REAFIRMACIÓN EMOCIONAL - REFORZAMIENTOS POSITIVOS ESTABLECIDOS

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-Bueno, entonces él creyó que eran amigos...

-¿Y la cadena? ¿No vio la cadena?

-Si la vio pero... es que... no quería pedir ayuda, no a esa altura, quería estar con Naruto ya...

-¿Estar con él? –su padre estaba inmerso en pensamientos, daba la impresión de querer entender todo eso de otra manera, como si no aceptara la respuesta más clara que tenían.

-Después de el primer beso, Naruto y yo dormimos con más tranquilidad en la misma cama. Me abrazaba y yo me dejé, me dejé no solo abrazar, sino poseer. La escuela, los amigos, el status, la justicia, todo desaparecía cuando me hablaba bajito en la noche. Así que... -la garganta se le cerró por la vergüenza al abrir su corazón así con alguien más que no fuera ese rubio. –decidí quedarme hasta que... no... -lo pensó mejor. –Solo quería quedarme, sin irme nunca.

No supo interpretar las miradas huyentes de sus padres y de su hermano. Así que mejor decidió continuar con la historia.

Naruto abrió la puerta con las manos sudadas y mirando hacia el fondo de la cocina donde tenía un bate de beisbol, estaba dispuesto a dejar inconsciente a Shikamaru si intentaba algo ya que no pudo convencer a Sasuke de mantenerse escondido.

El de cabello castaño tardó en entrar, miraba con cautela y duda a todos lados. Primero vio la cara de Naruto, estaba empapado, escurriendo agua aun con la ropa puesta, llevaba una expresión de aflicción y nerviosismo. Miró a Sasuke, un joven delgado con ojos tan atentos a todo que le causó gracia pues le hacía ver más joven. Miró sus pies y lo notó descalzo y con una cadena que siguiéndola solo con la vista la notó bastante larga.

Abrió la boca mientras apuntaba hacia la misma pero Naruto empezó a balbucear...

-Yo... sé... puedo... es que... mira, no te asustes... -lo quitó de la entrada y cerró con seguro y alarma. –Es que... mira, es que... él es...

-¿Un niño?

-Tengo diecisiete. –le dijo serio mientras seguía comiendo con el dedo la Nutella del bote.

-Vaya. –los miró a ambos. –Cadenas y baño con ropa... es la filia sexual más extraña que he visto. ¿Sabes cuántos años tiene este sujeto? –le preguntó a Sasuke mientras apuntaba a Naruto.

-No, me acaba de secuestrar... necesito ayuda. –la tranquilidad y apatía con la que decía aquello hizo que Shikamaru no lo tomara en serio.

-¡Sasuke! Vete a tu cuarto. –le dijo entre dientes el rubio.

-¿Mi cuarto? -parpadeó fingiendo ignorancia. -¡Ah! El cuarto donde me has encerrado y de donde estoy encadenado... el cuarto donde me golpeaste y abusaste de mí tres veces, ese cuarto ¿no?

-¡Yo no te he...! –ya no sabía a dónde mirar, Shikamaru estaba analizando todo con tranquilidad pero cada vez más recelo. –Yo no he abusado de ti.

-Me metió la lengua en la boca. –le dijo a Shikamaru como si se tratara de un policía. –Tres veces.

-De acuerdo, es problemático saber los problemas sexuales y emocionales de mis amigos, así que... solo dejaré esto aquí y saldré lentamente. –le dijo mientras sacaba un sobre y lo ponía sobre una mesita cerca de la entrada, giró el picaporte y notó que estaba cerrado.

-Lo siento. –le dijo Naruto con resignación llamando su atención. –No puedo arriesgarme...

-¿A qué?

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