Camelias de otoño.

4K 232 19
                                    

Su barriga se había vuelto algo grande en las últimas semanas y aún no iba a traer a su hij@ al mundo. Las estrías en su pelvis y caderas brillaban casi como una simulación de los rayos del sol. No entendía porque eso traía tanta frustración. 

-Forth -Se acercó mirándolo y se sentó sobre su regazo. 

-¿Sucede algo? -Preguntó abrazándolo por la cintura y con una de sus manos abrazó también una de sus nalgas  con toda su atención en el juego de Basketball que presentaban en la televisión. 

-Pero mírame, idiota -Tomó la mandíbula del mayor y la giró hacía su dirección. 

-¿Qué sucede, cariño?

-¿Aún te gustó? -Forth lo miró con una ceja levantada de manera expectante, ¿Qué? Aún le sorprendía que Beam preguntara eso. 

-Claro que sí, corazón, ¿A que se debe esa pregunta? -Apretó la nalga entre sus manos. 

-¿De verdad? ¿Aún me consideras sexy, aunque esté en embarazo? -Beam se sentó un poco más sobre él con las piernas a cada uno de sus lados. Se levantó la enorme sudadera y le mostró a Forth sus rayos de sol. 

Sus manos viajaron a la cintura del embarazado para acercarlo y que sus labios besaran  su pelvis súbitamente. Beam forcejeó con él para alejar su panza y bajarse, pero obviamente Forth era mucho más fuerte que él, sus manos apretaban más sus nalgas para que los dos quedaran muy pegados y el menor solo pudo sacar sus manos, las cuales estaban entre ellos. 

-Son hermosas, ¿Bromeas? Se sienten delicioso bajo mi boca -Susurró Forth entre besos. 

-¿D-de verdad, Forth? ¿No me dejaras? -El mayor levantó su mirada al escuchar esa última pregunta, ¿A quién en su sano juicio se le ocurriría eso? Porque él sabía que Beam sin un enorme estomago era hermoso, pero por alguna razón sus feromonas estaban muy bailarinas ahí adentro desde que lo veía en las mañanas desnudo con su enorme estomago, sentía su libido por los cielos. 

-Desde que estás en embarazo sólo he querido hacerte el amor. No pienses eso, por favor. Así estás más que perfecto, y estás -Tocó las estrías de su cadera- Me encargaré de besarlas hasta que creas que son hermosas. 

Beam acarició su negro cabello mientras que él besaba ahí. Ver cómo Forth le quitaba las inseguridades era lo mejor, sin duda lo adoraba con cada parte de su mente, sin embargo aún seguía una pequeña molestia.

-Mañana sabremos que sexo será, ¿Qué quieres que sea? -Mencionó. 

-Solo quiero que nazca sano y que ustedes dos estén bien, no me importa lo que sea -Respondió el mayor. 

Desde que habían empezado a vivir juntos, se había dado cuenta de que Forth era mejor que ganarse la lotería.  Lo trataba con tanto cuidado en cada situación en la que se encontrarán hasta en el sexo se preocupaba por hacerlo sentir y eso era mágico. Se sentía afortunado de que su bebé naciera y tuviera el mejor padre del mundo, porque Beam sabía que su novio lo iba ser. 

-¿Qué miras? ¿Dije algo malo? -Dijo preocupado Forth,  las hormonas del embarazado estaban de un lado al otro, por lo que era muy sensible y debía tener cuidado con lo que hacía o decía. 

-Has hecho de todo -Sus ojos se cristalizaron y lo besó. El mayor miró confundido sus párpados cerrados hasta que la preocupación se le olvidó y se sumergió en ese movimiento de lenguas. Beam apretó suavemente el pecho de Forth entre sus manos, se separaron agitados. 

Luego de eso, los dos decidieron que era hora de ir a dormir, por lo que el mayor terminó su cerveza y se encaminó con su novio en brazos hacía la habitación mientras hablaban de los posibles nombres de su bebé. Sí era niña se llamaría Venus y sí era hombre, se llamaría Ryu (No Ryuk, como el shinigami, jeje) 

Bee Beam. (2Moons The Series)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora