Capítulo 18

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Narra Justin:

- ¿No?- pregunto por quinta vez mientras veo o Drake caminar hacia mi.

- No...- niega con un suspiro decaído-. Ni si quiera quiere escucharme, esta furiosa.

Vuelvo a tomar asiento en el sillón mientras paso las manos por mi cabello intentando encontrar una respuesta lógica a lo que debería hacer ahora. Hace un par de horas que llegamos a casa de _______ y aún no puedo borrar de mi memoria su rostro pálido y devastado, las lágrimas siendo escurridas de sus ojos mientras estos se mueven de un lado a otro buscando una salida, permaneciendo unos segundos quietos antes de salir corriendo hasta la puerta sin darme oportunidad a decir algo. En algún momento se me ocurrió que vendría a su casa pero no fue así, no contesta ni el teléfono y si lo hizo las primeras veces, fue a Drake y solo para mandarlo a la mierda y decirle que la dejara en paz.

- Deberías regresar, ya es tarde.- miro el reloj envuelto en mi muñeca.

- Si... debo ir a ver a mi novia, se la veía asustada.- hace una mueca-. Y a mamá, esta vez se paso de la raya.

- Definitivamente.- asiento recordando lo fría que se porto.

- Me llamas cuando sepas algo.- asiento-. Seguramente vendrá, no dejaría a Livy sola nunca.

- Eso espero, nos vemos.- estrecho mi mano con la suya antes de verlo caminar hacia la puerta principal y salir sin antes darme un asentimiento.

Recuesto mi cabeza en el espaldar viendo hacia el techo, las lágrimas picando en el filo de mis ojos amenazando con salir hasta que un sonido sordo de algo golpeándose contra el piso me hace incorporarme y mirar al frente. Mis ojos divisan a mi pequeña hija recogiendo su peluche del suelo, mirando sus ojos para ver si se lastimaron después de haber chocado en el suelo.

- Mamá...- empieza pero termina por cerrar sus delgados labios, un nudo se forma en mi garganta al ver su vulnerabilidad.

- Ven aquí, cariño.- extiendo mis brazos esperando a que se acerque, lo hace a paso lento e inseguro.

- ¿Dónde está mamá?- pregunta una vez que la he sentado en mis piernas.

- Ella tenía que trabajar por lo noche.- miento-. Por eso me ha dejado a cargo.

- Pero... ella nunca trabaja en la noche.

- Si, tienes razón.- asiento esperando encontrar otra excusa-. Pero, ella me dijo que quería ir al parque de diversiones otra vez.

- ¿Enserio?- pregunta entusiasmada.

- Si, y por eso necesitamos dinero para que puedas subir a todos los juegos.- asiente sin quitar su sonrisa-. Bien, ¿tienes hambre?

- Un poquito.- une sus dedos mientras entrecierra sus ojos.

- ¿Qué te parece un cereal con leche chocolatada?

- ¿Mamá no se enterará?- una risa sale de mi boca mientras niego con la cabeza-. Entonces sí.

- Ok, entonces vamos.- sostengo su cuerpo entre mis brazos antes de levantarme del sillón y caminar hacia la cocina en donde la deposito sobre el meson-. No vayas a caerte.- aviso.

- No lo haré.- sonríe.

Empiezo a caminar por la cocina mientras abro todos los cajones posibles hasta encontrar todo lo que necesito, sin olvidar de ver a Livy a cada segundo. No quiero que nada le pase a mi pequeña. Cuando encuentro lo necesario me pongo a lado de Livy, deposito el tazón y la cuchara sobre la mesa, tomo la leche de chocolate que encontré en la refrigeradora y vierto el contenido hasta que la mitad del plato esta lleno. Tomo una caja de cornflakes marca Müsli pero estos no llegan a caer ya que la mano de Livy sujeta la caja con fuerza.

Secuela: Let me love you again «J.B.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora