Aparición

3.5K 518 107
                                    

Martes
16 de Mayo 2017
15:20 PM

Al ver que todos eran de Suga creí que mi mente nuevamente me estaba jugando una mala pasada, cuando Tae me dijo que no había nada ni en la carta ni en mi teléfono celular me di cuenta que quizás tiene razón, ¿estoy loco? Posiblemente.

Aún así no contesté sus mensajes, no sé si son reales o es algo de mi mente, prefiero no contestar nada.

En ese momento me doy cuenta de la hora, eran casi las 15:30 de la tarde y debía estar en mi casa a las 14:30 máximo, además me había pasado de estación, tendré que llamar a mi madre e inventar algo.

—Madre
—Jimin, ¿dónde estás?
—Lo siento, ahora mismo voy a casa, me quedé dormido en el autobús y me alejé un poco de la ciudad antes de despertar, no te preocupes, llegaré antes de las 18:00.
—Está bien, pero apúrate, sabes que no me gusta que te quedes por ahí sólo.
—Lo sé mamá, te veo en casa.
—Te quiero hijo.

Al colgar me estaba levantando del asiento para bajarme del tren y vi a alguien a lo lejos dentro del tren, me sorprendió porque de espaldas se asemejaba muchísimo a Suga, estaba en el vagón de al lado del mío, entonces al bajar miré a mi izquierda y él miro a su derecha, cruzamos miradas y era él, ¡era Suga!

Rápidamente empecé a caminar detrás de él, era bastante rápido, no me sorprende, Suga lo era y siempre me dejaba atrás, lo perseguí mas o menos unas dos cuadras, él estaba muy tapado ya que llovía mucho y no llevaba paraguas, lo seguí persiguiendo un poco más y de un momento a otro se detuvo, se quedó quieto, entonces al verlo así yo también me detuve, mi celular volvió a sonar, tenía un mensaje, lo saqué de mi bolsillo al mirarlo veo que Suga, o el que creo que es él empieza a correr, guardé mi celular y corrí detrás de él, lo vi doblar en una esquina, y cuando yo estaba doblando me doy cuenta que ya no está, miro hacia todos los lados y no hay rastro de él, además la calle estaba vacía, no había nadie por allí, ni siquiera yo sabía dónde estaba, todo parecía Silent Hill, era como un maldito pueblo fantasma en medio de la nada, ¿dónde estoy?

Volví a la estación de tren para ir hacia Daegu, y como no, la estación estaba vacía, y sólo estaba yo dentro del tren, no querían llevarme ya que sólo estaba yo, pero los convencí de que tenía que irme, que era menor de edad y que estaba perdido, así que aceptarón. Me fui hasta el último vagón y me senté al final, me puse mis audífonos, empecé a escuchar música con los ojos cerrados y me acordé del mensaje que recibí cuando estaba siguiendo a Suga, así que me metí a Whatsapp.

—Vete de aquí, Jimin.
—Suga, te ví, estabas a metros míos al bajar del tren, ¿cómo es posible que huyeras de mí? Soy tu mejor amigo, como pudiste hacer eso.
—Te dije que no me buscaras, te lo dije anoche, si no me obedeciste lo siento, no podía hacer otra cosa que intentar distraerte para poder correr y perderte de vista.
—Pero, eso no se hace, no sabes lo feliz que me hizo verte de nuevo, ¿sabes cuanto dolor tengo dentro de mi desde que supe de tu muerte? No tienes idea, intenta ponerte en mi piel, intenta saber lo que siento.
—Jimin... Ya basta, te estoy arruinando, sólo hace falta ver tu cara para saber lo destrozado que estás, y bien sé que te estoy haciendo mal, por eso quería despedirme de ti ahora mismo.
—¿Despedirte de mí?
—Sí.
—¿Por qué? nuevamente quieres dejarme sólo...
—Tienes que seguir con tu vida, si sigues así te llevarán a un psiquiatra y quién sabe cuanto estarás allí dentro hasta que te recuperes.
—Me pueden llevarme a un manicomio si quieren, pero te quiero conmigo, no quiero que nos separemos nuevamente, no quiero volver a pasar por ese dolor, no quiero, no quiero...
—Por favor, hazme caso, sabes muy bien que esto es lo correcto, lo que tenemos que hacer.
—Pero Suga, no me puedo imaginar una vida sin ti, sin tu amistad.
—Tendrás que imaginartela desde ahora.
—¿Por qué eres tan cruel?
—Porque así las despedidas duelen menos.

