El amor solo cambia de lugar en el cerebro.

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Escuchó la melodiosa voz de Forth cantar una canción de Papa Roach y la ducha encendida. Alejó la manta y se puso de pie con cuidado, ya que ahora su estomago se había convertido en una pequeña y tierna -Según Forth- Bolita. 

Al caminar por la habitación, fue inevitable no pararse frente al espejo y levantar un poco el enorme camisón con el que ahora dormía. Era increíble como había pasado el tiempo y ahora llevaba un mes embarazado. 

Forth salió de la ducha con una toalla al rededor de su cintura y vio a su pequeño chico abeja allí, observando el pequeño bulto. Sonrió para si mismo mientras se acercaba cuidadosamente y pasaba sus brazos por la cintura de Beam, para atraerlo y dejar un sonoro beso en su desnuda y blanca nuca. La dulce risa del menor lleno sus tímpanos.

-Así deberían de ser todos tus besos de buenos días -Canturreó Beam mientras acariciaba su cabello húmedo y lo miraba por el espejo. 

-En realidad prefiero otra clase de besos -Rió apretujandolo más contra él y sobando su pequeño estomago. 

Beam ronroneó en respuesta a eso y se volteó para empinarse y besarlo suavemente. Las manos de Forth hicieron vago camino hacía la cintura del pequeño y cuando planeaba bajar sus manos... 

-Ni lo creas- Mencionó sobre sus labios el chiquillo travieso, tomando sus manos por las muñecas y alejándolas. 

Soltó una carcajada mientras vio la expresión del mayor y salió de allí para hacer el desayuno. Forth solo pudo ver ese trasero pavonearse de manera candente, joder. Aún no se habían tocado desde la primera vez y el ya había sufrido de mil erecciones. 

Se quitó la toalla rápidamente y siguió a Beam. Al llegar a la cocina lo voy tan entretenido en lo que hacía, que se acercó como antes y besó allí. 

-O-oye, ¿Qué haces? ¿Estás desnudo?- Su tono era nervioso. 

-Tu también lo estás o por lo menos abajo de esa camisa no hay nada -Suspiró cerca de su oído mientras que con la ayuda de su mano izquierda levantó la larga vestimenta y pegó más su erección allí. 

Beam soltó un gemido y empezó a mover su trasero y Forth sabía que ya no iba a ver una reversa. Volteó al pequeño y lo cargó para llevarlo hacía la barra de mármol. 

El menor se puso de nuevo boca abajo sobre la barra y besó intensamente la boca de Forth desde atrás. Tomó la notoria erección del mayor y empezó un sube y baja allí para que lubricara, la acercó a su estrecha entrada y empezó a penetrarse con ayuda del mismo Forth 

Pegó todo su pecho al mármol mientras que esas candentes caderas arremetían contra su cuerpo en un vaivén suave, pues ninguno de los dos quería que algo le sucediese al bebé. Y es que tener sexo con Forth era algo tan maravilloso, su mente se deleitaba demasiado cuando oía esos pesados gemidos combinados con algún suspiro, cuando le besaba la espalda en un intento por ser tierno y Beam sabía que sólo se habían acostado una vez más está que estaba sucediendo pero todo aquello le había calado profundo. 

Y ahora sucedía, tenía al hombre de su vida proclamándose Dios sobre suyo. 

Forth salió de su interior y lo tomó entre sus brazos, para encaminarse hacía la habitación y que todo fuese más cómodo y seguro. Beam por su lado mientras hacían ese pequeño trayecto no paró de besar al mayor por todos lados, en su rostro, cuello y hombros, estaba extasiado. 

Llegaron a la dichosa habitación y Beam instantáneamente se puso en cuatro sobre la cama, por su cabeza apoyada en dos almohadas casi tocando sus propias rodillas y el trasero en el aire. Forth no podía pedirle más a la vida que tener esa vista tan deliciosa frente a él mientras que le llegaban varias quejas para que se moviera y lo follara ya. 

