Final

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Los meses pasaron y las cosas iban genial entre Louis y Harry, el único inconveniente, era que sus trabajos no les dejaban estar juntos todo el tiempo que querían, así que disfrutaban cada momento con gran intensidad.

También el ojiazul quiso aparcar un poco su sueño de viajar y trabajar fotografiando fuera de su estudio, pero el empresario lo acabó notando, sabía que él ya no era feliz en lo que hacía.

El cumpleaños del fotógrafo llegó y Harry le compró lo que el más deseaba.

Cuando este abrió el sobre casi se desmaya, ver el billete abierto de avión a donde el quisiese y un cheque en blanco.

...—Harry ¿estás loco?, yo no puedo aceptar esto, es demasiado

—Nada es demasiado para ti amor, tomalo y vete a donde quieras... fotografía el mundo entero si quieres, yo lo pongo a tu disposición, dime donde quieras ir y allí irás, te amo—dijo el rozado sonriendo.

El ojiazul saltó sobre su regazo, entrelazando sus piernas y besándolo una y otra vez.

—¡Eres el mejor Harry, te amo tanto!—exclamó Louis muy ilusionado con sus ojos llenos de lágrimas por la emoción—¿Vendrás conmigo?, ven, puedes cogerte unas vacaciones amor, por favor, por favor—dijo este aún subido en su novio.

—No sé cielo, tengo mucho trabajo pero te prometo que si tengo unos días viajaré donde estés y te acompañaré, ¿de acuerdo?.

Louis asintió feliz y volvieron a besarse y abrazarse hasta que les entró hambre y fueron a comer algo.

Días después, el fotógrafo cogió su equipo y sus maletas y usó su regalo viajando de nuevo a España, pues ese país lo había fascinado.

Amaba su gastronomía, su arte, su cultura y el ambiente familiar de amabilidad que la gente que se topaba le proporcionaba.

Amaba los amaneceres y los atardeceres en las múltiples playas y miradores que visitó, era feliz fotografiando los maravillosos parajes verdes y frondosos que visitó.

Hablaba todo el tiempo con Harry por teléfono y por videoconferencia, se extrañaban mucho y tras dos semanas, un día su guapo novio lo sorprendió diciéndole que viajaría junto a él para pasar unos días.

Cuando Harry llegó a España, Louis lo esperó en el aeropuerto feliz y ansioso, sonriente y pletórico.

Pasaron juntos los quince días más inolvidables de sus vidas, en los que el empresario no paró de sonreir, amaba ver a Louis tan feliz fotografiandolo todo y mostrándole lo maravilloso que se veía el mundo, tras el objetivo de su cámara.

Sin embargo, este tuvo que regresar y la despedida en el aeropuerto fue triste y amarga pues Louis aún se quedó un tiempo más allí.

Dos semanas después, el ojiazul regresó, había hecho cientos de fotos y estaba como loco por meterse en su estudio para seleccionarlas pues había tenido una gran idea, decidió alquilar una galería y ampliar y exponer sus fotografías más impactantes y hermosas.

Harry le ayudó a llevar a cabo su meta y invitó a sus conocidos para que admirasen el talento de su novio.

Louis expuso más de doscientas fotos las cuales unas las imprimió en forma de poster otras las encuadernó, con otras hizo unos murales y otras las amplió para apreciar los detalles y colores.

Lo maravilloso de todo fue que a la gente le encantaron y empezó a recibir ofertas por ellas y al final de la noche sin pretenderlo se hizo con un muy buen dinero.

Harry lo animó a seguir exponiendo su trabajo, no solo allí, sino en otros lugares y poco a poco su nombre se hizo conocido y hasta recibió ofertas de varias revistas para contratarlo como fotógrafo oficial.

De repente la vida del ojiazul cambió, por lo que dejó  finalmente de trabajar con modelos y se dedicó a la fotografía artística, exponiendo sus trabajos por todo el mundo.

En algunos viajes Harry lo acompañó y en otros hablaban todo el tiempo que podían por videollamada.

El ojiverde estaba muy orgulloso de él y perdidamente enamorado, así que un día, sin más sorprendió a Louis con un anillo y una proposición de matrimonio.

...—Si... si... si y mil veces si amor, claro que me casaré contigo— dijo muy contento el ojiazul, llenándole de besos la cara de besos.

Una hermosa tarde de primavera Harry y Louis se casaron en una pequeña Iglesia en lo alto de una colina y con el mar como testigo de su profundo y hermoso amor.


Fin.

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💋💋💋

Muchas gracias de corazón por encontrar un ratito en vuestras vidas, para leer lo que yo escribo y gracias también por vuestros votos y comentarios, me hacen mucha ilusión.

Ésta historia contiene epílogo.

😘

13. Deseo carnal- (Larry Stylinson) -TerminadaWhere stories live. Discover now