SIE-D

Acercamiento emocional-conexión emotiva

-Cuando comencé a acostumbrarme a él y a todo eso, pensé en otras cosas. En ustedes, en la casa, en la escuela... en el examen, sobre todo. Porque sé que esperabas eso, que hiciera trámites a contaduría.

-¿Quieres ser chef?

-Pues... si. –les confesó mientras se recargaba con pereza en el sofá. –Sé que es raro, que no es algo que vaya conmigo y que menos lo esperaban pero... la gastronomía es algo que me gusta.

-Yo no te veo comiendo todo el día. –acertó Itachi.

-Pues no, porque uno tiene horarios. –le dijo molesto por la interrupción. –la Gastronomía no es solo cocinar y trabajar en un restaurante... es conocer la armonía de los sabores, la historia de cada cultura y cada alimento. Sus funciones, sus beneficios, sus formas de cocinarse. Reinventar, ser el mejor en lo que haces y... -notó que los tres lo miraban con estupefacción. -... Padre, no quiero ser contador.

-Ni tienes madera para eso. –le dijo en seguida haciéndolo levantar la vista de nuevo. –Un contador es estricto, calculador, severo con sus clientes... miente, engaña, mueve dinero si es necesario.

-Eso no es ético. –dijo dudoso.

-Y tú si lo eres. –Mikoto agregó. –Siempre fuiste más dulce.

-Sacaste el lado de mamá. –dijo Itachi con una sonrisa de lado.

-Haz lo que quieras hacer. –no tuvo de otra Fugaku, miraba el suelo, con sus brazos cruzados. Sasuke sintió que la enorme roca que cargaba en su espalda, no solo se caía, se quebraba quedando hecha polvo.

-Ese muchacho...

-¿Naruto?

-Sí. ¿Sabe todo esto?

-... Pues sí. De ahí que hiciera semejante estupidez. Les digo que no tiene malas intenciones.

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-¿Chocolate? –le ofreció de la mitad de su barra, Sasuke ocultó su rostro, estaba cansado de todo eso. Al principio creyó que era un juego, luego pensó que era un enfermo, un sociópata. Estaba molesto, sin embargo, más con su familia: siempre con alta seguridad, llenos de policías, guardaespaldas y la mejor tecnología para protección y ahora... sin rastro de su búsqueda. ¿Lo estarían buscando realmente?

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-¡Por supuesto que te estuvimos buscando!

-Ya lo sé. Solo que en ese tiempo, no.

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Su mejilla volvió a hacer acariciada por el rubio, era ya un acto que le cansaba discutir (y le gustaba cada vez más). Que hiciera lo que le plazca, ya no importaba. Miró sus pies descalzos, las puntas de sus dedos estaban rosadas por el frío pero él fue quien quiso quedarse ahí, en el jardín. Su tobillo derecho era el preso por una cadena que le rodeaba pero con un cojincillo protector, no tiene idea de dónde o cómo lo consiguió pero está agradecido.

-¿En qué piensas, Sasuke? –le pregunta mientras se recuesta en el pasto, sus manos le sirven de almohada, su boca aun mastica un poco saboreando el sabor. Parece que a él no le afecta tanto el clima.

-En mi familia.

-En Itachi. –insinuó y no ocupo el sí. –Si te está buscando, Sasuke. Solo que... realmente hice las cosas bien.