El mayor reaccionó y se subió en la cama de rodillas, tomó su miembro y solo lo puso en la dilatada entrada del chico abeja. Un gemido grueso salió de sus labios cuando empezó a moverse de nuevo y las paredes del pequeño lo apretaban entre sí, mientras que mantenía un vaivén suave. Beam levantó un poco la cabeza lo y lo miró exasperado, suplicante, acercó sus labios y con ayuda de Forth empezaron a besarse. 

-Folláme duro, por favor -Ronroneó en sus labios. 

-Le haría daño al bebé -Le recordó mientras que lo besaba con más pasión y llevaba sus embestidas a un nivel más alto sin ser brusco. 

Acarició su espalda suavemente mientras que sentía el orgasmo venir y los dos se desplomaron al unísono. Forth salió de su interior y se sacó el condón para tirarlo en la basura, mientras que Beam estaba hecho polvo sobre la cama, todo sudado. Caminó hacía la cama y se puso sobre él para darle un dulce beso. Besó también sus hombros perlados por el sudor, su pecho, cada uno de sus dígitos y brazos, pero el lugar más consentido fue el abultado estomago del menor. Forth intentó plasmar su ternura en el ombligo y todo el alrededor de ese lugar, bajo las continuas caricias que Beam le propinaba a su cabello. 

Luego de esa pequeña sección de mimos, Forth se acostó a su lado simplemente para observarlo, no decía nada. Sólo lo miraba a los ojos y acariciaba cada lugar de cuerpo. 

-¿Q-Qué pasa? -Dijo nerviosamente el más pequeño. 

-No se por qué, pero te ves tan hermoso luego de lo que acabo de suceder -Besó la punta de su nariz. 

-¿A que te refieres, Forth? -Parpadeó, no esperaba oír eso. 

-Hueles delicioso y ahora luces tan hermoso así, sólo para mí -Delineó su mandíbula con la punta de su dedo corazón. -Y no puedo creer que lleves algo dentro tuyo que sea mío, de los dos. Soy muy afortunado. 

La respiración se le atascaba en los pulmones, ¿Por qué Forth le decía todo eso y lo miraba así? Se sentía tan frágil a ese punto, porque jamás espero que pasara y era increíble tenerlo así, desnudo en la misma cama después de hacer el amor y reviviendo un sentimiento que creía muerto, pues después de que Forth se fue de Tailandia, veía sus sentimientos por él muy ambiguos, hasta que quedaron en el olvido. 



La mañana transcurrió lento, ahora se encontraban en el Cadillac de Forth camino al hospital. Beam tenía su cita mensual y el mayor se sentía un poco ansioso por ver al bebé. El menor aún se sentía extraño, ya que le sorprendía demasiado todo y más porque Forth no había cambiado su comportamiento, se quedaba absorto mirándole, su tacto era suave, delicado. 

Llegaron al consultorio y Myung los recibió con un cálido abrazo. Hicieron el chequeo de siempre y Beam simplemente se encaminó hacía el baño para ponerse la bata de hospital y hacer la ecografía correspondiente. 

Se acostó en la camilla frente al monitor y Myung le echó el gel frío sobre la panza. la pequeña figura apareció sin más deleitando a un Forth muy ansioso, muy necesitado. Beam escuchaba las medidas y el peso del bebé. Necesitaba saber si estaba sano, si él lo estaba haciendo bien. 

La sección terminó y Forth aún estaba muy absorto. Beam salió del consultorio de su amiga Myung muy feliz, su bebé estaba bien.

-¿Crees que será niña o niño? -Le preguntó el pequeño cuando estaba en el auto de camino a casa. 

-No lo sé, solo creo que deberíamos pensar en nombres. 

-Sí es niña quiero que se llame Venus, ¿Que te parece?- Se acostó sobre su hombro mientras miraba hacía la carretera. 

Continuaron platicando sobre el sexo del bebé, aunque realmente Forth estaba lejos de la conversación porque no paraba de pensar en como proponerle a Beam que fuese su pareja formalmente, quería que todo saliera perfecto. 

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Hola, holaa. 

He aquí otro cap. 

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Bee Beam. (2Moons The Series)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora