- Ahora entiendo todo.- suelta una risa que nos confunde a ambos-. Me refiero a la insistencia de la señora Pattie por ser la niñera y venir.

Mi boca se abre sin saber que decir, Justin sigue tranquilo dejándome notar que sin duda esperaba algo así de su madre.

- No hay problema.- vuelvo a repetir sintiéndome tonta-. Es decir, no fue tu culpa y en verdad lamento todo.

Se que ella sabe lo que realmente paso en la mesa y que aquel beso fue tan solo un impulso de la incomodidad de Justin y mis celos.

- Ok.- sonríe, aún sin quitar la vergüenza de su rostro-. Hacen una buena pareja.

- Gracias.- Justin y yo respondemos al mismo tiempo.

- De nada. Y en verdad tienen una hija muy linda y... bastante honesta.- contesta, lo último en un intento de susurro fracasado.

- ¿Qué dijo?- esta vez me asusto por que vaya que mi hija entiende todo el significado de la palabra honestidad.

- Solo algo de que su papá es suyo y que las verduras no van en la mesa aunque sean de feo sabor.- esta vez ríe con un poco más de confianza mientras yo quiero esconderme en la espalda de Justin y dejarlo a él con el problema.

- Lamento eso.- hago una mueca-. Juro que no le enseño eso.- levanto mi mano como si de una promesa Escaut se tratará.

- Si, lo sé. Soy niñera y vemos de todo.- se alza de hombros-. Bueno, tengo que irme. Al parecer estoy de más.

Quiero decir que no por educación pero el apretón de Justin lo evita recordando que hay otros problemas familiares que resolver. Nos despedimos de ella antes de verla desaparecer. Termino de lavar todo con ayuda de Justin y cuando al fin decidimos que es hora de enfrentarnos, toma de mi mano entrelazándola con la suya y dándome un apretón de confort. Estamos juntos en esto. Cuando llegamos al salón nuestro padres se silencian, tanto que dan miedo. Sus penetrantes ojos observándonos de arriba abajo pero ya no tienen esa sensación de que quieren cortar nuestras manos con un rayo láser.

- Lo lamento tanto.- las palabras que salen de la boca de la madre de Justin me deja un poco desubicada.

- ¿Qué?- es lo único que logro articular de la sorpresa.

- Al saber que había más allá que un capricho, no los hubiésemos separado.- en ese momento se que se refiere a la existencia de nuestra hija.

Intento encontrar sentido a lo que dice pero el enojo no evita que tome en cuenta que ellos aún piensan que nuestra relación era un capricho. Vaya difíciles son los mayores en entender las cosas de adolescentes.

- Nunca ha sido un capricho.- responde Justin como si hubiese leído mi mente.

- Eran jóvenes...- su madre alarga pero él no la deja continuar.

- Jóvenes que sabían lo que querían, nos amábamos y aún lo hacemos. No sé por qué es tan difícil entender aquello.

- ¡Son familia!- evito rodar los ojos ante lo que dice mi madre, como siempre con el drama al máximo.

- No lo somos.- esta vez el comentario de mi novio me desubica-. Y antes de que me digan que si lo somos, todos sabemos perfectamente que mi madre no es hija del abuelo Bruce.

Una corriente de aire frío pasa por mi cuerpo. Yo no lo sabía.

- Lo somos de corazón.- Eleanor vuelve atacar.

Secuela: Let me love you again «J.B.»Where stories live. Discover now