SIE-D

Contacto emotivo profundo

-Gracias. –dijo medio molesto cuando una de las mujeres que trabajaban en la casa al fin le daban su propia bebida, aunque ya tarde porque Itachi tomó su taza y le dio un trago pero al aire, porque todo el café desapareció.

-Hijo... trata de ser menos explícito ¿de acuerdo? –le rogó Fugaku.

-Lo siento. –miró a su madre, estaba perdida en sus pensamientos con la vista en su falda. -¿Madre?

-... Tu primer beso... me lo perdí...

-... Ma... -enrojeció con esa frase, no se había detenido mucho en pensarlo desde aquella vez en esa habitación con Naruto roncando a su lado. –No es... tan importante...

-Pero es el primero... es tu primer beso y no llegaste a contármelo.

-No había cómo hacerlo.

-¿Entonces cómo quieres que no lo odie? –le dijo entristecida mientras apachurraba parte de su falda oscura. Sasuke no pudo pasar el sorbo que le dio a su taza por unos segundos en los que se sentía perdido.

-Yo lo quiero. –dijo como última opción. –Desde antes y después de... Naruto me ha hecho feliz siempre... ¿cómo no lo noté antes?

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Naruto estiró sus manos sobre su cabeza y volvió a su posición de pereza en el sillón, con su plato lleno de palomitas y su refresco de botella donde tomaba directamente sin hacer uso de un vaso. Descalzo, con pijama, una cobija enredada y dos almohadas apachurradas a su lado. La televisión era lo único que iluminaba ese lugar oscuro y semi silencioso, tanto por los gritos de la chica aterrorizada en la película y la lluvia que golpeaba los cristales de las ventanas.

Se echó un puñado de palomitas a la boca, tantas que apenas si podía masticarlas. Detrás de él, un hombre alto con algo afilado en mano se acercaba poco a poco, la sombra tenebrosa parecía cuidarse de no hacer mucho ruido. El rubio concentrado no se daba cuenta de la presencia mientras se acercaba peligrosamente a su cabeza rubia que brillaba un poco por las luces.

De pronto, una escena oscura...

-¡¡¡AAAAHHHH!!!

-¡¡¡¡AAAAAHHHH!!!! ¡Idiota!

El rubio se aterró un poco por el susto que le acompañó al suyo, corrió hasta encender la luz de la sala.

-¿Sasuke? –estaba sudando frío, detrás del sofá, un joven con pijama oscura y una lima en su mano, le miraba con gesto ansioso.

-¡Me asustaste!

-¡Tú me asustaste a mí! Te vi por el reflejo. ¡Vi que me querías matar, dattebayo!

-Yo quiero matarte, no lo niego... pero no ahora.

-¡¿Y qué traes en la mano?!

-Una lima... -se talló sus uñas con ella descaradamente.

-¡Intentabas asustarme!

-¿Lo logré? –sonrió malvado. -¿Qué estás viendo? –miró la pantalla con molestia. –Que aburrido...

-Te da miedo ¿verdad?

-No, solo que ya la vi tres veces en este año. Ya me la sé de memoria. –saltó el sofá para sentarse en él, la cadena sonó y la jaló un poco. Ahora era una cadena tan larga que le permitía andar por toda la casa con ella, a veces se enredaba pero era fácil solucionarlo.