Y luego de ese mensaje me bloqueó, intenté hablarle y hasta llamarlo pero nada, su celular me decía que estaba apagado y mis mensajes no le llegaban.

Me levanté de mí asiento y fui donde el piloto del tren, para preguntarle cuánto faltaba, me sorprendió que al llegar a su vagón sólo estuviera él, ni un copiloto ni nada, de hecho, ¿los trenes necesitan copiloto? No tengo idea, pienso que sí.

—Eh... ¿Hola?
—Hola chico.
—Me llamo Jimin.
—Como sea.
—¿Y usted como se llama?
—Solo llámame chofer, no tengo intención de hacer amistades con nadie.
—Esta bien, lo siento si te molesté.
—No te preocupes, en todo caso, ¿a que venías?
—Oh, es cierto, venía a preguntar cuánto faltaba para llegar, porque miro por la ventana y ningún lugar me parece conocido.
—Es que es una nueva ruta, normalmente la usamos cuando hay pocos pasajeros para poder probarla, no es muy segura que digamos.
—Creo que deberían probarla sin pasajeros.
—Lo sé chico, igualmente nunca hemos sufrido un accidente, así que todo bien, no hay de que preocuparse.
—Que me llamo Jimin...
—Entiende que no me importa.
—Bueno, ¿me puede responder mi pregunta?
—¿Cuál?
—Oh Dios... ¿Cuánto falta?
—Alrededor de... 40 minutos diría yo
—Okey, muchas gracias.
—De nada.

Ya me estaba yendo a mi asiento cuando escuché un "¡HEY!" del chofer simpático este.

—¿Jimin, no?
—Sí, te lo acabo de decir hace 1 minuto pero me alegro que te acuerdes.
—Mira, la verdad estoy muy aburrido y ya que eres el único aquí me gustaría contarte una historia.
—Emmm, no tengo nada mejor que hacer, así que adelante.
—Bueno, por ahí en 1992 estaba trabajando en Tailandia, pero no de chofer de tren, tenía otro oficio, y un día por las calles vi a un señor con una carrosa, era extraño ver algo así en Tailandia, entonces veo que de dentro se baja una mujer hermosa, te lo prometo, era hermosa, y al bajar...

La verdad su historia me estaba aburriendo, en vez de mirarlo a él miraba hacia delante por el vidrio del tren mirando las vías, y en un momento veo a alguien acercándose a ellas.

—...al bajar veo sus piernas, largas, su melena rubia...
—¡CUIDADO!
—¡OH DIOS!

E intentó detenerse con el freno emergencia, pero era imposible, estaba muy cerca, me puse delante, lo más que podía y le gritaba que se saliera de allí, era imposible que me escuchara con todo el ruido del tren y la bocina. Cuando se estaba acercando al tipo de las vias lo miré y me doy cuenta de que era el mismo chico que ví en ese pueblo fantasma, era Suga, no lo podía creer.

Impactamos con él y empezó a hacer un movimiento extraño todo el tren, el chofer me miró y sólo me dijo...

—Lo siento, chico.

Y el tren empezó a doblarse y salían chispas desde el suelo, se estaba saliendo de las vías, como está ruta es de prueba era bastante probable que pasara algo así, miré como todo pasaba delante mío súper lento, miraba al chofer estrellarse contra el parabrisas y vi como poco a poco mi vista se iba a negro.

¿Estoy muerto?

¿Así acaba mi vida?

Suga, ¿estás vivo? - [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora