Parte 6: Portrait

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Dejando atrás la sala de entrenamiento, se dispuso a recorrer los pasillos rumbo a la enfermería. Toda la multitud que anteriormente se había congregado en la sede central del búnker ya se hallaba al igual que ella, volviendo a sus funciones, lo que le dio a entender que el antes canciller skaikru, había controlado y calmado a las personas ante un peligro que no había. Se secó el sudor del rostro con la parte posterior del brazo y tan sólo hacer ese pequeño esfuerzo le provocó un dolor agudo; el entrenamiento había sido más duro de lo que había previsto y aunque no volvió a caer luego de la primera vez, el evitar hacerlo le llevó bastante trabajo, además, Lexa no solo capacitaba a los suyos en el combate físico, lo tenia que hacer con todos, jóvenes que tuvieran la edad que las reglas indicaban, civiles, y hasta guardias skaikrus se animaron a que ella los entrenara y a cambio, Lexa les pidió a un par de ellos que la adiestraran en la actividad de disparar un arma. Aunque claro, para hacer tal cosa todavía necesitaba dejar de sentir que se mareaba cada vez que veía alguna, lo que sucedía todo el tiempo. Al despertarse, pudo ser una observadora directa de que incluso los suyos; guerreros que tiempo atrás habían mirado aquellos artefactos con la misma desconfianza que ella, ahora se hallaban con al menos una o dos de esas armas encima, las utilizaban como si fueran otra espada más, eso fue una de las cosas a la que se tuvo que acostumbrar. Al doblar por el pasillo que la llevaría a su destino, pasó frente a una sala llena de colores. Aquella habitación era una de las más chicas del búnker, pero dejando de lado eso, también era la que más vida poseía, incluso pudo escuchar las risas infantiles desde la posición en que se encontraba y a pesar del cansancio, se dejó llevar por ellas hasta adentrarse en la sala arrepintiéndose casi al instante; un enorme cuadro cubría casi la mitad del muro donde se encontraba colgado, imperaba el ambiente y prácticamente era lo primero que captaba tu atención nada más entrar. Era una pintura hecha en óleo, según lo que había escuchado decir a la gente en una ocasión, y aunque Lexa no tenía idea acerca de lo que aquello significaba, le pareció que era lo más bello que había visto alguna vez; aunque recordó que se equivocaba, lo más hermoso que vio reflejado en papel fue los dibujos que unas vez había observado sin querer y la dueña de ellos era la mujer que en ese momento se encontraba frente a ella.

La pintura enorme que observaba, era en honor a los 6 skaikrus que habían quedado atrás al cerrarse el bunker, y la mujer que le provocaba miles de sensaciones, se hallaba en medio de ellos. Sin darse cuenta, levantó uno de sus brazos y su mano fue a parar donde estaba el rostro de la skaikru, pero no llegó a tocar el lienzo puesto que un par de toques le impidieron seguir con dicha acción, así que tragando saliva y tratando de normalizar su respiración, se dio vuelta lentamente hasta toparse con una pequeña figura que la miraba tan fijamente, que por primera vez, se sintió intimidada. — Hey. —fue lo primero que a la castaña se le ocurrió enunciar y dado que no era muy afín a relacionarse con menores, fue por el lado directo.— ¿Necesitas algo? —le preguntó al no obtener mas respuesta que un silencio prolongado, seguido de una sonrisa y una mirada curiosa que daba la sensación de no tener fin. — ¿Te perdiste? ¿Estás buscando a tu mamá?— volvió a cuestionar a la menor, esta vez sus ojos vagaron a su alrededor, pero todo era una masa de gente entrando y saliendo, junto a niños de todas las edades. Posteriormente, un par de toques fue nuevamente lo que la hizo mirar hacia abajo, sólo para observar a un par de manos extendidas que estiraban hacia ella un papel con muchos garabatos inscritos en él. Volvió a tragar saliva al verse envuelta en tal situación y lo único que atinó a hacer, fue a tomar aquella ofrenda y a mirar su contenido, cuando quiso decirle algo a la niña, ésta ya se hallaba en la otra punta de la sala, jugando con un par de infantes más. La observó durante dos segundos antes de decidirse a seguir con sus actividades; mientras se estaba yendo no se giró a mirar el cuadro con el rostro de la mujer que quería impregnado en él, ahora que lo había visto no sería capaz de no hacerlo sin quedarse horas pudiendo observarla y, en cambio, se dirigió directo a la enfermería donde dejó sus cosas en la cama que ya estaba apartada para ella, incluso en papel cuidadosamente doblado de la niña, y se encaminó hacia el baño para darse una ducha, e iba a ello cuando divisó pasando frente a la puerta semicerrada a uno de los guardias skaikru que ella más conocía, por lo que tomando impulso y decidiéndose a enfrentar los miedos que tanto la aquejaban, lo llamó por su nombre de pila, provocando que éste se detuviera al instante. — ¿Te acuerdas que te pedí apoyo en la práctica de tiros? —le cuestionó directamente, a lo que el hombre asintió y cualquier duda que tuviera en su rostro, se fue, dando paso al claro conocimiento de lo que le pediría a continuación. — Si tienes un momento libre puedo estar ahí en media hora.—prácticamente ni terminó de hablar cuando el contrario ya se hallaba asintiendo, recibiendo posteriormente como respuesta, que estaría todo preparado para cuando ella se hiciera presente. Le dio las gracias y ya habiéndose quitado un peso de encima, procedió a dirigirse al baño para ducharse.


Buenas a todxs lxs que lean, gracias por tomarse el tiempo de seguir esta historia y por sus comentarios.  En este capítulo tenemos un panorama más amplio de Lexa en el bunker, prepárense porque en el próximo capítulo ya tenemos acción. 

¿Qué les va pareciendo hasta ahora? Dejenme su opinion y si están ansiosos por el reencuentro tanto como yo. 


C-

ON THE GROUNDWhere stories live. Discover now