos nos sentamos, como siempre, yo dejando el espacio de mi lado vacío. Desde siempre había tenido la costumbre qué en clases me sentaba sola, y jamás había sido por falta de compañía, si no qué simplemente me sentía más a gusto si estaba el asiento solo. El pelirrojo entró sin darle la más mínima importancia al hecho que había llegado tarde. Se sentó en la mesa que estaba al lado de la mía, también dejado el espacio de su lado vacío. Siempre me había parecido curioso que las mesas de aquel centro siempre estuvieran unidas a otras, haciendo que en cada mesa se pudieran sentar dos personas. ¿Es que a caso aquello no provocaba más distracción para los alumnos?

Las dos siguientes horas fueron tranqulas, sin ningún tipo de movimiento extraño. Cuando tocó el timbre todos salimos hacia el comedor y poco a poco se fue llenando, con jóvenes sujetando bandejas repletas de comida.

- ¡Jane! ¿Me quieres hacer caso, maldita sea? -Exclamó Rosse haciendo que toda, o la mayor parte, de mi atención se centrara en ella.

- Perdona, ¿que decías?

- Que nos cuentes qué pasó con Jack, nos tienes a todas con la intriga -Miré a los de la mesa y las chicas tenían su mirada fija en mí. Solté un pequeño suspiro y di un mordisco a mi bocadillo.

- Nada, y ya he dicho cientos de veces qué con Jack no hay nada.

- ¡Pero si quedasteis los dos en plan película romántica con cita en el parque! -Espetó Ayleen esta vez.

- No pasó nada. ¿Es qué a caso dos amigos no pueden quedar? -Pregunté mínimamente irritada.

- Perdona, pero la amistad entre chico y chica es imposible -Miré a Delia ante aquellas palabras. ¿Es qué a caso lo decía en serio? ¡Aquello no tenía ni pies ni cabeza!

- Eso es una tontería Delia, claro que existe.

- Dame tres ejemplos de dos amigos, chico y chica, que hayan tenido una amistad sin haber habido ni si quiera un simple beso.

Firefly |Ed Sheeran|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora